Una astilla desprendida de un hueso, eso es una esquirla. Un trocito orgánico que ha huido de su ser. Bien, ahora se entiende todo: Exquirla es el proyecto que reúne a Niño de Elche -flamenco de origen y sonido- y a la banda instrumental Toundra -que corroe los oídos a base de electricidad y distorsión-. Esta nueva formación actúa esta noche en la sala Prince presentando los temas de su primer álbum, Para quienes aún viven. La cita está enmarcada dentro de Los Momentos Alhambra Música que ya ha contado con otros nombres propios como Neuman, Lapido o Estrella Morente.

-¿Con qué intención artística nace Exquirla?

-Exquirla pertenece a un encuentro que tuvimos Esteban (Toundra) en el Monkey Week hace un año. Hablamos de los anhelos que tenían ellos de colaborar con un cantante dentro de sus códigos y de que yo siempre he tenido el deseo de trabajar con una banda con esa contundencia sónica.

-Toundra quería colaborar con un cantante que siguiera sus códigos, pero usted es en esencia flamenco.

-Eso es lo que se supone que soy, pero yo he escuchado muchísimo metal y hardcore. Mis códigos están más abiertos que lo que el flamenco me propone. Toundra tenía un anhelo ilusorio de colaborar alguna vez con un cantante pero sin pensamiento de hacer un proyecto formado. Y yo tampoco: no me imaginaba formando una banda.

-¿Hasta qué punto se sienten herederos del Omega de Morente y Lagartija Nick?

-Bueno, somos herederos de muchísimos discos, ese entre ellos. Pero no es un disco de referencia porque el Omega es flamenco y este es un disco que tiene otra perspectiva, es de otra época y tiene otras miras.

-Pero sí que dicen que este Para quienes aún viven recuerda mucho al Omega.

-Eso pertenece a la vaguedad de escucha de este país. Es curioso cómo la gente no reconoce rifss de otras canciones que están copiados, por qué no decirlo. Una anécdota de cuando Esteban y yo estábamos grabando el disco es que al saber que se iban a comparar ambos discos decidimos apuntar en un folio todos los pasajes del trabajo que están inspirados en según qué temas. Es algo que siempre denuncio: los prejuicios a la hora de escuchar música.

-Este disco se compone de varias canciones de 9 minutos y con mucha más parte instrumental que voz, es para una escucha concienzuda y paciente.

-La cuestión de que haya más instrumental que voz no es buscada, simplemente cuando yo canto intento que la voz tenga algo que decir. Meter voz por meterla es uno de los grandes equívocos, por eso cuando aparece lo hace con solemnidad y con un sentido. No son simples coros.

-¿Cree que eso ha delimitado mucho su público?

-El público siempre lo está de una forma u otra. Sí es verdad que Para quienes aún viven tiene una estructura grandilocuente que hace que te tengas que enfrentar a él. Pertenece a esos discos más contundentes. Los ingredientes que echamos a la hora de crearlo no propiciaban que fueran temas amables de tres minutos.

-Siempre ha recibido malas críticas de los flamencos. ¿Con este disco vuelven a la carga?

-Bueno, los flamencos por suerte no se enteran mucho de las cosas. Entonces con este disco no he leído muchas críticas porque ellos (ni yo) lo consideran flamenco.

-La crítica social siempre ha formado parte de su discurso, este trabajo parte además del libro La marcha de 150.000.000 millones de Enrique Falcón, ¿qué parte ocupa la protesta en el disco?

-Es un libro que respira unos hechos que nos atraviesan diariamente. El tema de Europa y la inmigración, la fuerza de los poderes económicos, el fascismo sociológico... todo eso aparece en esos textos. Son muy contundentes y muchas veces pertenecen más al mundo de los grises que a la política panfletaria de lo que deben ser las cosas.