"Me arrepiento de no haber sido más profesional desde el principio"

Antonio Luque (Sr. Chinarro). Músico

El mundo acaba de lanzar su nuevo álbum, 'Perspectiva Caballera', con el que debuta en la autoedición y que presenta este sábado en el Teatro Alhambra

Antonio Luque, en los Baños del Carmen, con camisa de cuadros.
Valentín Ramos

14 de octubre 2014 - 05:00

El sevillano ha presentado recientemente Perspectiva Caballera, en el que Chinarro, sigue siendo fiel a un espíritu combativo en clave de pop. Salvo que para la ocasión, lo hace en camisa de cuadros.

-Perspectiva caballera, ¿por qué llamarlo así?

-Viene de algo que ocurría mucho en los 80. Las canciones del disco hablan de estar encerrado en el cuarto, sin saber qué hacer. Por aquel entonces la gente se enganchaba a la heroína y se decía "por lo menos que estén ahí, tranquilitos". Perspectiva caballera juega con eso, con estar hasta arriba de caballo y decir "paso de todo, que os den a todos por el culo". Es la situación de muchas personas, y sobre todo de los músicos. No porque esté enganchado al caballo, Dios me libre, sino por estar encerrado en ese cuarto, buscando alguna reacción artística.

-¿Se cumple entonces aquel mito de los artistas solitarios?

-Nosotros trabajamos siempre en espacios reducidos, en casa. Habrá quien tenga un estudio de grabación, pero no es mi caso. Ahora se ha generalizado bastante en todos los ámbitos gracias a internet, sin ir más lejos el otro día leí un artículo que decía Cómo trabajar en casa y no volverte loco. Imagínate si no sales, si no te relacionas con la gente, no sólo porque hagas canciones si no por el hecho de estar encerrado. Puedes llegar a enloquecer. Yo me doy mi vueltecita, aunque tenga que cruzar el Morlaco.

-Lo hace con VEEMMM, su sello discográfico. ¿Cómo ha sido el salto a la autogestión?

-Llevaba desde el 2000 detrás de esta idea, entonces no tenia ni los conocimientos ni el valor. Sé gestionar bien el dinero, pero no soy ese el emprendedor que quiere Rajoy, por suerte o por desgracia para ambos. Pero ahora sé los pasos que hay que dar, sé dónde se registrar una cosa, controlo la Sgae... A día de hoy hay grupos que no registran sus canciones, como Pony Bravo, que son más anarquistas y renuncian a unos ingresos a los que yo no pienso renunciar, claro.

-¿Y en qué lugar deja esto a Mushroom Pillow, su anterior casa discográfica?

-No lo hicieron mal del todo, pero habían empezado a incumplir ciertos puntos de nuestro acuerdo y me tuve que ir antes de que los incumplieran todos.

-Según su carta de presentación, Perspectiva Caballera tiene "un sonido áspero, crudo, ligeramente ácido o amargo, como de ralladura de limón sobre arroz con leche".¿Hasta dónde vamos a llegar con las metáforas?

-Ya, te entiendo, pero para hablar de música se necesitan esas metáforas. Si te pones a hablar de escalas, tonalidades y demás la gente se aburre muchísimo. Para empezar no sabría hacerlo porque soy músico autodidacta y muchos términos no los conozco. A fin de cuentas relaciono la música con la cocina, siempre me ha parecido un paralelismo muy curioso.

-Pese a las metáforas, las letras de Perspectiva Caballera suenan con bastante integridad.

-Las letras vuelven a ser raras, pero sí, no tienen nada de aquel simbolismo francés que tenía cuando era un chaval. Entonces me creía otro poeta maldito, como Gamboa. La poesía sigue ahí, pero está donde tiene que estar. Tengo 43 años para 44 y no se me da.

-Perspectiva Caballera sigue sonando combativo, pero sin llegar al punto de crítica social que alcanzó con anteriores trabajos como ¡Menos Samba! o Presidente. ¿Qué ha cambiado?

-Sigo por ese camino, pero ahora desde un punto de vista mas subjetivo. En lugar de protestar desde un punto de vista más genérico y abstracto, como en los discos que comentas, lo hago partiendo de mi profesión. Cuando la gente escuchaba canciones como Mr. España o Tu elixir se preguntaban: "¿Pero a quién está dando la razón?". Tanto era así que a veces ni yo mismo sabía a quién dársela. No se entendían tan bien como lo hacen León Benavente o Nacho Vegas. Yo ahora protesto, pero de lo mío.

-¿Suele componer pensando en el interés comercial?

-Claro que lo piensas, haces conciertos y ves lo que le gusta a la gente. Hay una parte de profesión que es inevitable. Los artistas a la hora de componer estamos en una burbuja, pero la farándula es un trabajo como otro cualquiera.

-Se cumplen 20 años desde el lanzamiento de su primer LP homónimo. ¿Se arrepiente de algo a estas alturas?

-Me arrepiento de no haber sido más profesional desde el principio. No haber sido consciente del talento, grande o pequeño, que tenia en aquellos años. Era un problema de autoestima, estaba más anulado y no quiero pensar porqué. Sería por timidez o por salir a escena más bebido de la cuenta, cosa que también me podría ocurrir a día de hoy pero con más disimulo. Si me hubiera preocupado un poco más por esas cosas al principio, quizás ese cambio que viví hace 8 o 9 años habría sucedido antes. Pero porque aquel disco me lo tomé más en serio e hice mucho caso a los consejos de J de Los Planetas. Lo que vino después, unos han gustado más, otros menos, pero todos son de Chinarro.

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