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La ciudad más cantada del mundo

  • De Plácido Domingo a Paco de Lucía, del Coro del Ejército Rojo a Frank Sinatra, la 'Granada' de Agustín Lara presume de ser la canción en castellano más interpretada de la Historia

Granada tenía de todo. Tenía belleza, tenía luz, tenía color, tenía historia, tenía poesía... Pero le faltaba una canción, un himno capaz de resumir toda la música que encierra. Tuvo que ser un mexicano, el compositor Agustín Lara, quien mejor supo definir todo lo que es Granada y todo lo que la hace diferente al resto de lugares del mundo. Granada, una canción escrita hace ahora 75 años sin demasiadas pretensiones, ha conseguido en este tiempo traspasar fronteras hasta convertirse en algo más que un himno para la ciudad, en un clásico de la historia reciente que suma versiones de algunos de los cantantes más influyentes de la música actual.

Los 35 versos que conforman Granada fueron compuestos en un principio para Pedro Vargas, el llamado 'Tenor de las Américas', quien fue su primer intérprete. Desde ese momento, la partitura de la canción ha sabido adaptarse a estilos tan distintos como el rock, el flamenco, el jazz o la ópera, que se han encargado de que el nombre de Granada suene por todos los rincones del mundo.

Carlos Ramírez fue uno de los primeros en ponerle voz a Granada. Lo hizo en 1944 junto a la orquesta de Xavier Cugat, que grabó una nueva versión instrumental en 1958. The Tornados le pusieron guitarras eléctricas a sus notas en medio de la fiebre rockera de los años sesenta, y Paco de Lucía la vistió de flamenco con su guitarra. José Carreras, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo enamoraron con ella a la lírica, el dúo Baccara la adaptó a la música disco, la Familia Lima le puso ritmos brasileños e incluso el Coro del Ejército Rojo grabó una particular versión del tema en 1989.

Pero fueron muchos más. Bing Crosby fue el primero en atreverse a cantar Granada en inglés. Le seguirían después gente como Frankie Laine, que en 1954 alcanzó el puesto número 17 en las listas de éxitos estadounidenses con su adaptación del tema de Lara; Ben E. King, que la incluyó en su exitoso álbum Spanish Harlem, o el australiano Barry Crocker. Pero una de las versiones más curiosas es, sin duda, la que se grabó de ella en 1961, y que permitía escuchar en la letra en una traducción al inglés: "Granada, I'm falling under your spell, and if you could speak, what a fascinating tale you would tell of an age the world has long forgotten, of an age that weaves a silent magic in Granada today". Los Tres Tenores recuperaron esa versión para sus actuaciones.

La repercusión de Granada, la canción en castellano más interpretada en el mundo, también ha trascendido al cine. El actor y director italiano Roberto Begnini la incluyó como telón de fondo para una de las escenas más emotivas de El tigre y la nieve, su última película, al tiempo también ha servido de banda sonora de insospechadas producciones internacionales de todos los géneros.

Posiblemente, ni el propio Agustín Lara habría podido nunca imaginar la trascendencia de su canción. ¿Una obra escrita por un compositor mexicano dedicada a una ciudad española en voz de Frank Sinatra? A priori, algo impensable, aunque sólo a priori. La popularidad de Agustín Lara trascendía ya por aquel tiempo las fronteras mexicanas y su valor como compositor, junto a su predilección por los ambientes nocturnos, se habían extendido velozmente. Canciones como Imposible, La prisionera, Mujer, Solamente una vez, Sabor a mí, Amor de mis amores, Alma, corazón y vida, Piensa en mí o Amorcito, corazón hicieron el resto, y encumbraron a Lara a los puestos más altos de la música.

El propio compositor habló de su creación como una de las canciones mexicanas del género "lírico-sentimental" más importantes de todas cuantas se han escrito. Pese a todo, puede que deba parte de su trascendencia a la perfecta fusión de formas populares y del folclore con la música más culta, que fueron capaces de dar forma a un tema lleno de color y ritmos que era capaz de descubrir matices radicalmente opuestos dependiendo de la voz que la interpretase.

Tras regalarle una fama universal, Agustín Lara tuvo la oportunidad de constatar en primera persona el agradecimiento y el cariño que le profesaba toda la ciudad. Compuso la canción antes de haber estado en Granada, aunque reconoció que se había enamorado de ella a través de un libro de fotografías que un día llegó a sus manos y que desde ese momento estaba ansioso por conocerla. Su visita a la ciudad llegó, por fin, en junio de 1964 para recibir un simbólico homenaje a nivel internacional a propuesta de Francisco Franco. El tributo también contemplaba ciudades como Madrid, Murcia, Toledo, Sevilla, Valencia y Navarra ya que, además de Granada, el compositor mexicano firmó canciones como Cuerdas de mi guitarra, Españolerías, Lamento español, Clavel sevillano, Organillero o Saca los nardos, morena, donde se evidenciaba su gran fascinación hacia todo lo relacionado con lo español.

La buena sintonía existente entre el compositor y Granada se hizo patente nada más bajar del avión, cuando un Lara exultante de alegría dijo a los periodistas: "No he venido a pisar la tierra de Granada sino a besarla con los labios y el corazón". El Ayuntamiento organizó para la ocasión un programa de homenaje que incluía un completo recorrido con visitas por los principales monumentos y espacios históricos. Le obsequiaron con una caja de taracea que contenía tierra de Granada y una batuta con empuñadura de plata y le nombraron Hijo Adoptivo de la Ciudad. Incluso, el alcalde por aquel tiempo, Manuel Sola Rodríguez-Bolívar, le regaló una parcela en Sierra Nevada que nunca llegó a visitar. Una relación especial que Agustín Lara resumió en una frase que pronunció el 22 de agosto de 1965 y que ha pasado a la historia: "Granada: sólo tú podrías haberme inspirado esta canción divina. Bendita seas".

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