De alma condenada a sátiro

Las célebres 'Ánimas' de Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) representan imágenes de temática mitológica, según el estudio de un profesor de la UGR

El sátiro de Bernini, durante una exposición en El Prado.
El sátiro de Bernini, durante una exposición en El Prado.
M. Zugasti Granada

13 de noviembre 2015 - 05:00

Las célebres Ánimas del escultor, pintor y arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) no representan las personificaciones del alma cristiana gozando del paraíso y atormentada por la condena al infierno, como se creía, sino que son imágenes de temática mitológica: un sátiro y una ninfa. Así lo ha revelado un profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada, David García Cueto, en un artículo publicado recientemente en la revista Sculpture Journal de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) sobre estas dos esculturas que pueden contemplarse en la embajada de España ante la Santa Sede (Roma).

Según la Universidad de Granada, García Cueto argumenta que las Ánimas son imágenes de temática mitológica basándose en documentación inédita de la época procedente del Archivio Storico Capitolino de Roma. "Esta revelación viene a abrir una novedosa vía interpretativa hasta ahora ausente en la vasta historiografía berniniana", según el investigador.

Las primeras conclusiones de esta investigación fueron presentadas el pasado mes de febrero en un congreso celebrado en el Museo Nacional del Prado con motivo de la exposición Bernini, Roma y la Monarquía Hispánica. El profesor García Cueto, especializado en las relaciones artísticas entre España e Italia durante el siglo XVII, es también investigador principal del proyecto I+D Copimonarch. La copia pictórica en la Monarquía Hispánica, siglos XVI-XVIII.

Gian Lorenzo Bernini, que trabajó principalmente en Roma, fue un escultor, arquitecto y pintor italiano considerado el más destacado escultor de su generación y creador del estilo escultórico barroco.

Poseía la habilidad de crear en sus esculturas escenas narrativas muy dramáticas, de captar intensos estados psicológicos y también de componer conjuntos escultóricos que transmiten grandeza.

Su habilidad para tallar el mármol llevó a que fuera considerado un sucesor de Miguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos Alessandro Algardi y François Duquesnoy, según la Universidad de Granada.

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