arte

El dibujo generador

  • La artista granadina Marta Beltrán presenta en el Hospital Real la muestra 'La ceremonia', en la que introduce al espectador en un interesante relato

Me gusta esta exposición por varios motivos, sobre todo, porque, Marta Beltrán, consigue con una fórmula interpretativa sencilla, el dibujo, posicionarnos en un estamento artístico de absoluta trascendencia. Y es que en torno a lo artístico, últimamente, se viene estableciendo ciertas posturas intransigentes que a nada conducen. Existe un cierto menosprecio hacia ciertos medios de expresión a los que los santones manipuladores del Arte muy poco valoran y a los que se les concede demasiado escaso valor artístico. Entre ellos está el del dibujo. Craso error. Ahí reside uno de esos males de esta plástica moderna caprichosa y poco justa. Todavía no nos hemos enterado muy bien del todo que sólo existen dos tipos de expresiones artísticas: las buenas y las malas; y en las dos tienen cabida cualquier medio de actuación, cualquier modo, cualquier sistema creativo; no existen acciones artísticas de primera ni de otra categoría. Por eso, considero importante esta exposición de dibujo, de expresión figurativa, de claro contenido y de manifiesto sentido representativo. La nobleza del Arte reside en su propio poder creativo, en su carácter, en su realidad y en su criterio. Lo demás son episodios ajenos a la propia creación e intereses espurios tangentes a lo artístico.

Marta Beltrán es una artista granadina que realiza una obra que está muy por encima de modas inseguras y modos repetidos a la búsqueda de asuntos que sólo convencen a los más pusilánimes. Con su obra nos introducimos en una pintura sin complejos, directa, sabedora de lo que representa y con un grado máximo de interés por la representación de un cuidado relato.

Con su exposición en el Crucero Bajo del Hospital Real, la artista granadina consigue elevar el dibujo a la más alta categoría artística. En el bello edificio renacentista nos encontramos la expresión absoluta de un dibujo narrativo, a la vez, que analítico. Para ello busca la referencia de imágenes cinematográficas. La muestra, incluso, responde al título de una película de Claude Chabrol, de 1995, La Cérémonie; en ella Marta Beltrán se apropia de imágenes del cine para indagar en ese universo femenino que tanto le interesa y que le va a llevar a reflexionar sobre aspectos de la identidad de la mujer, de su infancia y adolescencia, de sus relaciones y del propio sentido del concepto femenino.

La comparecencia es dividida por la artista en varias partes sobre un mismo concepto, plástico y significativo. En primer lugar, el espectador se encuentra con La Ceremonia, una especie de mosaico con dibujos, de pequeño formato, extraídos de películas de autores conocidos. Aquí la autora los enmarca de negro, como si fueran fotogramas. Frente a este mural, aparece A Stolen Life, la película que protagonizó Bette Davis, con cuatro dibujos, felizmente estructurados pictóricamente, que homenajean al cine clásico.

Con determinante fortaleza expresiva se encuentra La Pantalla, con dibujos poderosos, de contundente intención reflexiva sobre la realidad de los personajes que aparecen. En Los Orantes, la artista dibuja sus personajes icónicos, una joven viuda y otra herida que representan la intencionalidad de Marta Beltrán hacia esa búsqueda incesante de la identidad femenina.

La exposición se completa con La habitación cerrada, en la que la artista nos muestra una recreación de su estudio, ese sancta sanctorum donde se gesta una bella historia artística con el dibujo como protagonista y con la mujer como centro de interés de una realidad en la que ella actúa generando infinitas propuestas y posiciones.

Estamos ante una muy buena exposición en la que el dibujo en blanco y negro genera fórmulas expresivas de gran valor artístico y, además, el universo femenino adquiere una potestad cultural, social, psicológica y referencial, que abre muchos caminos en esta sociedad de escasas perspectivas. Una muestra que yuxtapone cine y dibujo, que investiga sobre el papel de la mujer en un mundo a contracorriente, hostil y cuestionable.

la ceremonia

Marta Beltrán Hospital Real

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