Carlos Soto: "Mientras pasen cosas con la música de raíz, esta música estará viva"

El veterano ex Celtas Cortos llega este jueves al Parapanda Folk de Íllora reinventando la fusión de músicas tradicionales de Castilla y León con sonidos chelta, sefardíes y mediterráneos

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Carlos Soto (centro) presentará en Íllora su nueva propuesta folk
Carlos Soto (centro) presentará en Íllora su nueva propuesta folk / G. H.
M. Valverde

Granada, 24 de julio 2025 - 04:44

El veterano músico Carlos Soto, ex miembro de la mítica banda Celtas Cortos, llega la noche del jueves al Parapanda Folk de Íllora para presentar su Folk Sextet, un proyecto consolidado de folklore reinventado con el que fusiona músicas tradicionales de Castilla y León con sonidos chelta, sefardíes y mediterráneos,extensamente premiado y con una sólida trayectoria en España y Europa.

Pregunta.¿En qué punto como formación y como proyecto les llega su próximo paso por el festival Parapanda Folk? Porque la suya es ya una carrera de larga distancia...

Respuesta.Venimos con el tercer disco de mi proyecto Castijazz, Barrio Mudéjar, un trabajo que pretende unir las músicas del mundo y el jazz con las músicas de raíz. Es un sonido en el que estoy bastante cómodo, con una mezcla muy personal de todas las músicas de origen sefardí y morisco y con influencia de las músicas orientales unido a las músicas de raíz y las músicas de nuestra tierra, que no dejan de ser temas ibéricos que se conocen en toda la península. El trabajo ha consistido en rescatar esos temas que me llegaron desde la infancia, a través de Joaquín Díaz y de otras formaciones en las que he estado, y en elaborarlas con esas músicas sefardíes y de influencia oriental.

P.Se van a encontrar con un público que sabe mucho de música folk… ¿Suele pasar?

R.No mucho, pero creo que la labor de ir educando y ayudando a la gente a escuchar en festivales como el Parapanda es muy importante, porque eso genera un público activo y un público deseoso también de recibir cosas nuevas.

P.En su caso, que acumula ya bastantes años dedicado a pleno corazón a la música folk, ¿qué fue lo primero que le sedujo de ella? ¿Qué es lo que lleva a un músico de formación a optar por esa labor también de investigación que conlleva la música folk?

R.Yo venía de Celtas Cortos, donde había una parte de músicos que estaban más cercanos al mundo del rock y otra parte al folk, que es donde yo me situaba. Antes de Celtas pasé junto a Jesús (Cifuentes) por otro grupo de música folk, así que es algo que había mamado siempre… Por aquel entonces era muy urbanita, vivía en Valladolid, pero cuando dejé Celtas me fui a vivir a un pueblo y eso, de alguna manera, me llevó a volver a encontrarme con lo que yo era. En cualquier caso, la música de raíz siempre me ha tirado precisamente por eso, porque me parece que tiene una fuerza y una energía increíbles, que viene de muy adentro y que no sabría explicar. Con esa energía, ese ímpetu y esa fuerza me puse precisamente a preparar este proyecto de Castijazz, donde pesa más la idea no tanto de la recreación como la de la reinterpretación, que es donde yo me siento a gusto. No busco tocar los temas tal cual se tocaban antes, sino utilizarlos como excusa para desarrollar un lenguaje y una narrativa propios.

P.Resulta un poco curioso que al final lo más tradicional y que ha sobrevivido más en el tiempo sea uno de los géneros más abiertos a las reinterpretaciones y a la exploración de nuevos territorios, ¿no cree?

R.La música tradicional es como un diamante en bruto que permite interpretarla con los mismos instrumentos en que se hacía en su origen pero también llevártela a tu propio mundo para hacer tu propia versión, que es mi caso, trabajar con ella como fuente de inspiración e integrarla en mi propio lenguaje musical. Muchos estamos en este camino porque, precisamente, la música tradicional es muy inspiradora en ese sentido. En mi caso creo que también es importante la labor de aportar nuevos temas a ese repertorio tradicional. Ya luego será la Historia quien decida si se incorporan como algo para siempre o no, pero me gusta aportar también mi pequeño granito de arena.

Imagen de Folksextet, el proyecto de Carlos Soto
Imagen de Folksextet, el proyecto de Carlos Soto / G. H.

P.¿Le gustaría que su música forme parte del legado y de la memoria cultural de las generaciones venideras al igual que usted bebe de quienes le precedieron?

R.Sí, ojalá sea así… No es algo que me plantee cuando hago música; la hago con la idea de sacar adelante un tema, ponerlo sobre el papel, grabarlo, y dejarlo ahí. Si luego perdura, será la Historia la que lo decida. Ojalá sea así, aunque sea sin nuestro nombre, simplemente como un tema que se incorpora como uno más de nuestra tradición. Si eso pasa será porque lo hemos hecho bien, ¿no?

P.Ahora estamos viviendo en un momento de revisión muy certera del folk tradicional de la mano de artistas muy potentes como Rodrigo Cuevas, que parece que están acercando este estilo a nuevos públicos. ¿Hasta dónde se pueden explorar nuevos caminos para que haya futuro?

R.Yo creo que es infinito. Ahora, afortunadamente, hay formaciones más conocidas que están haciendo que la gente, especialmente los más jóvenes, fijen su mirada en que también existe esta música, y eso es muy interesante. A partir de ahí, el camino no tiene límites siempre y cuando se haga con respeto. Igual podemos ser un poco irreverentes, y eso también es muy interesante, pero siempre desde el respeto. Lo he hablado mucho con grandes del folk y están absolutamente de acuerdo: lo importante es que pasen cosas con la música de raíz y, mientras pasen cosas, esta música estará viva.

P.¿Y sigue teniendo aún margen para la sorpresa y el descubrimiento?

R.Absolutamente. Cada día... Es que, lo que decíamos, estas músicas son infinitas… Hace dos o tres años para mí los verdiales eran algo desconocido y fíjate cuánta fuerza y cuánta profundidad hay en ellos. Ahora que tenemos más posibilidades de conocer diferentes músicas de diferentes partes del mundo por internet; ahora que podemos hilar una cosa con otra y profundizar en lo que más te guste, hay mucho margen para la sorpresa. Existen músicas maravillosas en todos los lugares del mundo y, por supuesto, también en nuestra tierra. Cuando vas quitando las capas de los temas más conocidos, vas descubriendo nuevas cosas y esa magia se mantiene cada vez que vas a otro lugar.

P.¿Qué espectáculo se encontrará el jueves el público del Parapanda?.

R.Llegaremos con nuestro último disco, Barrio Mudéjar, con influencias orientales y cantos sefardíes. Pretendemos hacer un viaje sonoro hacia temas de la península, algunos de ellos muy reconocibles, y dejar un espacio para la reflexión y la reivindicación. Justo mientras estaba haciendo este disco surgió el conflicto entre Israel y Palestina que acabó siendo un genocidio. Era terrible porque lo que estaba planteando era un canto de paz, recuperar de alguna manera esa esencia de la península de convivencia, aunque fuese como utopía, pero al mismo tiempo surgía un conflicto, la guerra, una matanza. Eso es terrible. El disco tiene una composición que se llama Lamento por Gaza que es precisamente por todos esos muertos que cada día veía en los telediarios mientras estaba haciendo el disco. Creo que ese deseo de paz y de convivencia entre los pueblos va a estar muy presente en nuestro concierto.

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