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Un ejercio de escapismo e imaginación

  • El artista granadino Alejandro Gorafe inaugura la temporada en la galería Arrabal & Cía con una exposición donde juega con la idea de la ilusión óptica

Un ejercio de escapismo e imaginación

Un ejercio de escapismo e imaginación

Ante una superficie blanca se presenta un cubo con el aspecto de una vitrina transparente. Dentro hay unas gafas estilo vintage -que parecen estar suspendidas en el aire-. Sin embargo, como reza el subtítulo de la nueva exposición de Alejandro García del Saz Gorafe (Granada, 1962) en Arrabal & Cía, nada es lo que parece. La gafas de Alicia (1990), obra que desde hoy se puede ver en la galería granadina, está elaborada con media gafa que se refleja en una cara del cubo donde hay un espejo. La pieza, definida por el mismo Gorafe como "narración visual y poética", "trata de captar el momento que Alicia pasa a través del espejo".

La primera muestra individual del artista plástico en Arrabal & Cía, titulada Espejismos, trata de ahondar en la idea de ilusión óptica -como el ojo engaña al cerebro- a partir de 12 piezas y dos instalaciones. "Las cosas que ves pueden ser de otra forma. Mi obra tiene mucho que ver con el espejismo y con otra manera de mirar. Esta exposición es una invitación a atravesar el objeto, a ir más allá de la superficie del objeto, y sobre todo, a imaginar", explica Gorafe.

El arte para Gorafe "tiene que invitar a soñar" y detrás de cada obra "debe haber poesía"

La muestra, destaca el artista, "implican de alguna manera al visitante" en el momento que se exhiben objetos reconocibles y se les da "un uso diferente". El público no sólo verá piezas elaboradas con elementos tan cotidianos como pinzas de la ropa, bastones o espejos, sino que también podrá ser un "sujeto activo" de las obras.

Es el caso de La tele de mi vida (2015 a 2018), una instalación con siete pantallas de televisión recicladas y espejos ensamblados. "El usuario podrá asomarse y crear su propio Gran Hermano, ya que será el protagonista de la obra", declara irónico el creador, que opina que "estamos acostumbrados a ser espectadores, pero que en el momento que se ve desde el otro lado es diferente". El artista intenta, según cuenta, "transportar al espectador a un espacio distinto del que aparentemente está".

La instalación titulada La vuelta al mundo (2016), otro de los engaños ópticos, muestra cuatro fotografías -y una bola del mundo- en blanco y negro donde, a priori, se ven rocas y montañas. Falso. Si le dan la vuelta verán las instantáneas que inicialmente había hecho el decano de la Facultad de Bellas Artes, Francisco José Sánchez, cuando viajó a Grecia. "Hizo fotos del mar allí . Yo les he dado la vuelta y lo que se ve ahora son rocas y montañas. Todo lo que se observa es de todo menos mar. Según el punto de vista, puedes ver unas cosas u otras", aclara el granadino.

Sobre Grecia, más en concreto sobre la isla de Ítaca imaginada en La Odisea de Homero -y cantada por Lluís Llach-, también reflexiona el autor de las 12 piezas que conforman la exposición Espejismos. Nada es lo que parece. "El viaje de Odiseo supone una aventura muy grande. Ítaca es un sitio especial y muy mágico. Lo simbolizo con los colores de la luz: rojo, verde y azul. Si pone tres focos en estos colores y los haces coincidir en un punto, se ve una luz blanca. No hay una bandera en el mundo con estos colores", recalca Gorafe en referencia a su bandera hecha con pinzas de la ropa. "Trato de recuperar los mitos de la Grecia clásica", zanja.

El ejercicio de imaginación también supone a la vez un ejercicio de escapismo para Gorafe. "El arte me sirve para huir de los problemas cotidianos. Es una vía de escape, como cuando te coges un tren y te vas por ahí. Me sirve también para trasladarme a un mundo donde soy feliz y libre", afirma. Espejismos. Nada es lo que parece es, en palabras del creador, "una manera de viajar con la mente a un mundo de ensueño y utopía". Así ocurre con una maqueta de una futura pieza, que se exhibe en la exposición, que simula un teletransportador espacial. "Es como una máquina del tiempo y el espacio. Dos semiesferas cromadas con efecto espejo que tendrían el tamaño de una habitación, alrededor de 3 metros de ancho por tres de alto. El espectador se metería dentro con una linterna y como las paredes no son planas, sino pura distorsión, cada movimiento que hiciera generaría miles de formas distintas. Algo así como un viaje espacial. Perderías la noción del horizonte y del equilibrio", explica.

Comisariada por Concha Hermano, la exposición de carácter multidisciplinar está influida por corrientes artísticas como el dadaísmo, el arte conceptual y el surrealismo. Para Gorafe, "el arte tiene que invitar a soñar" y "detrás de cada obra tiene que haber poesía". En su caso, dice buscar "la belleza y la sorpresa en el espectador" con cada pieza.

Cuando se le pregunta por personas que le han influido en su vida y obra, el artista menciona en seguida a Juan de Loxa. "Me gustaría rendirle homenaje con esta muestra. Él fue el impulsor de mi carrera y, de hecho, me bautizó con el nombre de Alejandro Gorafe. Me ha impregnado de su poesía. En gran medida, él está en mis piezas. Juan era un agitador cultural", se sincera.

Al artista le hace especial ilusión esta exposición, que inaugura la temporada en Arrabal & Cía, porque es la primera individual que hace en la galería -y también asociación cultural-, que él mismo dirige desde hace 14 años. "Me apetecía mucho porque la galería la he diseñado yo. En la asociación somos 80 socios y hay una comisión que vota qué muestra se hace. Ésta se ha elegido de forma democrática", concluye.

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