javier vielba. cantante de arizona baby

"El debate sobre qué tiene que ser el indie ya olía a naftalina en 1995"

  • El grupo de rock vallisoletano es uno de los principales atractivos de la novena edición del festival Sierra Nevada por Todo lo Alto, que se celebra los próximos días 24 y 25 de agosto

Javier Vielba forma Arizona Baby junto a Rubén Marrón y Guillermo Aragón.

Javier Vielba forma Arizona Baby junto a Rubén Marrón y Guillermo Aragón. / g. h.

De Valladolid al mundo. Arizona Baby se ha convertido por derecho propio en una banda de referencia dentro del panorama de la música indie. Con tan solo tres discos a sus espaldas, no han parado recoger premios y llenar salas. Su siguiente parada será en el festival Sierra Nevada por Todo lo Alto, el próximo 24 de agosto en la estación, donde ofrecerán un concierto en el que repasarán toda su discografía y adelantarán algunas canciones que aparecerán en su próximo trabajo.

-De Granada ha salido una larga lista de músicos indie ¿qué opina de la ciudad a nivel musical y cultural?

-Es una ciudad con la que cada vez tenemos más relación, últimamente vamos mucho por allí. Tenemos además muchos amigos en la comunidad musical granaína, a los que mandamos un fuerte abrazo.

-Han pasado cuatro años desde Secret fires¿cómo es llevar casi un lustro girando con las mismas canciones?

-Desde que salió Secret fires hemos girado con ese disco, pero también hemos grabado dos discos con Corizonas [el grupo que une a Arizona Baby y Los Coronas], Nueva Dimensión Vital y Más Allá, y hemos girado con ellos. Además yo tengo mi proyecto en solitario, El Meister, con el que también he grabado recientemente Fantasmagoría y también he hecho giras con él, por eso no nos aburrimos. No paramos de compaginar proyectos en los que estamos constantemente creando nueva música.

-¿Y para cuándo un nuevo trabajo musical?

-En octubre saldrá a la venta nuestro nuevo disco. Estamos muy ilusionados porque sinceramente creemos que nos hemos superado.

-Secret fires fue un "puñetazo sobre la mesa" como ustedes lo definieron y supuso un gran revuelo en el mundo de la música. ¿Siente presión de cara a vuestro futuro como banda, quizás a no poder igualar el éxito de ese disco?

-Cada vez entiendo menos el éxito comercial, hace tiempo que no sé cómo funciona eso. El éxito artístico ya lo tenemos, nos hemos superado con nuestro nuevo disco y estamos impacientes por compartirlo con el mundo. Esa enorme ilusión nos da mucha fuerza para afrontar lo que venga.

-En varias ocasiones ustedes como grupo han afirmado rechazar las etiquetas musicales ¿a qué se debe?

-Las etiquetas son malísimas para el humanismo y, visto el panorama sociopolítico que tenemos delante, también lo son para la humanidad. La música es magia, es nuestra religión. Eso no se puede medir ni catalogar, cualquiera que te venda lo contrario es un ingenuo o un mercader. Hay que echar a los mercaderes del templo.

-¿Se puede seguir hablando de música indie cuando artistas de este género llenan salas y firman contratos con grandes multinacionales?

-¿Estamos hablando de Nirvana?, ¿de Sonic Youth? Ese debate ya olía a naftalina en 1995. De todos modos para nosotros el indie es algo que no tiene absolutamente nada que ver con lo que se entiende por indie hoy en día. Vivimos tiempos de significantes sin significado.

-Valladolid se ha convertido en una especie de 'universo indie' ¿Os sentís responsables de que vuestra ciudad se haya convertido en un referente de este tipo de música?

-Lógicamente algo hemos tenido que ver. Somos parte activa de la escena musical actual y yo estoy muy comprometido con el underground pucelano, porque es de donde venimos. Si lo que hacemos es inspirador para los demás, eso es que vamos por buen camino. Animo a los lectores a que escuchen a algunas bandas de Valladolid como The Levitants, Disciplina Atlántico, Sin Voz Ni Don y Brigantia o a solistas como Jose Carreño o Mike Terry.

-¿Cómo unos vallisoletanos se deciden por hacer música de inspiración norteamericana y no miran hacia la música de su propia tierra?

-Hay mucha raíz castellana en la música norteamericana, tiene lógica el puente que transitamos. De todas formas, sí que miramos a la música de nuestra tierra, la llevamos dentro, y en Valladolid ha habido música de inspiración norteamericana desde antes de que naciésemos. Joaquín Díaz ya sacó un disco de country y folk norteamericano a mediados de los años 60 (y llevaba barbas y botines). Rubén Marrón, nuestro guitarrista, aprendió a tocar con su padre, que a su vez aprendió tocando rumbas con los gitanos de su barrio. En nuestro rock anglosajón (no olvidemos Gran Bretaña) se entremezclan escalas flamencas y cadencias castellanas que contribuyen a nuestro sonido, único y personal. En España igual os sonamos muy americanos, pero te aseguro que cuando giramos por Estados Unidos les sonamos muy mediterráneos.

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