La Feria del Libro de Granada firma un prólogo sobresaliente

Granada/Quien diga que el papel ha muerto, no ha visitado aún la Feria del Libro de Granada. Aunque oficialmente arranca hoy, a lo largo de este viernes ya se podía ver a decenas de personas transitando Carrera de la Virgen en busca de un libro que devorar, dejando claro que el prólogo de este libro que aún está por escribir ha aprobado con nota.

El mejor ejemplo de que Granada es una fiel amante de la literatura son Indara y Naiara, que hacían cola desde primera hora de la mañana para llevarse un ejemplar firmado de Manuel Erena, que llegaría a la Feria pasadas las 19:00 horas y al que ya esperaba una larga cola de jóvenes que no superarían los 18 años. “Empecé a leer con Manu, fue el primer libro que me leí y después he seguido leyendo todos los demás”, dice Naiara, mientras sostiene varios ejemplares en sus brazos, a la espera de volver a casa con una firma de su escritor favorito estampada en ellos. Como su amiga, la joven se muestra firme defensora del formato físico, aunque reconoce que cada cual puede tener sus preferencias, y no hace ascos a los nuevos formatos.

De la misma opinión es Pablo Rubio, que ojea junto a su novia varios títulos de uno de los estand de una de las casetas, aunque sin atreverse aún a comprar ninguno. “Soy defensor tanto de los libros físicos como digitales, porque creo que cada uno tiene su momento, pero es verdad que el libro físico tiene algo que aún no se ha perdido y eso lo demuestra la cantidad de gente que hay hoy aquí”. Preguntado por una recomendación, Rubio va a lo seguro y recomienda “cualquiera” de Brandon Sanderson.

Algo más concreto es su tocayo, Pablo Rodríguez, responsable de Adachi Cómic, presente en la Feria, quien recomienda, como no podía ser de otra forma el cómic El mundo invisible de Hayao Miyazaki, de la granadina, aunque residente en Canadá, Laura Montero.

Rodríguez celebra este año su tercera Feria del Libro, un evento que califica como “uno de los más potentes de España” y en el que el público ha ido aumentando poco a poco en cada edición.

Algo más de experiencia tiene Alejandro Santiago, de Editorial Nazarí, quien suma ya doce ferias pero que, como Rodríguez, destaca la tendencia al alza de este evento. “Cuando yo empecé hace 12 años había unas cincuenta casetas, y ahora creo que son casi noventa”, cuenta este librero, quien se muestra convencido de la salud del sector, pues “aunque cierran librerías siempre abren nuevas y las oferta es brutal”.

El nombre de la editorial no engaña y entre sus títulos se pueden encontrar nombres granadinos, como Piedad Santiago (Así me convertí en puta), pero también otros extranjeros, como Susana Collado, que a la izquierda de Santiago firmaba ejemplares de Cuando termina la ciencia y empieza la ficción, su primer libro, un conjunto de relatos cortos que define como una mezcla de misterio, sobrenatural “y algo” de Medicina, su profesión.

“Me resulta curioso la cantidad de gente que hay para ser el primer día”, se sorprende la autora, que se estrena también en esto de firmar libros y se muestra precavida sobre lo que se encontrará, aunque reconoce que ya algunas amigas se han acercado a primera hora para hacerse con un ejemplar.

Algo más de experiencia tiene Ramón L. Pérez. Aunque tampoco es un veterano en la literatura –llega a Carrera de la Virgen con 40 años guiñando el ojo, su segundo libro– sí lo es en el fotoperiodismo, profesión a la que, como indica el título, le ha dedicado cuatro décadas.

“Aquí cuento anécdotas que he tenido durante estos 40 años que tenido la dicha y la fortuna de trabajar”, resume Pérez, quien se ha puesto por una vez en el lugar de sus compañeros periodistas para pulsar las teclas, y no el objetivo. Muchos de ellos, de hecho, se podían ver alrededor de la estand de Sonámbulos.

Así, entre firmas, colas y alguna que otra compra, la Feria de Granada ponía punto y seguido a su prólogo. Hoy, tocará arrancar la historia con el pregón y a lo largo de los próximos días se irá desarrollando la historia, que llegará a su conclusión el próximo 18 de mayo, con el objetivo de que sea una de esas historias que se guardan con cariño en el estante.