67 festivaL DE MÚSICA Y DANZA Entre bastidores

Una crónica paralela a la del Festival

  • El crítico musical Juan José Ruiz Molinero cumple 60 años glosando la historia de la gran cita cultural granadina

Juan José Ruiz Molinero posa para 'Granada Hoy'.

Juan José Ruiz Molinero posa para 'Granada Hoy'. / Archivo

Casi paralela a la historia del Festival de Música y Danza de Granada, es la historia de alguno de sus cronistas. Uno de ellos es Juan José Ruiz Molinero, que en esta 67 edición del Festival de Música y Danza de Granada cumple 60 años glosando sus hitos, narrados sus crónicas y realizando críticas. Pocas personas conocen tan bien sus casi siete décadas de programación.

Premio Manuel de Falla, de la Diputación de Málaga, por sus artículos sobre el músico gaditano y Medalla al Mérito de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, el romance de Ruiz Molinero con el Festival es fruto de a partes iguales de su amor por el periodismo y por la música. A los siete años ingresó en el Real Conservatorio Victoria Eugenia de Granada iniciando sus estudios musicales de piano, armonía, historia y estética de la música, música de cámara, etc., donde cursó los ocho cursos de piano, obteniendo varios diplomas de Honor y el título de final de carrera. Fue discípulo, entre otros, del pianista y compositor granadino Francisco García Carrillo.

Su formación como periodista lo llevó hasta Madrid. Licenciado en Ciencias de la Información (rama Periodismo) por la Universidad Complutense, en el año 1958 empezó a trabajar como crítico musical en la prensa granadina y a colaborar en numerosos periódicos y revistas nacionales y regionales, entre ellas Litoral, la revista alemana Humboldt. En los primeros años fue, también, crítico y comentarista del Festival en el diario YA y en numerosos periódicos regionales de Cataluña, el País Vasco, Valencia, Castilla, Murcia, Cantabria, a través de la Agencia Logos que distribuía también sus artículos de opinión. Y ha celebra su 60 aniversario como columnista y crítico musical de Granada Hoy.

En la historia del Festival ha comentado las actuaciones, entre otros, de Rubinstein, Kempff, Barenboim, Alicia Larocha, Richter, Andrés Segovia, Rostropovich, Jessye Norman, Victoria de los Ángeles, Teresa Berganza, Montserrat Caballé, Carreras, Juan Diego Flórez; los directores Herbert von Karajan, Solti, Celibidache, Zubin Mehta, Eschenbach, Haitink, Mawrinsky, y los españoles Rafael Frühbeck, López Cobos y el granadino Miguel Ángel Gómez Martínez.

Los mejores conjuntos orquestales europeos han sido enjuiciados por el crítico, desde la Filarmónica de Berlín a la de Leningrado, desde la Concertbouw a la Orquesta de París y casi todos los grandes conjuntos ingleses. Ha sido testigo de grandes actuaciones de danza, con Margot Fonteyn y Nureyev. Las principales compañías europeas y americanas -Opera de París, Bolshoi, Martha Graham, Maurice Bejart- han recibido su valoración, así como los ciclos de ópera celebrados en el Festival, desde la primera representación del Rapto en el Serrallo, en los Arrayanes, hasta la Flauta Mágica, en el Generalife, por Els Comedians, Orfeo y Eurídice, en versión de la Fura dels Baus, el oratorio escénico de Juana de Arco en la hoguera, e infinidad de operas en versión de concierto.

No sólo han pasado grandes figuras con actuaciones memorables, también ha habido magníficos estrenos, "como la Sinfonía de los Mil, de Mahler, e infinidad de obras de autores contemporáneos: Montsalvatge, los granadinos García Román, con su genial Réquiem, Juan Alfonso García, con Paraíso cerrado y un largo etcétera".

En el primer año de la etapa Heras-Casado, el crítico tiene palabras de elogio para todos los directores del Festival porque "todos han aportado esfuerzos para lograr convertirlo en el acontecimiento cultural más importante de Granada". "El Festival se inventó hace 67 años y lo que se ha ido haciendo en esa trayectoria ha sido enriquecerlo hasta convertirlo en lo que ahora es. La historia se ha ido haciendo año a año, y en la memoria lo que queda son los momentos estelares, el paso de los conjuntos y figuras más importante del momento".

Aunque no haya nada nuevo, siempre se puede mantener la línea de calidad y aportar más momentos excelsos. "Casi todo está inventado en el Festival. Lo que siempre se espera son obras nuevas al el repertorio -caso de Turangalila, que trajo Gámez- y, sobre todo excepcionalidad en todas las facetas".

Aunque en el camino de seis décadas de un crítico musical siempre habrá alguna piedrecita, alguien disconforme con alguna opinión. "En mi experiencia de estas décadas ha quedado la necesidad de valorar y exigir, aunque haya habido incomprensiones. Recuerdo cómo se molestó Andrés Segovia por una crítica que hice a Rostropovich, no como genial violinista, sino en un recital de piano acompañando a su mujer. Dije que era lamentable que un músico de su talla "aporreara el piano". Y es que el crítico debe colocar cada cosa en su sitio y valorar lo excepcional y anotar lo mediocre, porque, sino, todo sería igual. Y en música, como en todo arte, hay diferencias".

Pero además de glosar el panorama musical granadino, ha participado en él activamente. Molinero inició la campaña solicitando la adquisición del Carmen de la Antequeruela para convertirlo en museo de Falla, la creación del Auditorio y de una orquesta en Granada.

Entre sus actividades profesionales también hay publicaciones editoriales: ha escrito libros como Granada, la bella y la bestia, La matanza de los inocentes. Libelo contra la España cainita (finalista del Premio Espejo de España, pero aún no publicado) o Momentos estelares del Festival de Granada, selección de críticas y comentarios publicados en el cincuentenario del Festival como fascículos.

En definitiva, seis décadas de una intensa, brillante y dilatada trayectoria profesional que lo convierten en uno de los principales conocedores -sino el que más- de las 67 ediciones del Festival.

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