Aterballetto, de Don Juan a programa variado

La compañía visita por primera vez nuestro más preciado escenario veraniego con un programa finalmente variado compuesto por cuatro piezas, en sustitución al anunciado Don Juan de Johan Inger (Estocolmo, 1967), ya que tras la lesión del rol principal en el ensayo general del viernes 27 todo tuvo que ser modificado a última hora. Fundada en 1977 como Ballet de los Teatros de Emilia Romagna, y que adoptó su nombre actual de Aterballetto dos años más tarde, gozando del reconocimiento internacional, a pesar de que Italia, en esto aún algo mejor que España, no goza actualmente de sus mejores momentos para la danza y el ballet.

Es un conjunto dancístico compuesto por tan solo 16 bailarines solistas con Gigi Cristoforetti al frente, secundado por la exbailarina Sveba Berti como directora de la compañía desde 2004. Troupe de formato medio compuesta por solistas capaces de enfrentarse con una alta calidad de movimiento a los diferentes estilos del panorama contemporáneo y que, en este programa, a pesar de los cambios de última hora mostraron la capacidad de cambio de programa con la entera profesionalidad que les caracteriza para su debut en Granada dentro del marco de la 74 edición del Festival de Música y Danza.

Programa

Comenzó la gala de danza con un fragmento del Don Juan(2020), de tan solo 6 minutos con la escena de la Boda, mostrando geometría coreográfica, colorido armónico, entusiasmo y alegría de los invitados dentro del marcado y característico registro contemporáneo del reconocido coreógrafo sueco, maestro descendiente de la saga de Mats Ek (Malmö, Suecia 1945) y actualmente afincado en Sevilla, ex bailarín del Nederlands Dans Théatre (NDT), ex director del Cullberg Ballet, artista consolidado durante varios años como coreógrafo independiente que colabora con numerosas compañías como nuestra Compañía Nacional de Danza, el Royal Swedish Ballet, Le Ballet de l’Opéra de Lyon, Les Ballets de Monte-Carlo y el Aterballetto d’Emilie-Romagna, con quienes también creó otras piezas además de esta como son: Bliss (2016), con la que cierra la velada ó Birdland (2017).

En segundo lugar, la brillante y conocidísima composición musical de George Gershwin con su potente Rhapsody in blue de Iratxe Ansa (Donostia- San Sebastián 1976) e Igor Bacovich (Turín, 1882), pieza de equipo vivaz, cambiante, divertida y dinámica, compuesta en el más característico código de movimiento de la compañía, un vestuario elegante y como no podía ser de otra forma en azul, un grupo que comienza a moverse en un claro-oscuro centrado en el foro escénico desde donde se va expandiendo lentamente, cuerpos que se articulan con organicidad y amplitud, mostrando energía a través de dúos, tríos, cuartetos y trabajo coral hasta llegar al recogimiento final en constantes variaciones de formas. Una preciosa pieza que ennoblece a los creativos en el aprovechamiento de las capacidades interpretativas del sobresaliente elenco.

En tercer lugar, Reconciliatio, dúo para dos intérpretes femeninas, en total sincronía y vestidas de blanco por Igor Chapurin con un maillot de tirantes alado recordando a las musas de Apollon en versión más moderna, ballet del prestigioso coreógrafo francés Angélin Preljocaj (de familia Albanesa pero nacido en Francia en 1957), del que el día 4 de Julio podremos ver también su versión completa del Lago de los cisnes por su propia compañía, y quien creara el bellísimo dúo Le Parx para Alessandra Ferri y Herman Cornejo, casado con Valéne Müler (cineasta y autora de filme Polina. Danser sa vie).

Y para cerrar la velada, Bliss (Bliss) tambiénde Johan Inger con música a piano fruto de la genial improvisación de Keith Jarret, una Oda del juego corporal de la danza, del placer de movimiento para ser bailado. Pieza que obtuvo el Premio Danza&Danza 2016 a la Mejor producción italiana y que fue estrenada el 23 de marzo de 2016 en el Teatro Comunale L. Pavarotti de Módena.

