Artistas de Granada | Valeriano López

La mirada afilada de lo artístico

  • Al diseñador gráfico de Huéscar siempre lo hemos tenido por uno de nuestros creadores más acertados, con una formas que se nos antojan a todas luces especiales y comprometidas

Valeriano López, uno de los artistas granadinos más internacionales.

Valeriano López, uno de los artistas granadinos más internacionales. / G. H.

Probablemente sea Valeriano López el artista granadino con un planteamiento conceptual más poderoso. Un creador con un historial impresionante forjado desde proyectos entusiastas que no pasaron desapercibidos para los directores de galerías, los gestores de instituciones artísticas y coleccionistas importantes. En su carrera han existido hitos expositivos muy a destacar auspiciados por los nombres más determinantes del arte español, entre ellos la gran Juana de Aizpuru que, con esa visión preclara sobre el arte más nuevo, contó con el realizador nacido en Huéscar para su espectacular y trascendente catálogo de autores -López expuso, de forma individual sus proyectos La ciudad desorient(aliz)ada en 2007 y Secuela pública en 2013, llenando con su doblez significativa los espacios de la madrileña calle Barquillo donde se encuentra la mítica galería de Juana; además participó en muchas de las importantes colectivas organizadas por la galerista vallisoletana-.

A pesar de toda esta reconocida carrera llena de éxitos, Valeriano López no ha sido artista afecto a esos estamentos superficiales y efectistas que tanto abundan en el mundo de la creación plástica. Su obra ha estado por encima de tales vacuas coheterías y su potencial plástico y estético está solamente apoyado en ese apasionamiento y entusiasmo significativo que subyace tras cada una de sus obras, tras sus vehementes proyectos que hacen patentes realidades extraídas de una sociedad que él pone imagen con poderosas cargas de profundidad.

López es un artista especial, un creador nato que no se centra en un único postulado artístico. Él es notario fidedigno de una realidad a la que dota de una identidad especial para que ella misma desentrañe sus cuestiones, sus máculas, sus absurdos reinantes; para que manifieste los planteamientos surreales que tantas veces acontece en el discurso habitual de una sociedad tremendamente cuestionable y en claro proceso de cambio, casi siempre a peor. La obra de Valeriano plantea los infinitos matices que se desprenden de un entorno complejo donde lo humano ha perdido el rumbo y deja abiertas todas sus descarnadas heridas.

Una imagen de 'Secuela Pública'. Una imagen de 'Secuela Pública'.

Una imagen de 'Secuela Pública'. / G. H.

Pero, la obra de Valeriano no es sólo la imagen exacta de lo que acontece, de lo que el ojo ve sin dar crédito. Eso sería demasiado fácil y poco arriesgado artísticamente; el autor dota a su relato de un lenguaje especial, lleno de sarcasmo, de cáustica visión, de forma, en apariencia, exageradas pero que no son nada más que imágenes positivadas con una sabia y lúcida perspectiva; del que mira desde una privilegiada atalaya.

En su obra se presiente toda una preclara concepción artística, un desarrollo plástico que implica contextos diferentes donde lo social, lo histórico, lo cultural y lo político adquieren profundo estamento significativo; donde lo humano descubre sus rasgos imprevisibles, esos que tantas veces hacen reír por no llorar; donde lo más inmediato hace partícipe de sus escenarios imposibles, siempre sujetos a lo que esa espuria mayoría quiera argumentar dentro de su inconsciente testimonio de verdad actuante. En sus actuaciones, la visión particularísima del artista, sólo hace resaltar esa realidad a contracorriente que observa una mirada inteligente.

En la larga carrera artística de Valeriano López nos hemos encontrado con felices historias que argumentan aspectos de esa sociedad en clara descomposición; de esa humanidad pretensiosa que actúa sin sentido y, además, hemos descubierto facetas de una realidad que el autor magnifica para hacer más visible esos aspectos de dobleces y marcado surrealismo.

Tiburones en el piano. Tiburones en el piano.

Tiburones en el piano. / G. H.

En este universo artístico de muchas medianías; donde todo se parece a todo; donde hay gente que se cree ser los únicos; donde la realidad artística presenta excesivos adocenamientos, su obra ha supuesto, desde hace tiempo, una especie de isla en este océano de igualdades. Su trabajo siempre ha estado validado por un compromiso absoluto con la realidad circundante a la que le ha extraído muchos de sus registros para dotarlos de un lenguaje amplio, con sentido y abriendo las más extensas parcelas significativas; en definitiva, a Valeriano López siempre lo hemos tenido por uno de nuestros artistas más acertados, con una formas que se nos antojan a todas luces especiales y comprometidas, así como con uno de los sentidos creativos más expectante de este panorama artístico en el que pocos son los que realmente aportan algo diferente.

En el recuerdo colectivo de los amantes del arte se encuentran proyectos de suma trascendencia: Melodrama, lo excesivo en la imaginación postmoderna y Laoconte devorado, arte y violencia política, así como aquella extraordinaria muestra, Explosición, con Granada como base significativa sustentante, en el Palacio de los Condes de Gabia o, la última, en la Madraza, con el mundo de la docencia puesto en preclara evidencia por el que sabe, desde dentro, lo que se cuece en las aulas. Comparecencias que siempre han dio un punto más allá, con un trabajo valiente, arriesgado y lleno de los más extremos sistemas ilustrativos para que las piezas inviten a una reflexión, pellizquen las conciencias y se proyecten a un espectador que sabrá valorarlas en su justa medida siempre con una sonrisa de jocosa complicidad.

No podemos terminar manifestando las experiencia videocreativas de este autor en las que se escenifica esa realidad a contracorriente que tanto visión mediata del entorno ofrecen y en las que se cuestiona, con esa finísima ironía, un mundo lleno de contrariedades, de supuestos absurdos y de fáciles argumentos cuestionables de desarrollan. Valeriano López es uno de los artistas granadinos que más pura entidad creativa aportan a un arte que, con él, abren las máximas perspectivas.

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