El cante de Luis el Zambo en directo
Directo en el Círculo Flamenco | Crítica
La ficha
'Directo en el Círculo Flamenco de Madrid' Luis el Zambo. Guit.: Miguel Salado, Manuel Parrilla y Domingo Rubichi. El Flamenco Vive.
Podemos decir que, a sus 76 años, este es el segundo disco en solitario de Luis el Zambo, cantaor y pescadero durante buena parte de su vida. Han pasado 23 años desde Gloria bendita que se grabó con todos los medios que por entonces se estilaban en el mundo del flamenco, y con la producción y la guitarra del gran Moraíto Chico, tristemente desaparecido.
En este caso estamos ante una serie de registros en vivo efectuados en junio de 2015 y diciembre de 2017 y en noviembre de 2023 en el caso de la bulería que cierra el disco. Está toda la grandeza y las dificultades de los directos: el calor del público se percibe en cada tercio, pero se actúa sin red, es decir, que no se pueden cambiar, cuando los hay, los problemas de sonido o afinación.
El Zambo también aparece en el disco colectivo Al compás de los Zambos (1999), con su familia, Juncales de Jerez-Cayos Reales (1998) con bulerías y soleá, Testimonios flamencos (1995) y Ecos de la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla (2001) con soleá por bulerías y bulerías. Evidentemente, este último cante es el estilo bandera de El Zambo que lo registra, también, en el disco Zaguán (2001) de Miguel Poveda y en Paseo de los castaños (2001) de Tomatito en directo. En Morao, morao (1999) de Moraíto Chico canta soleá por bulería. Un recital suyo, con la guitarra de Diego Amaya, está grabado en vídeo en la colección Puro y jondo (2002).
Luis Fernández Soto (Jerez de la Frontera, 1949) nació en la calle de La Sangre (Taxdirt) del barrio de Santiago. Su familia, aunque de tradición flamenca, y el mismo, se dedicaba a la venta de pescado hasta que en 1998, a causa del éxito de su intervención en el disco colectivo Cayos Reales, decide dedicarse profesionalmente al cante. Por tarantos sigue, por partida doble, la huella de Manuel Torre, no solo en la melodía, también en el estilo bronco y directo, para cerrar con la cartagenera del Rojo el Alpargatero. No obstante, su mejor virtud es el compás, como podemos apreciar en las bulerías, y su eco prodigioso.
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