Óscar Montoya: "La imagen del murciélago blanco refleja la extrañeza, cómo uno a cierta altura de su vida, que se siente como un bicho raro"
El alicantino Óscar Montoya publica un thriller con mucho sentido del humor ambientado en Granada protagonizado por tres jóvenes, un guardia civil y una hippie rebotada de la Alpujarra
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Granada/Óscar Montoya Martínez (Alicante, 1975) es licenciado en Derecho y residente en Vigo, donde trabaja en una empresa dedicada al comercio exterior. Tras haber escrito y autoeditado su primera novela, Últimos días de maternidad (2017), AdN apostó en 2019 por su obra con De otro lugar (finalista del premio Silverio Cañada, de la Semana Negra de Gijón) y Lo que te persigue (2021). Murciélagos blancos, su cuarta novela, está ambientada en Granada por una curiosa coincidencia vital.
Pregunta.-¿Cómo surgió escribir su libro, Murciélagos Blancos?
-Pues realmente quería escribir una historia creando un territorio imaginario que recordase un poco a mis vivencias de niño y al pueblo que yo visitaba de pequeño, que era Cuevas del Campo, en Granada. Quería hacer un thriller en el que tres adolescentes se van a enfrentar al mundo de los adultos, de la corrupción urbanística y todo esto. Esa fue la idea principal.
P.-¿Por qué se decidió a ambientar su obra en Granada, siendo usted de Alicante? ¿Son los lugares o personajes reales?
-No, el paisaje, el escenario, es totalmente inventado; es ficción. Pero, bueno, mi familia materna es de este pueblo de Granada, de Cuevas del Campo, que es un pueblo al que iba de pequeño, lleno de cuevas que son viviendas. Digamos que hace muchísimos años, desde niño, no he vuelto, y tengo un recuerdo muy fragmentario y muy confuso de esa época, pero a la vez muy intenso. Entonces, he querido reconstruir un espacio imaginario que no se corresponde a la realidad, simplemente es imaginario, a partir de esos recuerdos sueltos que poseo de cuando era niño.
P.-El título de su obra, Murciélagos blancos, parece estar cargado de simbolismo, ¿qué significa para usted esa imagen o cuál era la intención tras dicho nombre?
-La imagen del murciélago blanco refleja la extrañeza, cómo uno a cierta altura de su vida, que se siente como un bicho raro... La oveja negra, en este caso, pero al revés. La novela está protagonizada por tres adolescentes que en este periodo de la vida están cargados de ilusiones, de sueños, quieren ser escritores, se sienten un poco bichos raros, como ese murciélago blanco del que habábamos. Ellos duermen en una cueva, duermen juntos, y a la salida de esa cueva se encuentran con un caso de corrupción. Reciben un bofetón de realidad y se dan cuenta de lo cutre que es la vida de los adultos.
P.-¿Qué autores suele leer? ¿Cree que tiene influencia de alguno de ellos?
-Bueno, no puedo decir que se me venga a la cabeza ningún autor en particular. En este caso, es una idea propia, creada de la mejor manera que he podido, con muchos narradores y también con mucho sentido de humor.
P.-Su novela está narrada desde el punto de vista de diferentes personajes, ¿podría detallar un poco de esta estructura?
-Es una historia lineal, un protagonista narra donde lo que ha dejado el anterior. Es una novela coral como cualquier otra, con la peculiaridad de que los diferentes narradores se van pasando la narración. No es que cada narrador tenga una opinión propia de lo que está viendo, sino que ellos son los que están contando la historia y se van pasando la narración entre ellos como si fuese una carrera de relevos.
P.-¿Cuál es su personaje favorito de su libro? ¿Por qué ese?
-No tengo personajes favoritos. Es una novela coral donde hay tres personajes principales, dos chicas y un chico de adolescente, en la primera juventud; pero también hay un guardián civil; hay una hippie rebotada en la Alpujarra... Lo que quiero decir es que en cada personaje intento lograr lo mejor de mí y poner cosas un poco mías también en cada uno de ellos.
P.-Su primer libro publicado fue Últimos días de maternidad, en 2017, ¿cree que ha cambiado su perspectiva literaria como escritor desde entonces?
-Todo es un aprendizaje, yo empecé un poco tarde a la hora de publicar, pero creo que he ganado más consistencia; me siento más cómodo haciendo un tipo de historia que antes no creía que sería capaz. Y ahora, por ejemplo, he probado por primera vez con la novela coral y, bueno, a ver el resultado.
P.-¿Fue difícil empezar su carrera de escritor, siendo esta tardía como ha mencionado?
-Fue una casualidad. Digamos que el primer libro lo autoedité como una especie de juego, porque lo hice cuando nació mi hija y simplemente quería escribir un libro con una historia, también ficticia, humorística, reflejando los acontecimientos políticos, sociales, del año del nacimiento de mi hija. Era un libro para la familia y para los amigos (risas). Y lo que pasa es que el libro le gustó a mucha gente, decidí enviarlo a editoriales, y ahí fue cuando me contactó el sello ADN de Anaya y ahí empezó todo.
P.-El desarraigo es un tema en el que profundiza en algunas de sus obras como en De otro lugar, su segundo libro, donde el protagonista migra, ¿hay alguna razón por la que le da tanta importancia a este tema? ¿Ha tenido alguna experiencia similar?
-Pues mira, ahora que lo preguntas, no había caído (risas). Pero sí, supongo, yo soy hijo de una familia grande, granadina, que se fue, que migró a Alicante a trabajar en los años setenta. Yo soy hijo de una de esas familias, como tantas otras, que tuvieron que hacer lo mismo. Entonces, bueno, supongo que sí, que es una constante. Desde luego, en este último libro, se refleja bien el tema de la inmigración.
P.-¿Tiene algún otro proyecto actualmente en el tintero? Si es así, ¿podría hablarnos un poco sobre él?
-Bueno, estoy ahora pensando en una novela. Quizá vuelva al protagonista de De Otro Lugar, que es la novela que has mencionado, pero por ahora es simplemente un proyecto, todavía no es seguro.
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