Artistas de Granada | Paco Lagares

La eterna esencia de lo bello

  • Con sus obras hace al espectador sentirse envuelto por los parámetros de un arte que es tan clásico como moderno porque su esencia es, simplemente, eterna

Una obra de Paco Lagares

Una obra de Paco Lagares / G. H.

Paco Lagares llegó a la ciudad desde Madrid siendo, ya, artista importante y curtido en los avatares expositivos de la capital de España. Pero Lagares es artista de Granada, de aquellos primeros héroes que empezaron a romper los moldes enquistados de la tradición y que siguieron la estela de otros artistas granadinos que escribieron la historia de una modernidad que, con ellos y desde ellos, se hizo mayor de edad y conquistó las máximas parcelas de un arte, desde entonces, sin complejos y abierto a lo mejor.

La historia personal de Paco Lagares tiene algunos datos de suma importancia. A mí me interesó mucho conocer que estaba emparentado con el genial Manolo Prieto, aquel gran diseñador nacido en El Puerto de Santa María que dejó para la historia universal uno de los iconos más importantes del arte: el toro de Osborne, esa imagen esencial en el paisaje de España que algunos imbéciles quisieron enchiquerar definitivamente por sus creencias interesadas de paletos en ejercicio. Esta anécdota entrañable es una más de una vida dedicada a lo mejor de la producción artística.

Y es que Paco Lagares es un artista que deja ver bien a las claras una importancia creativa fuera de serie. Con una solvencia pictórica sin resquicio alguno, con el compacto sistema creativo que, desde siempre, se ha exigido, para poder comenzar a moverse por las aguas impetuosas de la profesión, con un ideario estético conformado desde lo más exquisito, con una lucidez que lo lleva a formular posiciones bellas en fondo y forma y con un conocimiento apropiado de la historia del arte, la de ayer, la de hoy y la que se presiente, Lagares es un artista serio, en quien se puede confiar porque su obra no ofrece duda, que está en posesión de los elementos más clarificadores del arte y, que, sin duda, ofrece lo mejor de una plástica que él sabe llevar a los segmentos de lo más trascendente.

Paco Lagares en el estudio Paco Lagares en el estudio

Paco Lagares en el estudio / G. H. (Granada)

El creador ha sido hasta su jubilación, hace unos meses, uno de los profesores emblemáticos de la Facultad de Bellas Artes. Como docente ha sabido encausar a sus alumnos hacia un arte riguroso donde lo primero era adentrar a los jóvenes por la creación de verdad, por los principios básicos del arte que, después, puedan dar frutos expectantes. Su obra, llena de los postulados eternos de lo bueno, de lo realizado con rigor y con seriedad, lo capacitaba para formular los mejores sistemas que todo artista debe poseer. Con él la creación desentrañaba los esquemas imperecederos de lo artístico; por eso estaba en posesión de una verdad que podía valer unánimemente.

Como artista ha desarrollado una pintura portadora de toda la esencia de lo bueno. Sus obras han sido siempre desarrollos llenos de la máxima pulcritud; elemento pictóricos ejecutados con precisión pero sin efectismos epidérmicos; sus representaciones están imbuidas de los registros eternos del arte. Tras sus bellísimos jardines que compilan las teorías clásicas de la arquitectura, tras sus floreros que resuman la historia del arte atemporal, tras sus exquisitos colores que ejercen, por sí solos, de marcadores estrictos de lo bello, se descubre el historial justo de un arte sin tiempo ni edad.

Todo en la pintura de Lagares tiene un sentido, una dimensión de lo que fue, es y será la grandeza del arte. Sus elementos parecen eternizados, como si el tiempo hubiera detenido su discurrir ilustrativo y aumentara su determinante posición estética. La realidad descrita con tanta manifiesta sensibilidad nos resume el ideario estético de un artista pausado, sin prisas, observador impenitente de lo bello, relator de la esencia sublime de las cosas y manipulador de una forma plástica que desentraña aquello que es mínimo para convertirse, tras una mirada comprometida, en lo máximo de una historia sutilmente contada.

'Hortus Coclusus VIII' de Paco Lagares 'Hortus Coclusus VIII' de Paco Lagares

'Hortus Coclusus VIII' de Paco Lagares

Pero Lagares no sólo es un pintor de bellas esencias, de representaciones que trascienden lo real y se posicionan en estamentos de mágica verdad; es, también, un escultor de objetos llenos de poesía que rebasan su propia realidad de cosa para buscar nuevos estamentos llenos de pureza artística, verdad estructural y sabio concepto de la pureza del arte. En este sentido, la escultura de Lagares se convierte en bellos poemas visuales, metáforas de lo real, de lo presentido, asuntos que dejan su inmediatez para buscar rutas que acercan a espacios de suprema poética.

Esculturas, sobre todo, llevadas a cabo con cristal que sirven de escenario para situarnos por estancias donde a lo bello se yuxtapone la determinante función de una idea. Con ellas, se asume una nueva dimensión que está muy por encima de lo meramente material. Obras que trascienden más allá del sentido representativo para posicionarse en un nuevo estamento donde el concepto genera asuntos de muy dispar naturaleza, siempre con ese bello sentido de la más amplia pureza artística.

Lagares es un artista total, un sabio alquimista que convierte lo más sencillo en sutil esencia. Por sus obras transcurren brisas de eternidades, aires de sutilezas, vientos de verdades estéticas. Es un mago que cautiva convenciendo, un creador que con sus pinturas, sus dibujos, sus grabados, con esos bellos poemas escultóricos hace al espectador sentirse envuelto por los parámetros de un arte que es tan clásico como moderno porque su esencia es, simplemente, eterna.

'Dobles parejas' de Paco Lagares 'Dobles parejas' de Paco Lagares

'Dobles parejas' de Paco Lagares / G. H.

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