"Si aguantas en esto, cada cierto tiempo te llega un personaje para recordar"

Con el sabor del éxito de 'Celda 211' aún muy presente, Antonio Resines recordó ayer los mejores papeles de su larga trayectoria en el cine y en la televisión en una animada charla sobre 'El oficio del actor'

Antonio Resines, ayer, en Granada, donde abrió el ciclo 'Cine hecho en Granada' que organiza CajaGranada.
Antonio Resines, ayer, en Granada, donde abrió el ciclo 'Cine hecho en Granada' que organiza CajaGranada.
Blanca Durán / Granada

24 de marzo 2010 - 05:00

De su mano, el público ha reído y ha llorado a partes iguales; ya sea por culpa del malo malísimo de Celda 211, del solitario con afán protector de La buena estrella o de uno de los mejores cortadores de jamón de la taberna de Los Serrano. Antonio Resines, que ayer abrió en el Teatro CajaGranada Isidoro Máiquez el ciclo Cine hecho en Granada, hace balance de todo lo bueno que le da dado el séptimo arte en este tiempo, y donde se ha ganado a pulso ser uno de los grandes.

-Desde el estreno de Al sur de Granada no venía por la ciudad. ¿Qué recuerdos tiene de ese rodaje?

-Se rodó todo en La Alpujarra y me acuerdo sobre todo de Yegen. Yo iba y venía de allí, porque andaba con otras cosas. Pero lo que más me ha impactado hoy al llegar a Granada en tren es lo mucho que ha cambiado la ciudad desde 2003, cuando se estrenó la película, ya no tiene nada que ver con mis recuerdos...

-Viene a Granada para hablar del oficio de actor. ¿Eso cómo se puede contar?

-Es muy difícil. No lo sé yo muy bien todavía y llevo treinta años en esto... Es un oficio muy bonito y de vez en cuando pasan cosas que están muy muy bien.

-¿Y cómo arranca la máquina un actor para hacerse con un personaje? Porque habrá algunos papeles, como el del cura Virgilio de Al sur de Granada, con los que tendrá más bien poco que ver...

-En ese caso concreto fue muy sencillo porque sí que había leído cosas de Gerald Brenan, aunque no me acordaba demasiado... Pero lo que más me ayudó para hacer el papel del cura es que sí había dado latín en el colegio. Imagina aprenderte un responso en latín sin tener ni idea... Todavía me acuerdo del Padrenuestro en latín; las cosas de los colegios de curas... Ayuda también que te guste la figura del personaje del que se está contando la historia, y Gerald Brenan fue un tío muy especial; venirse en el año diecitantos a las Alpujarras a leer y a escribir tiene su mérito... Además, que venía de un mundo totalmente distinto, porque la Inglaterra de esa época no tenía nada que ver ni con España, ni con las Alpujarras...

-Con los rodajes de series de televisión, que se prolongan varios años, ¿cuesta desprenderse del personaje al que uno da vida?

-Con Los Serrano me pasó algo curioso porque, justo después de acabar la serie, empecé a rodar Celda 211, así que el cambio no fue nada traumático. Además, tenía ganas de cambiar, estaba un poco cansado de hacer el tonto todo el día.

-Pero al menos habrá aprendido a cortar el jamón como Dios manda...

-¡Qué va! Siempre que voy a un bar me la cargo y me riñen porque me dicen que no sé tirar cañas ni cortar jamón, cosa que es mentira, porque las cañas las tiro muy bien.

-¿Con qué personajes se podría contar su trayectoria?

-Por muchas razones, la primera película que hice, Ópera prima, y ya estamos hablando del Pleistoceno, fue importante. Luego hubo algún éxito importante, pero el cambio fundamental fue con La buena estrella de Ricardo Franco. Luego también está La niña de tus ojos, que me parece una película magnífica. Si has aguantado mucho tiempo, como es mi caso, y tienes un poco de suerte, suele coincidir que cada seis o siete años te llega un papel para recordar. Lo de los ciclos debe ser más o menos verdad, y con Celda 211 me ha pasado algo así.

-Es asombroso todo lo que ha pasado alrededor de esa película...

-Impresionante. Cuando estábamos haciendo la película, que se rodó en septiembre de 2008, yo había leído el guión y me había gustado mucho, me parecía que era una historia que estaba muy bien, y cuando estábamos rodando tenía muy buena pinta. La primera vez que la vi fue en el Festival de Venecia, y hasta la prensa española más dura la había puesto muy bien. Yo la vi en un auditorio a rebosar, rodeado de extranjeros, con una proyección con subtítulos en inglés y en español y no se movió nadie. Si cuando acaba una película el público tarda más de seis o siete segundos en reaccionar es que algo pasa. Y si después de esos siete segundos todo el auditorio se levanta y se pone a aplaudir es increíble. Pero es que luego pasó lo mismo en Sitges, en Toronto... y nos dimos cuenta de que estaba pasando algo especial.

-¿Y qué le faltó para ser la candidata española a los Oscar?

-Posiblemente que se empezara a proyectar antes. Los abrazos rotos era de antes del verano, con El baile de la victoria se empezaron a hacer pases antes y Celda 211 llegó tarde. Pero bueno, que Hollywood no tardará en hacer el remake...

-Su papel será para Bruce Willis, ¿no?

-Ya lo decía yo... ¡Gente de alto nivel! Aunque ya se podría dar con un canto en los dientes Bruce Willis...

-En plena avalancha del cine en 3D los Oscar van y premian En tierra hostil y los Goya a Celda 211. ¿Se buscan ahora más que nunca las buenas historias?

-Una cosa es la industria y otra el cine. Una cosa son los premios y otra que las películas sean mejores o peores. Ya que entras en la competición, hay películas mejores que otras y la diferencia suele estar normalmente en la historia que cuentan. Fíjate que yo creo que el nivel de los Goya de este año era mayor que el de los Oscar...

-¿La famosa ley de Sinde le va a traer cosas buenas al cine?

-Es muy complicado saberlo... Tendrá sus cosas buenas y sus cosas malas. Pienso que si ha tardado tanto tiempo estará más o menos bien, pero tampoco te lo puedo asegurar porque no la he leído a fondo.

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