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Los diáfanos horizontes de un arte abierto

  • El trabajo de E. Luis destaca por su esencialidad, su contundencia y su fuerza esquemática. El artista se aparta del adocenamiento y abre muchas perspectivas

E. Luis Casa Fuerte de Bezmiliana. Rincón de la Victoria. Hasta el 27 de marzo

Fue Carmelo Trenado, conocedor como nadie de dónde hay un artista, el que primero me habló de este joven granadino y me dijo que era alguien a seguir. Como casi siempre, el sabio profesor de la Facultad de Bellas Artes de Granada no se equivocaba. A Emilio Luis Fernández Garrido sólo lo hemos visto en breves comparencias colectivas, en las que habitualmente las obras se diluyen en el propio marasmo de diversidad existente. Sin embargo, el trabajo de este artista se hacía notar por su esencialidad, su contundencia y su fuerza esquemática. Un artista interesante y que interesa; que sabe lo que hace y lo que quiere; que se aparta del adocenamiento al uso y que abre muchas perspectivas en este mundo donde existe demasiada cohetería y muchos inventores de casi nada.

No es fácil sustraerse a los modos y a los medios reinantes en el universo artístico; mucho menos lo es para los que tienen reciente su paso por una Facultad de Bellas Artes -claro que en este caso, el artista ha tenido suerte y ha encontrado, salvo excepciones, espacios abiertos poblados por espíritus motivadores; otros lo han tenido muchísimo peor-; sin embargo, Emilio Luis Fernández Garrido sólo se ha asomado al balcón exterior para empaparse de lo que existe; luego se ha dejado llevar por sus inquietudes y se nota que actúa manifestando su personal impulso creativo.

La exposición malagueña del artista granadino encierra una absoluta manifestación de breves esquemas pictóricos donde se plantea un mundo lleno de insinuaciones y de leves ilustraciones de un escenario en el que deambula una realidad mediata, simple, ajena a complejidades y patrocinadora de entidades significativas abiertas para que el espectador continúe la cadena representativa iniciada por el autor.

Estamos ante una pintura llena de básicos planteamientos, muy bien estructurada en fondo y forma, con la ilustración de una realidad esencial, con muy escuetas fórmulas pictóricas pero infladas de carácter, con unos espacios escénicos muy bien distribuidos para que la realidad representada muestre sus especialísimos registros y asuma una significación donde las ausencias y las presencias promueven sugestivos ejercicios de complicidad.

En la muestra que tiene lugar en el bello espacio que fuera militar del Rincón de la Victoria de Málaga se presenta, además, una serie de pequeñas esculturas que marcan un concepto distinto al de la pintura. Aquí la obra es mucho más compleja, la plasticidad más contundente, el color asume una máxima potestad y el desenlace representativo ilustra un universo orgánico cargado de expresividad y ambigüedad, dejando entrever una realidad visual determinante y un estamento significativo de muy dispar naturaleza, también con los juegos de presencias y ausencias marcando rutas imprevistas que quedan diluidas en ese marasmo punzante sutilmente distribuido.

E. Luis Fernández Garrido se nos muestra en Fragments of absences con una obra de fuerte personalidad, apuntando la poderosa realidad que ya es y que, los que lo conocían desde hace tiempo, hacían constar como clara y segura.

No obstante, creo que estamos ante una etapa más de un proyecto evolutivo que puede deparar perspectivas imposibles de aventurar pero, siempre, dentro de esa personalidad que al artista ya le es propia. Estaremos al tanto.

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