Cuando una muestra llega al monumental espacio del Centro Cultural CajaGranada Memoria de Andalucía, uno se pregunta cómo es posible que tan impresionante espacio no sea el soporte de las mejores exposiciones, que no exista un proyecto permanente e ilusionante y que el edificio que construyera Campo Baeza no sea estación término de los asuntos artísticos más apasionantes. Aquí hemos podido constatar las especialísimas calidades museográficas que animan los muchos espacios que existen en algunas muy buenas muestras; sin embargo, existen tantas posibilidades que sen hace necesario muchísimo más de lo que se está planteando. Además la difusión es escasa y no llega a todos los sitios donde la cultura debiera llegar. No queremos pensar que esta falta de tacto en dar a conocer abiertamente y a todos los lugares -este crítico de arte que lleva muchos años escribiendo de las muestras que han existido en los distintos espacios de la entidad crediticia granadina, hace tiempo que ha desaparecido de los registros divulgativos de la institución que dirige Antonio Jara-, sea para no dar pistas de que podría haber mucho más y mejor de lo que hay.

La exposición de Larry Fink es un buen ejemplo de las cosas importantes que pueden llegar. El fotógrafo americano es uno de los máximos exponentes de esa fotografía que todavía puede levantar las mayores y las mejores emociones.

En esas espléndidas crujías de tantas posibilidades museológicas se presentan más de cien obras en las que la realidad de una parte de esa sociedad glamourosa americana está captada con infinita sensibilidad y con exquisita solvencia fotográfica. Los blancos y negros son mucho más que fotografías en blanco y negro. El artista sabe captar lo más mínimo para convertirlo en máximo. Aspectos de esa clase privilegiada -podría ser otra, aunque, ésta, ya ha sido motivo de repetidas miradas- que el fotógrafo extrae de la maraña ilustrativa para componer una escena llena de encanto visual y sobriedad formal gracias al manejo sobresaliente del flash. Lo que la mirada habitual no capta por pasar desapercibido en una aplastante realidad, Larry Fink lo eleva a una máxima categoría estética gracias a que es capaz de suprimir lo mucho superfluo existente para dotarlo de un especialísimo aliento donde sobresalen registros de suprema emoción artística.

La muestra de Caja Granada viene de la mano sobresaliente y sabia del Centro Andaluz de la Fotografía, allí donde las luces superiores brillan de una manera absoluta gracias a que se sabe muy bien lo que hay que hacer y cómo hacerlo trascender por todo el territorio andaluz.

Esperemos que esta exposición de uno de los grandes artistas de la fotografía en los espacios supremos del Museo de la Memoria de Andalucía tengan la continuidad expositiva que se merecen. Todos lo esperamos con ansiedad.

C. Cultural CajaGranada Granada