Un preciso y técnico elenco de bailarines a la altura de la demanda actual entre los que destacaba claramente Estelle Bovay, Sara De Greef, Arianna Ganassi, Ivana Mastrovito, Arianna Kob, Albert Carol Perdiguer , Clément Haenen, Matteo Fiorani y Leonardo Farina con evidencias de excelencia dancística interpretativa.

Se me hace necesario aprovechando la ocasión destacar, la labor profesionalizante que Inger, junto a Carolina Armenta (su pareja), desde principios de 2023 inició con el proyecto Take off Dance, como formación que prepara la transición de bailarines a la escena profesional de las más prestigiosas compañías europeas. Tras la desafortunada desaparición y cierre en 2020 del Centro Andaluz de Danza, del que desde la Junta nos aseguraron un cambio positivo, y que tristemente no nos volvieron a hablar, nada ha quedado, tan solo dejó de existir. Pocos balones de oxígeno quedan ya para los bailarines de otros códigos corporales diferentes al protegido flamenco en nuestra Andalucía, y pocas posibilidades existentes en nuestra comunidad que puedan favorecer el talento de las nuevas generaciones apasionadas de la danza clásica y contemporánea, hacer posible el poder desarrollarse profesionalmente como artistas, más allá de emigrar.

Así pues, el proyecto de Inger-Armenta repara, eso sí, de forma privada, esta ausencia formativa pública para el sector de la danza contemporánea, donde se requiere un alto nivel de exigencia intensiva, ofreciendo la participación en experiencias directas del repertorio europeo más actual, no solo de Inger, si no con repertorio de Jiri Kylian, Sharon Eyal, Marco Goecke, Crystal Pite, Mario Bermúdez o Catherine Coury entre otros altamente reconocidos que forman parte del espectro actual y pluralidad necesaria a dominar, para poder ejercer la danza profesional del momento.

Gran teatro

Un 74 festival que una vez más apuesta muy poco por grandes compañías y estrellas del momento y danza de alto nivel. Y con este llevamos tres directores; Heras Casado, Moral y Pinamonti que no parecen tener intención de recuperar aquellos tiempos de gloria para la danza que muchas generaciones anteriores vivieron y nos recuerdan, por ejemplo, cuando nos visitaron Nureyev y Margot Fonteyn, eso sí, ahora tendría que ser con artistas de la talla de Melissa Hamilton o Roberto Bolle, para que se recupere en “algo” el prestigio del ballet de entonces. Así es el paradigma de la agenda cultural 2031, una quimera. Pues después desde que, enel año 2008 se anunciara en la prensa la esperada noticia de la construcción de un centro escénico de Gran Formato para Granada, diseñado por el arquitecto japonés Kengo Kuma, tras 17 años, y desde que desapareciera el Teatro Cervantes en 1966 víctima de la especulación inmobiliaria de la época, ante la candidatura de la capitalidad cultural 2031, todo parece indicar que continuaremos igual, o peor dada la velocidad a la que trascurren los tiempos. Tal y como en tantas otras cosas y proyectos que se han seguido quedando en el localismo “qué bonica es mi Graná” sin la mayor amplitud de miras, ni tan siquiera ante semejante propuesta de Capitalidad Cultural Europea y sin que entre todos seamos capaces de tener generosamente una mirada pragmática por y para nuestra ciudad y sus ciudadanos de toda la provincia. Nos seguiremos quedando atrás en nuestra Andalucía con la única capital Andaluza junto a Jaén sin Gran Teatro para espectáculos de gran formato como la Ópera, la Danza y el Ballet. Claro que imagino deben pensar “para qué es necesario un escenario así, si no traemos espectáculos de gran formato a esta ciudad”. Si los proyectos anunciados que quedaron sólo en anuncios ilusionantes en prensa hubieran sido conclusos, tales como la estación de Moneo, el Gran Teatro, la agencia de inteligencia o un AVE real, quizás podríamos destacar hoy acordes con los tiempos al paso de nuestra vecina Málaga y no a la cola de nuestra Andalucía, pero siempre o de momento, nos salva la Alhambra.