Actual

Una criatura (fílmica) con dos cabezas

  • El guionista Rafael Cobos, ganador del Goya por 'La Isla Mínima', desvela las claves de su colaboración junto a Alberto Rodríguez, con el que ultima su nuevo proyecto

El guionista Rafael Cobos, ganador del Goya por La Isla Mínima, opinó ayer que Francisco Paesa, el agente de los servicios secretos que inspirasu próximo proyecto junto al director Alberto Rodríguez, "es un personaje a través del cual se pueden contar los últimos 40 años de la historia de España. Era un pretexto fantástico para mostrar cuál es el signo político de nuestra sociedad". Aunque en un principio la película, que empezará a rodarse el próximo verano, iba a narrar los negocios en Guinea y otros asuntos con los que se vinculó a este espía -de quien se dice que vendió misiles a ETA y colaboró con los GAL-, finalmente el largometraje se centrará en su participación en la operación de búsqueda de Luis Roldán, "una premisa fabulosa para hablar de Paesa y de este país", apuntó Cobos.

El colaborador habitual de Rodríguez desde 7 vírgenes, una alianza que ha dado otros frutos como After o Grupo 7, explica cómo se organizan el director de La Isla Mínima y él para dar forma a sus historias. "No escribimos a cuatro manos, sino con dos cabezas. Los dos pensamos, pensamos mucho, vemos de qué vamos a hablar, cuál va a ser la línea temática; los personajes van de la mano de ese concepto. Cuando tenemos el tema y los personajes, la historia empieza a salir", detalla Cobos. Es él quien escribe el primer libreto, "y Alberto, que no está contaminado y tiene distancia con el material, el que empieza después a editar, a coescribir", desvela. No se desentiende una vez que Rodríguez y él dan por definitivo un borrador -"lo hacemos más por agotamiento que por convicción, ocurre porque nos espera un productor y porque tenemos que comer, si no tardaríamos todavía más"-, y suele aparecer por el rodaje. "Si el director es inteligente, tendrá al guionista cerca. Es el que conoce hasta el tuétano la historia y puede ayudar a los actores", asegura Cobos, que ha coescrito junto a Fernando Navarro el guión de Toro, que ha rodado Kike Maíllo (Eva) y protagonizan Luis Tosar, Mario Casas e Ingrid García Jonsson.

En su intervención, Cobos no quiso pontificar sobre su oficio. "Alberto y yo tenemos una máxima: nada de lo que hacemos es importante, lo que no quiere decir que no nos importe lo que hacemos", afirma. Con la misma sencillez reflexiona sobre la construcción de los personajes: "A mí me hace gracia cuando un compañero me dice que en un determinado momento de la escritura es el personaje el que le dice lo que tiene que hacer. Yo no empiezo a escribir hasta que no tengo controlado hasta el extremo todo", comparte el creador.

Al contrario que otros autores, él no cree que lo vivido por los protagonistas en el pasado sea tan crucial para entenderlos. "No me interesa tanto el background, lo que arrastran, escarbar en el contexto sociocultural. No tiene por qué existir una razón para que una persona sea mala, no se trata de por qué somos de una determinada forma, sino cómo actuamos, qué es lo que hacemos", argumenta un autor que reconoce que entre las asignaturas pendientes del tándem que forma junto a Rodríguez estaría el de ofrecer papeles de más entidad a las actrices "aunque mi personaje favorito de Grupo 7 era el de La Caoba [la prostituta a la que interpretaba Estefanía de los Santos] y en la nueva va a haber un personaje femenino muy interesante".

Cobos llevó ayer al seminario, para enseñar a los alumnos el premio, el Goya conseguido por La Isla Mínima, un galardón que él habría otorgado al argentino Damián Szifron por Relatos salvajes. Resulta difícil imaginar ahora que el guionista entrara en el cine por "frustración", como confesó ayer. "Yo quería ser escritor, en un principio quería ser poeta. Hice una novela que guardé en un cajón, y luego me dediqué al teatro. Montamos una compañía en la universidad, en la que hacíamos unos textos horribles", recuerda, antes de añadir que, "curiosamente, ahora me han ofrecido escribir una novela. Y la verdad es que tengo un miedo terrible".

Cobos también se refirió al título más incomprendido en la filmografía conjunta de Alberto Rodríguez y él, After. "Quizás nos equivocamos en el tono. Si hubiésemos sido más ligeros... Es demasiado oscura, demasiado solemne. Hubo dos tipos de espectadores, quien la aborreció y la vio muy extrema y quien apreció el desencanto de los personajes y otras cuestiones más profundas. Pero yo", concluye, "sigo defendiéndola: posiblemente sea nuestra película más rica, con más hondura".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios