"Hay que entender el ¡Oh Cuba!, Lorca vivía allí en el paraíso"
loles león. actriz
La artista interpreta en la pionera '¡Oh Cuba!' al duende Lorquiano de la isla
La obra se representa cada noche en el Teatro del Generalife hasta el próximo 26 de agosto
Ser canal, ser aire, ser Lorca. Ser sus amigos, su sentir, la música que escuchaba y los latidos que emergían de su pecho mientras vivió en Cuba. Esta suerte de catalizador del universo del poeta es el nuevo papel de la actriz Loles León, que desde el pasado 18 de julio y hasta el próximo 26 de agosto interpreta en la obra ¡Oh Cuba! en el marco del ciclo Lorca en los jardines del Generalife. Su papel es el más determinante de la obra: el del duende lorquiano de Cuba, que baila, canta y recita los versos de la lengua viva y carnal del granadino durante su estancia en la isla.
-¿Qué es para usted Lorca?
-Creo que lo que para la mayoría de los españoles: todo un símbolo de libertad, de inteligencia y de pureza poética.
-¿Cree que debió quedarse en Cuba?
-Creo que sí, si se hubiera quedado en Cuba lo tendríamos. De todas formas España no hubiera sido la misma si él hubiera estado vivo. En cuestiones de libertad y de comprensión su poesía está cargada de futuro, aunque él no hubiera podido estar en España. Aún así Lorca es poeta único y no hubiese dejado de expresar cómo sentía y cómo era. Quieras que no lo hubiesen editado y hubiésemos seguido comprando su obra clandestinamente.
-Francisco Ortuño, el director de la obra, dice que la eligió por su naturalidad y la verdad que desprende. ¿Qué cree que aporta a la obra?
-Sobre todo mi experiencia y el paso de la vida. Lo que he vivido por las circunstancias que me ha hecho pasar mi profesión, nada fáciles. Aunque creo que ha sido necesario para poder tener ahora el momento intelectual, emocional, artístico y humano que tengo. Creo que me ha venido muy bien tener ese background , que dicen ahora (risas), ahí metido y sí es verdad que esto es un sueño cumplido.
-¿Disfruta haciendo la obra?
-Mucho. Además estoy entregada a tope y un factor muy importante es que yo no he actuado nunca en Granada. He venido a ver a familiares o a amigos pero nunca a trabajar, he venido por la puerta grande... al Generalife. Es otro sueño cumplido, se ha abierto la veda de los sueños. Es una obra maravillosa, aunque tiene sus intríngulis porque la poesía de Lorca es muy bonita pero es muy compleja y hay que entenderle muy bien. Cuando él dice alguna cosa no es lo que está diciendo, quiere decir otras. En eso me ha ayudado Francisco Ortuño, que es el especialista en Lorca. Me ha dado unas pautas y claves maravillosas.
-¿Cómo se enfrentó a los textos por primera vez?
-Yo ya he hecho a Lorca otras veces pero estos textos están en otro estadio. Porque Lorca en Cuba tiene unas connotaciones especiales, lo que vivió en Cuba él mismo lo explica muy bien. "Aquí he pasado los mejores días de mi vida", decía el poeta. Y es que estaba en el paraíso, así que hay que entender ese momento y hay que mirarlo no con los ojos del Lorca de siempre, sino como otro hombre distinto, más liberal.
-¿Prefiere este Lorca más carnal al melancólico que conocemos más de cerca?
-Sí, me gusta mucho esta versión, tiene mucho sentimiento. En Cuba hay un mundo nuevo que él descubre, entonces a veces pienso que es como si fuéramos almas gemelas porque yo siento lo que él escribió allí y cuando lo interpreto creo que le gustaría mucho ver cómo se está contando lo que él vivió.
-¿Cree que el público general se sorprende al verla en un papel como este?
-Sí, no se lo esperada nadie. Y por eso también me estoy esforzando porque quiero dar un registro en el que no me hayan visto nunca.
-¿Qué disfruta más sobre el escenario del Generalife?
-La parte de la despedida es un sentimiento puro, muy lorquiano. Muy en su estilo pero muy diferente de cómo está escrito todo lo que se conoce popularmente del poeta aquí. Ahí es donde me gusta muchísimo Lorca.
-¿Qué parte le ha costado más trabajo afrontar?
-El rap desde luego, es belleza pura. Porque un rap de cuatro páginas con esos versos tan largos... que venga el Eminem este que me quiero retar con él (risas). A ver si pueden hacer un Lorca como lo hago yo, como lo bailan los chicos y como lo tocan los músicos. Es una despedida, es un posible suicidio y es maravilloso. Me pone el vello de punta.
-¿Qué se siente al ser ese catalizador del sentir de Lorca?
-Un privilegio, un respeto y un miedo apabullante. El día del estreno no se notó porque soy actriz pero estaba temblando. Es una responsabilidad y un reto.
-¿Por qué cree que existe el duende lorquiano de Cuba?, ¿es diferente al andaluz?
-Creo que sí. Yo le tuve que decir a Francisco Ortuño que me explicara qué era exactamente... pero no hay explicación concreta. Porque el duende no es solo un duende: es Federico, Carpentier, bailarín, violinista... Es duende lorquiano, es todo a la vez.
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