Y a los 20 años resucitó

En los últimos 20 años, los integrantes de 091 han tenido que responder con infinita paciencia a la pregunta de rigor: ¿van a volver a juntarse alguna vez?; ahora, con el regreso confirmado y una actuación a la vista en la Plaza de Toros de Granada el 14 de mayo de 2016, hay otra interrogante a la que tienen que responder en cada comparecencia: ¿por qué regresan? "No es un motivo único, pensamos que al cumplirse el vigésimo aniversario de la despedida era el momento, lo teníamos que hacer ahora porque en otro momento nos hubiese sido imposible", respondió ayer José Ignacio Lapido en la presentación del concierto que tuvo lugar en el Centro Lorca. "Nuestros seguidores han sido muy tozudos a la hora de reclamar nuestra vuelta, han estado contra viento y marea esperando este momento, es una celebración con nuestros amigos", continuó el músico, que estuvo acompañado por Tacho González, José Antonio García, Jacinto Ríos y Víctor Lapido, los mismos que se subieron en 1996 al anfiteatro de Maracena para despedirse de sus seguidores.

En estas dos décadas, aunque el adiós era innegociable, siguieron recibiendo ofertas de promotores y mánagers para volver a la carretera, según confiesa Tacho González. Al final, 20 años después han acabado de nuevo en un local de ensayo junto a Hipercor. La primera canción que tocaron en su reencuenro en la intimidad fue Cementerio de automóviles, y después de todo el tiempo transcurrido "salía más o menos". Claro, todos ellos llegaron a este primer día después de volver a escuchar los ocho discos grabados hasta 1996 y de dejar casi ultimado el repertorio que tocarán en la gira Maniobra de resurrección.

Y aunque el batería de los Cero confiesa que hasta se había olvidado de la existencia de alguna canción, subraya que se ha llevado una "grata sorpresa" al volver a escucharse. "Las canciones han aguantado el paso del tiempo bastante bien, no son vergonzantes", señala Tacho después de enfrentarse cara a cara con un pasado al que no había regresado en dos décadas. La mayoría de los temas los tocarán tal y como lo hicieron en Maracena, aunque sí han cambiado algunos arreglos en canciones como La calle del viento o Sigue estando Dios de nuestro lado. "Hay cortes que nos parece que estaban demasiado acelerados y los hemos pausado, también al revés, pero son cosas puntuales", continúa un músico que después de los Cero estuvo a la batería con formaciones como Mama Baker y que en la actualidad prepara su primer largometraje, una historia sobre la mafia irlandesa en las costas españolas que, pese a lo que le espera, tiene pensado rodar en 2016.

En cuanto a este reencuentro con las antiguas canciones y los viejos compañeros, el cantante de la banda, José Antonio García, reconoce que está viviendo una experiencia extraña, como si la despedida hubiese sido el mes pasado. Al enfrentarse de nuevo a las letras se llevó la primera sorpresa, incluso en temas tan densos como Qué fue del siglo XX; recordaba todas las estrofas y pudo descartar el tener que alquilar un pronter para la gira. "Es una sensación de que no ha pasado el tiempo, estamos los cinco en el local y parece que no nos hubiésemos separado, es algo muy extraño", confiesa el cantante tras unas gafas de sol, un hombre que ha tenido en este tiempo un micro inquieto y ha formado parte de proyectos como el otro intento de resurrección de TNT, Guerrero García o su último proyecto con El Hombre Garabato. En este sentido, José Antonio García recalca que, de alguna manera, en estos 20 años ha estado escudriñando una relación estable en la música. "He estado buscando a alguien que me apoye, que trabaje conmigo, y en todos los grupos en los que he estado hay altibajos", confiesa el músico que ahora ha encontrado una estabilidad junto a El Hombre Garabato y tiene ya temas para su próximo disco en solitario, que irá haciendo poco a poco para grabarlo en cuando los focos vuelvan a apagarse para 091.

Sobre la famosa anécdota con Miguel Ríos, cuando este se llevó la impresión de que los chicos de 091 eran poco más o menos unos chulos, José Antonio García se ríe con ganas por esta imagen que la gente pudo llevarse de ellos en su momento. "Nosotros no mirábamos por encima del hombro a nadie, siempre hemos sido gente muy sencilla, no hemos pisoteado a nadie, al contrario, nos han pisoteado", contesta el cantante, que desvela la clave del cariño incondicional de los fans, pese a que la banda que más discos ha vendido en esta generación ha sido, sin duda, La Guardia. "Es por las canciones, por una línea personal, las letras bestiales de José Ignacio... Tenemos buenas canciones que son las que nos han mantenido vivos durante todo este tiempo", señala.

Así que se han lanzado a la Plaza de Toros, un recinto vedado en los últimos diez años a artistas como Bruce Springsteen o a productos patrios como Pablo Alborán. De hecho, viendo que han agotado las entradas para Madrid y Sevilla a las pocas horas de ponerse a la venta, no descartan un segundo concierto pese a que, con los tiempos que corren, meter a 10.000 personas en la Plaza de Toros es casi tan milagroso como una resurrección. "La sensación que tenemos bascula entre la sorpresa y el agradecimiento, han pasado 20 años desde que nos despedimos, una eternidad en términos de música pop, y uno no tiene claro cuánta gente se acuerda de uno cuando ha pasado tanto tiempo, es una sensación de asombro y de agradecimiento a nuestros seguidores por haber tenido esa fidelidad y esa paciencia para que sucediera lo imprevisto, que nos reuniéramos, porque es una posibilidad que ninguno de nosotros teníamos abierta, aunque han aparecido una serie de circunstancias que han hecho que hayamos cambiado de opinión", concluye Lapido.