Daniel Casares lleva a Granada un viaje sonoro desde Estepona hasta la Alhambra

El guitarrista malagueño Daniel Casares ofreció este miércoles Guitarrísimo, un recital íntimo dentro del Festival de la Guitarra de Granada en la Peña La Platería. El concierto, de una hora y media, reunió una cuidada selección de piezas de sus ocho discos personales, trazando un recorrido por distintas etapas y emociones del flamenco contemporáneo.

Justo cuando el guitarrista tomó asiento y se disponía a tocar, una gata negra saltó al escenario. Se acercó con naturalidad, provocando ternura entre el público. El artista sonrió e interpretó el gesto como una bienvenida simbólica, un buen augurio para la noche. La velada transcurrió en un ambiente mágico, con la Alhambra de fondo. Casares interpretó exclusivamente obras propias, guiando al público por un viaje sonoro íntimo y emocional.

"Es un sitio mágico, con una atmósfera muy especial. Además, el público escucha de una manera distinta. El silencio absoluto y la guitarra sola exigen mucho. No es fácil mantener la atención casi dos horas solo con una guitarra y sin otros elementos", dijo Daniel Casares. Casares ya se presentó en Granada en varias ocasiones. Tocó en La Platería y con la orquesta sinfónica en el Palacio de Congresos. El año pasado también participó en el Festival de la Guitarra.

"Granada es una cuidad que me encanta", destacó el artista. A pesar de ello, sigue profundamente vinculado a su tierra natal, Estepona, donde vive y compone. “No quiero cambiar de lugar. Estoy muy feliz en Estepona. La cercanía con el mar es fundamental para mí. La música y la composición deben estar cerca del origen. Cuanto más cerca, más honesto”, añadió.

Picasso y el duende flamenco

Entre las composiciones interpretadas destacó su obra más reciente alegría de Cádiz Trasmallo, grabada en mayo de este año. También sonó la fantasía París, dedicada a Pablo Picasso y a "Dios del maestro", en homenaje al legado artístico que marcó profundamente al guitarrista, y al que dedicó un disco completo, Picassares (2015).

Una de las figuras que inspira a Daniel Casares es Pablo Picasso. No solo por ser paisanos, sino por lo que encuentra en sus obras. "En su pintura hay dolor, alegría, duende… profundidad. El contenido me conmueve más allá de las formas. El duende, palabra muy profunda en el flamenco, duele. Es el alma, lo más profundo. El flamenco no puede perder su misterio”, contó. Además, recuerda que Picasso tenía una relación cercana con el flamenco, le gustaba, tenía muchos amigos flamencos, y hay imágenes de él con guitarra.

El recital incluyó también un breve intro por granaínas, "para flotar un poco el aire granadino". Dentro del repertorio no faltó una bulería inspirada en su álbum Concierto de Aranjuez y La Luna de Alejandra (2018), obra de carácter sinfónico. También interpretó la soleá ⁠Al Maestro Évora, la minera Azul, guajira Luz de vida, la taranta Mi refugio y la bulería de Jerez Caballo de Gernica, con la que cerró la velada.

Herencia y búsqueda de identidad flamenca

Aunque algunos críticos lo han señalado como heredero natural de Paco de Lucía, Daniel Casares ha preferido trazar su propio camino. De su ilustre predecesor no toma solamente la técnica impecable o el lirismo melódico, sino sobre todo el espíritu innovador y la libertad creativa. Su guitarra flamenca no se limita a reproducir fórmulas: investiga, fusiona, arriesga.

"Paco de Lucía tiene un paraguas muy amplio. He visto muchos conciertos y he estado con él, lo conocí. Sigo escuchándolo prácticamente todos los días y cada vez suena mejor. Es difícil separarse de toda la información que nos dejó, que sigue nutriéndonos", confirmó el malagueño.

Para Casares, resulta imposible hablar de guitarra flamenca sin mencionar a los grandes referentes que han marcado a varias generaciones de músicos. "Es inevitable también para los músicos que no conocieron a Paco de Lucía, porque es nuestro referente, una fuente inagotable de la que vamos a beber", afirmó. Lo mismo ocurre con otros grandes maestros como Vicente Amigo, Manolo Sanlúcar o Rafael Riqueni quien "son maestros grandísimos". Por esto "es muy difícil separar todo eso de la música que estamos componiendo".

Aun así, el guitarrista insiste en la importancia de buscar una voz propia. "Cada uno intenta transformar esos recursos que va adquiriendo en algo personal. Estamos intentando crear algo propio, pero ellos siempre están ahí. Intento crear un lenguaje propio dentro de mis límites. A veces con más exitos, otras con menos, porque, sin querer, se refleja mucho de lo que uno ha escuchado. Siempre intento crear un discurso muy personal, sin ánimo de competir ni de entrar en comparaciones con nadie. Intento disfrutar", comentó.

La actuación fue recibida con una larga ovación. Muchos asistentes coincidieron en señalar que este recital ha sido uno de los momentos cumbre del festival, por la calidad artística, la intensidad emocional y la autenticidad que transmite el músico malagueño.