El arte de enmarcar la belleza
El taller de los hermanos Ladrón de Guevara inaugura mañana su nuevo local en la Plaza de San Isidro
Santa Catalina de Alejandría, De Caravaggio (1598), en el Thyssen; Las Meninas de Velázquez, de 1656, en el Prado; el Paseo a orillas del mar, 1909, en el Museo que lleva el nombre del pintor, o el Guernica de Picasso en el Reina Sofía, de 1937, son algunos de los cuadros que más visitantes reciben anualmente en los museos españoles. Millones de espectadores de todo el mundo guardan en su memoria la belleza de las obras que contemplaron y que los museos que las albergan tratan de resaltar. Lo que ya no es tan frecuente es que recuerden los marcos de estas creaciones únicas. Ese es el secreto de las piezas que los enmarcan, que realcen su magnificencia formando un todo con ellas, que no desentonen ni con su época ni con el colorido de la composición pero los resalten. Eso también es un arte y en Granada hay una empresa que lo domina a la perfección.
Los hermanos Ladrón de Guevara, Francisco y José Luis, heredaron los conocimientos y el taller de su padre. Un negocio en el que empezaron a trabajar con tan sólo 15 años a la vez que compatibilizaban la práctica profesional con sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Granada en Escultura en Madera, uno especializándose en dorado y policromía y el otro en vaciado. Juntos forman un equipo perfecto que ha trabajado para museos como el Prado, para el que el año pasado enmarcaron un Goya, o el Bellas Artes de Sevilla, para el que recientemente ribetearon la magnificencia de un Ribera.
Se trata de una empresa familiar que cuenta con un equipo de trabajadores y colaboradores, lo que les permite ampliar la línea de sus trabajos y la difusión de los mismos. Aunque están dedicados exclusivamente a la fabricación de diversos objetos de madera, centrando su actividad en la restauración de antigüedades y la fabricación de marcos y molduras de estilo, también hacen réplicas de piezas.
Ahora cuentan con 24 puntos de venta en España, pero todo comenzó siendo un pequeño taller de restauración creado por su padre, Francisco, 1970, en la calle Horno del Vidrio. Él les enseñó lo que había descubierto de alguno de sus maestros pero también la importancia de la observación detenida y meditada del arte antiguo. Esa es la clave, el secreto de su éxito y de ese olfato especial que tienen a la hora de restaurar y sobre todo enmarcar cualquier pieza.
Por problemas de salud de su progenitor, en el año 1980 asumieron la dirección del taller y tras más de treinta años de andadura empresarial han logrado conservar su esencia y mantener intacto su espíritu.
En la calle Horno de Vidrio buscaron un taller más amplio y de allí se trasladaron a Elvira, que ha sido su casa hasta hace unos meses. Este verano abrieron un gran establecimiento en la Plaza de San Isidro, en Granada -en frente de la fábrica de Cervezas Alhambra- en el antiguo local de venta de cerámica. "Aquí las piezas lucen mucho más", cuenta Francisco Ladrón de Guevara sobre la nueva tienda y taller, que inaugurarán oficialmente mañana con una velada que dará comienzo a las 20:30 horas y a la que están invitadas unas 90 personas, todas ellas clientes habituales.
El objetivo del traslado no es buscar nueva clientela, porque son sobradamente conocidos en el sector especializado que demanda sus servicios. Entre los usuarios de sus servicios se encuentran todos los anticuarios de Granada, el Museo de Bellas Artes o la Fundación Rodríguez Acosta, la iglesia granadina y numerosos coleccionistas particulares. El nuevo espacio sirve de tienda, pero también de exposición y taller de sus marcos cien por cien artesanales.
Con los anticuarios tienen una doble relación de clientes y usuarios pues ellos les proporcionan también buena parte de las maderas de época y piezas metálicas que utilizan en su delicada tarea de dar a un cuadro del Renacimiento o el Barroco y marco a la altura de sus características.
Pero no sólo de marcos viven los hermanos Ladrón de Guevara. También trabajan el dorado y policromía para, por ejemplo, tronos o esculturas. Restauran antigüedades, retablos, obras de arte, artesanados, todo tipo de artículos religiosos o pinturas. También hacen talla en madera, imaginería, decoración artística, decoración de artesonados de madera, enmarcaron de otro tipo de piezas antiguas como espejos, restauran barnizado del mobiliario de época. Por ejemplo, se puede encargar un espejo de una determinadas dimensiones o unas molduras. Y todo lo hacen con el saber hacer, la delicadeza y el cuidado por el detalle que caracteriza sus trabajos.
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