El Centro Lorca acoge desde ayer hasta finales de mes una interesante exposición de Abel Jaramillo que reflexiona sobre el duende lorquiano y la obra de un cineasta poco conocido por el gran público: Celestino Coronado. El Consorcio Centro Federico García Lorca colabora con FACBA 20 (Festival de Artes Contemporáneas la Universidad de Bellas Artes de Granada) en la organización de la muestra, que lleva por título Un sonido negro.

Se trata de “un viaje” y “una búsqueda”, en palabras de la edil de Cultura, Lucía Garrido, que asistió ayer al acto de inauguración en el que estuvo acompañada por Francisco José Sánchez Montalbán, decano Facultad de Bellas Artes de Granada, y Sara Navarro, directora Gerente Centro Federico García Lorca.

Jaramillo se acerca a la poética lorquiana a través de la obra de Celestino Coronado

Un sonido negro está compuesta por cinco piezas, entre ellas el audiovisual Nocturno. Relato fantástico para Celestino Coronado 2, y toma como punto de partida la Teoría del duende (expuesta en conferencia en 1933) de Federico García Lorca y la pieza escénica de la Lindsay Kemp Company y posterior película de Celestino Coronado, Duende (1980- 1982) para repensar la producción artística, las vinculaciones entre texto, gesto e imagen y proponer otra vías de trabajo a través del material de archivo y la hibridación de disciplinas.

De esta forma, con un diálogo entre los materiales de los dos autores y con una interacción entre lo estrictamente científico y lo artístico, se despliegan tanto las ideas como los sucesos vitales de Lorca y Coronado que aún resuenan y proponen retos en el presente.

Una de las piezas de la muestra de Jaramillo

El proyecto plantea las tensiones entre la palabra y la imagen: una serie de propuestas especulativas que atraviesan la investigación literaria y audiovisual, intentando generar lugares difusos donde pensar las fronteras entre lo fílmico y lo textual.

Celestino Coronado (1944- 2014), comparte con Jaramillo su tierra natal: ambos son extremeños. Coronado fue director artístico de la legendaria compañía de Lindsay Kemp de 1973 a 1985, ejerciendo como embajador emisario de la troupe en sus memorables primeras giras por España durante la época de la transición.

Por su parte, Sánchez Montalbán destacó el esfuerzo de la Facultad de Bellas Artes por dar visibilidad a los trabajos de nuevos creadores a través del Festival de Artes Contemporáneas la Universidad de Bellas Artes de Granada. “Intentamos demostrar que el lenguaje artístico es capaz de transmitir cosas importantes” y mostrarlo por los principales centros expositivos de la ciudad. Porque “el objetivo de FACBA es relacionar la investigación artística con otros aspectos de la cultura, la sociedad, la ciencia y la tecnología”, de ahí que los proyectos estén vinculados en muchos casos con archivos y las colecciones patrimoniales de la Universidad, como es el caso de la muestra de Jaramillo.

Por su parte, Sara Navarro destacó la importancia de abrir los espacios a la experimentación del arte contemporáneo para que los creadores tengan espacios en los que acercar sus nuevas propuestas al público. “Hay una línea muy fina la línea que separa el mundo de la ciencia y el del arte, porque el arte contemporáneo es una forma de pensamiento”, señaló Navarro, para quien la muestra interdisciplinar es un soporte para pensar, “ser crítico y volver a interpretar nuestro propio patrimonio y la obra de Lorca”.