Douglas, Turner y DeVito lo hicieron mejor
LOS ROSE | CRÍTICA
La ficha
** 'Los Rose'. Comedia. Reino Unido. 2025. 125 min. Dirección: Jay Roach. Guion: Tony McNamara. Música: Theodore Shapiro. Fotografía: Florian Hoffmeister. Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Olivia Colman, Andy Samberg, Kate McKinnon, Ncuti Gatwa.
En 1989 el gran Danny DeVito dirigió e interpretó, con Michael Douglas y Kathleen Turner en los papeles principales, la excelente comedia negra La guerra de los Rose, basándose en una novela de Warren Adler convertida en guión por el multipremiado guionista televisivo Michael Leeson. En estos tiempos de tirar del fondo de armario, ha dirigido esta nueva versión Jay Roach a partir de un guión de Tony McNamara. El segundo goza del inmerecido prestigio de haber coescrito con Deborah Davis el guión de La favorita y en solitario el de Pobres criaturas, dos super aclamados y sobrevalorados mamarrachos del tan super aclamado y sobrevalorado como hueco Yorgos Lanthimos.
Jay Roach tuvo gracia con las bromas pop -no elegantes, pero divertidas al seguir la estela de las parodias de los Zucker y Abrahams- de Austin Powers. Misterioso agente internacional, Austin Powers 2. La espía que me achuchó y Austin Powers. Miembro de oro. Menos gracia, pero igual éxito, tuvo con Los padres de ella y Los padres de él, demostraciones, en lo que a Robert De Niro, Dustin Hoffmann y Barbra Streisand se refiere, de que el mercado es un amo mucho más duro explotando a los actores que el antiguo sistema de los estudios. Cuando se puso serio con Trumbo. La lista negra de Hollywood y El escándalo, se estrelló. Como también lo hizo con el remake de La cena de los idiotas. Parece que no ha aprendido la lección al meterse en la revisión de la novela de Adler y la película de DeVito.
Dos estrellas (en la medida en que hoy las haya) dadas a papeles atormentados -Olivia Colman y Benedict Cumberbatch- retoman los personajes de Douglas y Turner demostrando que quien manda, siempre, es el director: objetivamente son mejores actores, pero en manos de Roach y siguiendo el guión de McNamara, sus interpretaciones quedan por debajo de aquellas. Porque todo tiene mucho menos mordiente. O, mejor, menos mala leche.
Se retrasa la guerra para dar metraje a la historia de la pareja, a los cambios de situación -fracaso de él como arquitecto, éxito de ella como cocinera- que llevarán a un intercambio de papeles y a sus muy británicos desencuentros con los californianos. La tardía aparición de la guerra interesa mucho menos -será por el carácter british que se ha dado a los personajes y por el perfil tan británico de sus intérpretes- que sus duelos verbales. Por algo se ha quitado "la guerra" del título para dejar solo a los Rose (con lo que, de paso, se pierde la broma de la guerra entre los Rose y la guerra entre las casas de York y de Lancaster conocida como War of the Roses). Estamos más cerca de una versión más o menos sofisticada de Los Roper que de la novela de Adler y la película de DeVito.
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