"El amor que más me gusta es el que surge de madrugada"

En el mundo de la música siempre han convivido dos tipos de estrellas, las fugaces, de éxito momentáneo y repentina caída al olvido, y las que revolucionan el panorama musical. Pablo López pertenece a este último tipo, el de artista que logra un disco de oro con su primer trabajo, Once historias y un piano, además de los galardones de medios de comunicación en España como artista revelación y la nominación a 'Mejor nuevo artista' en los Latin Grammy Awards. En 2015, tras las excelente acogida de su primer disco, Pablo presentó su nuevo trabajo, El mundo y los amantes inocentes, e inició una exitosa gira en la que ha ido acumulando llenos absolutos y que le traerá mañana al Palacio de Congresos de Granada.

-¿Ha habido mucha evolución desde el anterior disco a este?

-Siempre existe una evolución dentro de un artista con sus canciones e incluso la composición musical, sino estaríamos haciendo constantemente lo mismo. Este disco nace de la madurez del primero y de un periodo de aprendizaje enriquecedor, esta gira es más sentida, más completa y hecha con mucho cariño.

-¿Cómo consigue Pablo López mantener los pies en el suelo?

-Pues se consigue cuando te levantas por la mañana con un dolor de barriga y gastroenteritis, o cuando pasa el mes y tienes que pagar la factura del teléfono. Estas son las cosas que hacen de la vida algo tan bello y normal para todos, pese a que luego yo pueda tener más privilegios por estar donde estoy. Pero estas cosas nos pasan a todos y es ahí cuando uno recuerda que no es más que otra persona que simplemente ha tenido más suerte.

-Siempre se habla de la dificultad que existe en llegar a lo más alto, pero poco se habla de la dificultad de mantenerse ahí arriba...

-Es cierto que se habla mucho de lo dificultoso del camino al éxito y a que te conozca la gente dentro de la música, pero como dices es también complicado mantenerse, existe renovación constante dentro de la música y uno tiene que ir evolucionando con ella, porque de lo contrario se queda atrás.

-¿Es Mi enemigo el mejor amigo de Pablo López?

-Desde luego . Le debo mucho a este tema porque es el que me lo ha dado todo, tiene la fórmula adecuada para que a la gente le gustase. Ojalá esto de la música fuese como las matemáticas y se pudiese conocer como crear canciones como Mi Enemigo, pero por desgracia esto se da en determinadas ocasiones y bajo ciertas circunstancias, y eso es lo que la hace tan especial.

-Es su canción más reconocida, pero ¿hay otra a la que usted le tenga más cariño?

-Esto es, salvando las distancias, como un padre con sus hijos. Las canciones son para mi como pequeños hijos que he tenido y me sería imposible elegir entre todas una especial.

-Se ha declarado en varias ocasiones como un parlanchín en los conciertos...

-Esto nace de la etapa en la que tocaba en garitos y pequeños locales. En aquella época yo tocaba canciones de otros artistas como Ketama o El Último de la Fila. La gente aprovechaba entre canción y canción para irse a la barra a tomarse algo. Entonces comencé a hablarle a la gente para contarle cualquier cosa, yo que sé, algo como "el otro día en Madrid me pasó esto..." y a así centrar su atención. Y ahora lo sigo haciendo, es algo heredado de aquella época.

-Escribe al amor. Quitando a la familia, ¿se podría decir que su gran amor es su piano?

-Y sin quitar a la familia (risas). Sí, el piano es mi gran amor. Me encanta su sonido, su composición, su estructura, me lo ha dado todo y los mejores momentos los paso tocando mi música al piano. Para mí el piano es el padre de todos los instrumentos porque a la hora de componer es el que más oportunidades te ofrece.

-¿Cuál es, el que disfruta más componiendo?

-Pues ahora podría ser políticamente correcto y podría decirte que el típico amor correspondido o incluso el platónico, pero a mi el amor que más me gusta es ese de las 4 de la mañana, que uno no se espera y que quizás no dure tanto como otros amores. Ese amor es el que más disfruto y el que más me atrae.

-Una carrera como cantante ya es agotadora de por sí… ¿cómo se administra uno el tiempo y las fuerzas cuando tiene que cantar y al mismo tiempo crear las composiciones?

-Pues fíjate que el otro día subí al salón de mi casa, me senté en el sofá y pensé en todo el tiempo que llevaba sin hacerlo. Para compaginar ambas cosas y realizar una gira como esta tienes que sacrificar pequeñas cosas que luego no te das cuenta de que eran habituales en tu vida, y es así como se administra el tiempo, sacrificando esas cosas por pasar más tiempo en un estudio o en el piano para componer las canciones.

-En España tiene un gran éxito, pero también ha sido capaz de romper las barreras geográficas y triunfar, por ejemplo, en México. ¿Cómo se siente al saber que su éxito no es únicamente nacional?

-Es irreal pensarlo, cuando te subes a un avión, pasas tantas horas de vuelo, llenas un sitio con 15.000 personas... es algo que cuesta asimilar.

-¿Qué le parece el público de Granada? ¿Cómo lo definiría?

-Pues he de decir que me acojona un poco (risas). Se habla mucho de las capitales y los grandes sitios, pero Granada tiene algo especial, una gran cultura musical, una historia en sí misma que hace que cuando piensas en tocar ante su gente tengas un poco de miedo y presión.

-Dada esta constante actividad entre disco y gira... ¿va a necesitar un pequeño parón para pensar bien el próximo proyecto?

-Sí, pero también he de decir que queremos alargar lo máximo esta gira, disfrutarla sin importar lo cansados que podamos estar. No queremos ni pensar en el final de la gira, cuando llegue será el momento de planificar el siguiente proyecto.