Zaar busca en el pasado para bailar 'De la Alhambra a la Zambra'

Zaar va mucho más allá del arte. La única compañía de toda Andalucía dedicada en exclusiva a la danza oriental lleva más de diez años investigando sobre un tipo de música y de baile íntimamente ligados a la historia. Aunque sus seis bailarinas se conocen desde hace tanto que se consideran parte de una "misma familia", la compañía no nació oficialmente hasta el 2007 con Albidaya, un espectáculo que hablaba sobre el principio de la creación basado en las danzas más tradicionales de Oriente. Hoy estrenan en el Auditorio Enrique Morente de La Chumbera su última obra: De la Alhambra a la Zambra, un espectáculo en el que miran al pasado de Granada, una ciudad que ha asistido durante años a un baile de culturas, pero también al presente, con danzas contemporáneas.

El título de la obra es un homenaje a la "intensa relación que existe entre la zambra morisca y la zambra flamenca". De hecho, explica Federica Masi -bailarina de la compañía- que la palabra proviene del árabe y en ambos casos significa fiesta. La Granada nazarí y la Granada flamenca se unen en una obra que recrea la riqueza de ese baile de culturas entre Oriente y Occidente a lo largo de trece siglos.

Isabel Solís cuenta que la obra es un recorrido a través de la historia y la danza de Granada, donde recuperan las figuras de las Gawazi (gitanas que poblaron el Nilo y cuyo arte llegó a la Península con la expansión del Islam y la llegada de los Omeyas), pero también personajes mágicos de bailes egipcios o persas. La danza popular se entremezcla con otros tipos de danzas como la Danza del Ajedrez (de tipo medieval) o un baile especial que recrea el ambiente misterioso y lleno de magia de los hammanes que poblaron la ciudad de Granada. Uno de los números con más fuerza será el de fusión de flamenco oriental, para el que cuentan con una invitada muy especial, la bailaora de flamenco Eva Manzano y con la guitarra de Rubens Silva.

Las bailarinas de la compañía granadina, Estefanía García, Federica Masi, Isabel Solís, Mayte López, Marisa Viedma y Rosa Sansebastián, se han formado con los mejores maestros: Luna Yatsulian, Farida Fahmi, Lubna Eman, Aida Nour, Mohamoud Reda, Narjess Montasser ... Es tal su preocupación por aprenderlo todo sobre la danza oriental que puede decirse que están en permanente formación, acudiendo a cursos no sólo en el país sino fuera en Marruecos, Egipto, Turquía o Túnez.

La danza oriental, dicen, "es mucho más que la danza del vientre". La compañía Zaar pretende situarla en el mismo lugar que hoy ocupa el flamenco. Para Masi, ambos se merecen un lugar privilegiado puesto que permanecen vivos a pesar de los años y se podría decir, incluso, que continúan creciendo.

Ellas han logrado introducir su espectáculo por primera vez en una programación de flamenco como la que se ofrece en el espectacular escenario de La Chumbera. "Un lugar muy apropiado por la historia que contamos", donde se puede ver la Alhambra al fondo. Han conseguido también algo importante para la danza oriental: subirla al escenario de un teatro.

Si hay algo que una a esta compañía es el "tesón". Mirando hacia atrás, a los muchos años de convivencia entre las seis bailarinas, Solís no puede evitar pensar en la insistencia que todas han compartido hasta llegar donde están ahora.