El alma de la música

Festival de Música y Danza

La Orquesta Sinfónica de  Radio Televisión Española
La Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española / Jose Velasco
Gonzalo Roldán Herencia

18 de junio 2024 - 08:00

Granada/73 FESTIVAL DE GRANADA

Programa: Wolfgang Amadeus Mozart, Sinfonía núm. 36 en do mayor k. 425 “Linz”; Anton Bruckner, Sinfonía núm. 7 en mi mayor WAB 107.

Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española (RTVE)

Director: Christoph Eschenbach

Lugar y fecha: Palacio de Carlos V, 16 de junio de 2024

Clasificación: 5 estrellas

El Festival de Granada acoge una vez más a la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española, una de las formaciones que más veces lo ha visitado. En esta ocasión lo hace bajo la dirección de la veterana batuta de Christoph Eschenbach, el cual ofreció una de las versiones más expresivas y llenas de alma que Granada haya escuchado de la Sinfonía núm. 7 de Anton Bruckner.

La programación del Festival de Granada rinde este año homenaje al gran compositor centroeuropeo Anton Bruckner, de quien se cumple el doscientos aniversario de su nacimiento. En esta ocasión, se puso en atriles la Sinfonía núm. 7 en mi mayor WAB 107, una de las sinfonías más íntimas y mejor acogidas del autor, y que ha llegado a nuestros días tal y como fue concebida por el autor. Dedicada al rey Luis II de Baviera, esta página sinfónica fue inusualmente poco revisitada por Bruckner, que a menudo acudía a su obra para revisarla o modificarla cada vez que se plantaba su edición. Tal vez por ese carácter de inspiración espontánea, o tal vez por el profundo lirismo de sus partes, el público la acogió con agrado – no así la crítica – y se ha visto como un sincero homenaje del compositor a Richard Wagner, su maestro en muchos sentidos.

La primera parte del concierto Eschenbach ofreció junto a la Orquesta de RTVE una sinfonía clásica, la Sinfonía núm. 36 en do mayor K. 425 “Linz” de Wolfgang Amadeus Mozart, una obra vinculada a Bruckner por su ciudad dedicataria, Linz, la misma en la que el compositor romántico trabajó más de dos décadas como organista. La versión ofrecida fue conservadora en su concepción melódica y tratamiento temático, extrayendo un bello sonido de la orquesta que nos recordó a las versiones de los grandes maestros. No en vano, Eschenbach puede considerarse deudor de aquellos, y sin lugar a duda un maestro de la interpretación.

La Orquesta Sinfónica de  Radio Televisión Española
La Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española / Jose Velasco

La interpretación de la Séptima Sinfonía de Anton Bruckner en la segunda parte bajo la batuta del maestro Christoph Eschenbach fue recibida con gran expectación, la cual no fue defraudada, pues resultó una experiencia musical sublime que dejó una huella profunda en todos los presentes. Desde los primeros acordes contenidos en las cuerdas, Eschenbach demostró una comprensión innata de la arquitectura sinfónica de Bruckner. El director fue construyendo como un experimentado demiurgo musical el universo sonoro de la obra, que tanto debe a las cuerdas. Eschenbach situó delante – enfrentadas a los violines- las violas, las cuales toman especial protagonismo en la obra bruckneriana y, particularmente, en esta sinfonía. El director abordó la obra con una combinación de precisión técnica y pasión expresiva que es rara de encontrar. La primera sección de la sinfonía, marcada por su atmósfera serena y sus frases largas y melódicas, fue interpretada con una suavidad y claridad que permitieron al oyente sumergirse completamente en el paisaje sonoro del autor.

El Adagio, conocido por su solemne belleza y dedicado a la memoria de Richard Wagner, fue quizás el punto culminante de la noche. Eschenbach logró extraer de la orquesta una profundidad emocional conmovedora, con las cuerdas – particularmente los chelos secundados por las violas en un perfecto empaste - y una poderosa sección de metales, en un diálogo constante y equilibrado de gran emotividad. La interpretación del motivo principal fue de una elegancia majestuosa, y cada nota estuvo cargada de significado y emoción contenida.

La Orquesta Sinfónica de  Radio Televisión Española
La Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española / Jose Velasco

En el Scherzo, quizás el movimiento más conocido de esta partitura, la orquesta mostró su capacidad para manejar los contrastes dinámicos con agilidad y precisión, siempre bajo la magistral dirección de un Eschenbach contenido en el gesto, pero de una enorme expresividad. La energía rítmica y el juego de texturas fueron manejados con destreza, creando una sensación de movimiento y vitalidad que mantuvo al público en expectante atención hasta el final del movimiento. El Finale que cierra la obra fue, por su parte, una verdadera exhibición de poder sinfónico. Eschenbach condujo la orquesta con una autoridad tranquila, permitiendo que cada sección brillara en su momento. El uso de los crescendos y los cambios dinámicos fue especialmente efectivo, llevando la obra a una conclusión apoteósica que resonó con fuerza en el patio del Palacio de Carlos V.

En definitiva, fue una velada cargada de alma y expresión, en la que la Orquesta de RTVE, bajo la inspirada dirección de Christoph Eschenbach, ofreció una interpretación que fue tanto técnica como emocionalmente impresionante. La sinergia entre el director y la orquesta fue palpable, y el resultado constituyó un bello homenaje musical, adecuado a la grandeza de Anton Bruckner.

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