Blancanieves, más viva que nunca

El Festival de Música y Danza se suma a los Goya con una proyección de la película con banda sonora en directo

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Un momento de la proyección de 'Blancanieves' con música en directo.
Un momento de la proyección de 'Blancanieves' con música en directo. / José Velasco / Photographerssports

Granada/El Festival Internacional de Música y Danza se suma a la fiesta del cine español con una iniciativa singular e interesante: la proyección de Blancanieves, de Pablo Berger, interpretando la magnífica banda sonora de Alfonso de Vilallonga en directo. Para ello, ha contado con el patrocinio de Unicaja y con la colaboración artística de la Orquesta Ciudad de Granada, que dirigida por Pablo Urbina dio una vez más vida a una película icónica del cine español. Paolo Pinamonti, el nuevo director de Festival, se apunta un tanto a su favor al sumarse a las actividades que Granada tendrá durante las próximas semanas con motivo de la 39 edición de los Premios Goya, que se celebrará el próximo 8 de febrero. Y es que la música de cine gusta, y si se puede disfrutar en directo junto a la proyección, todavía más.

La proyección de Blancanieves se vio enriquecida, además, con una mesa redonda moderada por Juan de Dios Salas, que tuvo lugar en la Madraza la víspera de esta sesión de cine-concierto. En dicho coloquio, en el que estuvieron también presentes Pablo Berger y Alfonso de Vilallonga, Pinamonti manifestó su creencia de que el cine debe ser un eje vertebrador del Festival de Granada, ya que el desarrollo y evolución del séptimo arte es uno de los rasgos definitorios de la música occidental contemporánea. De este modo, la banda sonora se convierte en un elemento de consumo menos elitista dentro de la música contemporánea, una música que ha evolucionado a través del cine y que resulta más cercano al gran público, continuando con una línea evolutiva que se remonta a la música escénica del siglo XIX.

La Blancanieves de Pablo Berger es una versión libre del cuento que popularizaron los Hermanos Grimm, rodada en 2012 en blanco y negro como una película muda, con referencias al expresionismo, al cine soviético de comienzos del siglo XX y a la obra de Victor Sjöström, entre otras. Para el director y guionista de la cinta, lo importante era realizar un trabajo honesto que contara una historia surgida de una amalgama de imágenes que ya tenía y que tardó ocho años en poderlas plasmar. El guion, hábilmente construido y lleno de detalles y simbología, cobra todo su sentido en un proyecto visual cargado de juegos de luces y sombras, actuaciones icónicas de un reparto de lujo y una dialéctica – la del cine mudo – que sigue interesando y cautivando al público.

La película se sustenta a nivel semántico en la fuerza de la imagen, pero también en la banda sonora de Alfonso de Vilallonga, compuesta en estrecha colaboración con Pablo Berger. El proceso creativo, según declararon ambos artistas, fue muy fluido y dinámico, lo cual se refleja en una poderosa partitura llena de giros expresivos y referencias a la imagen de enorme fuerza, que cautivan desde el primer momento y mantienen la narrativa durante las casi dos horas de película. Y es que en una cinta así no puede haber silencios, salvo que se traten de recursos expresivos marcados por el director.

Con todos estos elementos, la mera proyección en gran pantalla de Blancanieves ya resultaría atractiva por sí misma como prolegómeno de la fiesta del cine español; no olvidemos que en su edición de 2012 obtuvo dieciocho nominaciones a los Premios Goya y ganó diez estatuillas, incluyendo Mejor película y Mejor música original. Pero, si además se proyecta con la interpretación en directo de la banda sonora por la Orquesta Ciudad de Granada, la experiencia se convierte en una cita con lo mejor de ambos mundos: el cinematográfico y el musical.

