Un exhaustivo análisis científico de los restos del rey Ricardo III, el último monarca de Inglaterra muerto en batalla hace ahora 500 años (y en quien se inspiró Shakespeare para su tragedia Ricardo III), incluyendo una reconstrucción en 3-D de su columna, confirma que el monarca no era realmente un jorobado sino que sufría de escoliosis, una curvatura lateral de la columna vertebral. Los científicos descubrieron la anomalía medular que parecía escoliosis cuando el esqueleto de Ricardo III -con la calavera partida- fue desenterrado en la ciudad de Leicester en 2012, en uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia inglesa reciente. Los investigadores crearon un modelo 3-D de plástico de la columna del rey basándose en las exploraciones de los huesos y proporcionaron el primer análisis completo del estado de Ricardo III, publicado en la revista Lancet.