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El bar de Eric, el nuevo Café Gijón

  • El local, situado junto a la Facultad de Derecho, abrió ayer sus puertas convertirse en un punto de encuentro de los músicos granadinos casi durante las 24 horas del día

Sorprende que hasta ahora ningún músico de Granada hubiese tenido la idea de montar un bar en el que pudiesen reunirse todos a compartir experiencias y bebidas. Una idea tan simple y, dado el potencial del público, se perfila como un éxito asegurado en estos tiempos. Esa ha sido la iniciativa de Eric Jiménez, batería de Los Planetas y Lagartija Nick. "Quiero hacer como un establecimiento como el Café Gijón pero en vez de dedicado a la literatura dedicado a la música, aunque abierto agente de todas las artes", comenta el copropietario.

En esta aventura se ha embarcado con David Ramírez, su socio en esta empresa hostelera que consiste en fusionar el tradicional bar de tapas con la historia musical de la ciudad, porque los artistas también viven de día.

Los socios llevaban bastante tiempo dándole vueltas a cómo sería el bar de sus sueños hasta que anoche, por fin, se pudo comprobar cómo era esa fantasía en una concurrida velada de inauguración.

El local, que esta situado en la calle Escuelas 8, en el entorno de la Facultad de Derecho, quiere convertirse en un punto de encuentro diurno para hablar de proyectos, de canciones y de cultura y nocturno sólo hasta las dos de la madrugada. ¿Una hora temprana para el gremio? "Nosotros calentaremos a los rockeros pero luego que los aguanten otros. Hemos puesto grandes cristaleras y persianas que se ve el interior para no poder quedarnos a puerta cerrada", comenta con sorna el batería de Los Planetas.

Sus paredes repletas de fotos, entradas, carteles y recuerdos personales de Eric pretenden ser un tributo al pasado, presente y futuro de la escena musical granadina. Un espacio en el que ayer y hoy se unen, promoviendo iniciativas que mantengan vivo y renueven el espíritu musical de Granada. Por eso en sus muros hay fotos de músicos como Lory Meyers, Los Niño Mutantes pero también de Enrique Morente o incluso Manuel de Falla.

"Queremos que el bar sea un repaso por la historia reciente de la música de esta ciudad" puntualiza Eric sobre un bar en el que el papel pintado está lleno de guitarras eléctricas.

La decoración, en la que la premisa de los copropietarios era que destacara la calidez, es obra del interiorista madrileño Alberto Ribera, que ha convertido el local en un espacio que respira modernidad aunque tenga aspiraciones de museo fetichista. "Queremos que sea la casa de los músicos pero que no se sienta marginado quien venga", explica.

Entre otros objetos, en sus paredes pueden verse la primera chupa de cuero de Ana Curra, cantante de Parálisis Permanente; una gorra de Joe Strummer, el mítico líder de The Clash. También hay objetos de `culto' como una camiseta firmada por el cantante de Sex Pistols, Johnny Rotten, "cosas que tienen un gran valor sentimental para nosotros", dice el músico y empresario.

"Queremos que el bar sea un repaso por la historia de la música de esta ciudad pero también un espacio donde puedan vender maquetas los grupos o puedan presentar sus proyectos", explica el batería.

Y la pasión por la música se unirá a tapas de calidad elaboradas por la Escuela de Hosteleía de Mojácar y que llevarán nombres singularse como piononos de salmón o tortilla roquera. Y todos eso acompañado por una gran selección de vinos y cocktéles -el bartería de Los Planetas hizo ayer hincapié en los de Gin Tonic- que se prefilan como estrellas del El Bar de Eric, el nombre que finalmente se le ha dado al local y que puede leerse en un popero luminoso de neón rojo.

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