La historia se ambienta en la Sevilla de los años veinte, con referencias al casticismo, los toros y el flamenco, pero también con una mirada hacia la modernidad urbana y a la emergente industria de los medios de masas y el papel cuché, que se constituyen en objeto de deseo de la malvada madrastra que encarna magníficamente Maribel Verdú. Así pues, no es de extrañar que director y compositor pensaran en la dialéctica del flamenco para determinadas escenas, con ritmos de bulería y lamentos de saeta hábilmente musicados por Juan Gómez “Chicuelo” y el propio Vilallonga en colaboración con la cantante Silvia Pérez-Cruz.

'Blancanieves', de Pablo Berger

Música: Alfonso de Vilallonga

Solistas: Katharina Micada (sierra musical), Juan Gómez “Chicuelo” (guitarra), Anna Colom (voz), Diego Amaya e Isaac Vigueras (palmas).

Orquesta Ciudad de Granada

Director musical: Pablo Urbina

Lugar y fecha: Teatro Isabel la Católica, 18 de enero de 2025

Clasificación: 5 estrellas

El propio Chicuelo estuvo presente junto a la OCG, acompañado por la voz de Anna Colom y por Diego Amaya e Isaac Vigueras a las palmas. La escena de la fiesta de primera comunión, los cantos que evocan a la madre ausente, o los ritmos de zapateado y los dobles de palmas que tan bien acompañan las escenas más dinámicas – la corrida de toros, la búsqueda del gallo Pepe, la persecución de los enanos – son algunas de las muchas referencias que tan hábilmente se introducen en la banda sonora de esta cinta, y que interpretó hábilmente el cuarteto flamenco junto a la OCG.

La dirección musical de Pablo Urbina fue otro gran acierto, que ha podido trabajar estrechamente con Alfonso de Vilallonga, quien se incorporó a la orquesta en calidad de pianista, además de tocar en momentos concretos el ukelele y el acordeón, este último en una deliciosa escena de baile entre Blancanieves y los enanos en perfecta sincronía. No es fácil interpretar en directo la banda sonora de una película, algo que sabe bien Pablo Urbina, quien ha tenido que verse la cinta muchas veces y ensayar con los músicos mientras lo hacía. Sin embargo, Blancanieves tiene una característica singular que hace más dinámica esta labor y permite prescindir de la claqueta rítmica que habitualmente se utiliza en estudio: al ser una cinta muda, su estructura argumental se articula por medio de los intertítulos, los cuales sirven como referencia interpretativa a la partitura.

La labor de los músicos de la OCG, que desplegó una riquísima paleta tímbrica, estuvo a la altura de la genial obra de Pablo Berger. Cabría destacar cómo, por exigencias de la imagen, el maestro Urbina fue transformando con enorme ductilidad y dinamismo su sonido con singular efectismo y gran eficacia. Así, por momentos sonaba a la banda presente en la Plaza La Colosal de Sevilla, o bien destacaba algún color tímbrico, como el oboe para el gallo Pepe o la sierra musical para la enigmática y malvada madrastra, instrumento singular que fue interpretado magistralmente por Katharina Micada, invitada para la ocasión.

El propio Berger, el día antes, declaraba que para él lo principal en una película es tener una buena historia, que luego se enriquece añadiendo un buen equipo y un mejor reparto; también comentaba que el tiempo es quien verdaderamente pone a cada título en su verdadero valor. A partir de esa premisa, la proyección de la cinta con interpretación en directo de su banda sonora fue indiscutiblemente un evento de enorme valor artístico, y validó la merecida presencia de Blancanieves entre las diez mejores películas españolas del siglo XXI, según publicaba la revista Dirigido por en su número quinientos.

En definitiva, ver Blancanieves con la música en directo fue una experiencia estética extraordinaria y de la más alta calidad. El público que abarrotaba el Teatro Isabel la Católica, puesto en pie, ovacionó durante más de diez minutos a los músicos y a su director, pero también a Alfonso de Vilallonga y Pablo Berger, presentes en la sala, quienes agradecieron con una amplia sonrisa de satisfacción la magia desplegada esa noche. ¡Y es que Granada, estos días más que nunca, es una ciudad de cine!

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