Fernando Bayona: “El jurado apreció que mi obra podía transmitir muchos conceptos en una sola instalación fotográfica”
El flamante ganador del Premio Granada de Fondo, dotado con 12.000 euros, repasa el proceso de creación de la obra ganadora, la primera fotografía que gana en la historia del certamen
Una exposición recoge los rostros de los asesinos de Lorca generados por IA
El fotógrafo jiennense Fernando Bayona ha obtenido este jueves el V Premio Granada de Fondo a la Creación Artística que concede la Diputación de Granada por su obra Cortina de humo, que se exhibe en la Sala Ático del Palacio de los Condes de Gabia hasta el 2 de noviembre. El artista, doctor en Bellas Artes y profesor de la UGR, repasa el proceso de creación de la pieza ganadora, que pertenece al contexto de la serie de imágnes La memoria traidora.
Pregunta.–El Premio Granada de Fondo cumple ya cinco ediciones. ¿Cómo ha visto su evolución?
Respuesta.–Los dos primeros años la temática tenía que ver con Granada, con algún vínculo con la ciudad, de ahí el título del premio. Ese requisito se eliminó hace un par de años y ahora puede presentarse quien quiera sin esa condición. Este año, por ejemplo, se han presentado más de cien propuestas de ámbito nacional, muchas de autores muy conocidos.
P.–Nunca antes se había premiado una obra fotográfica.
R.–Exacto. Ese es uno de los aspectos interesantes. Las bases establecen que debía tratarse de una pieza única, y eso choca con el carácter reproducible de la fotografía. En mi caso, llegamos a un acuerdo para que fuese una pieza única y presentada en formato instalación, de grandes dimensiones, tres metros veinte por dos de anchura. El jurado apreció que mi obra podía transmitir muchos conceptos en una sola instalación fotográfica
P.–¿Cómo es Cortina de humo?
R.–Es una pieza hecha sobre papel de algodón, montada en un andamio de madera y acero inoxidable. No está enmarcada, cae como un telón. A primera vista parece un paisaje, pero en realidad es la superposición de tres imágenes encontradas en el archivo de ABC, procedentes de placas de vidrio del siglo XIX. En ellas se lee "Guerra Cuba 1898” y, aunque no se distingue con claridad qué está ocurriendo, probablemente correspondan a bombardeos de la guerra de independencia.
P.–El espectador no percibe con claridad lo que aparece en la imagen.
R.–Ese es precisamente el interés. Puede interpretarse como nubes, como polvo en suspensión tras una explosión, incluso alguien puede ver formas humanas. Al final obliga a especular con lo que se muestra. A mí me atrajo esa ambigüedad: no sabemos con exactitud qué estamos viendo.
P.–La pieza forma parte de una serie. ¿Qué relación tiene con las otras imágenes?
R.–La memoria traidora, está compuesta por unas diez imágenes más pequeñas, de 100 por 80 centímetros, además de esta gran instalación. El proyecto surge de una propuesta de ABC: trabajar en su archivo en el centenario del periódico. Me planteé qué es un periódico y pensé que es una sucesión de acontecimientos que marcan al ser humano. Si quitásemos el papel y dejásemos solo la tinta, todo caería encima y generaría una maraña de información. Eso es lo que intenté plasmar.
P.–¿Qué temas aborda esa serie?
R.–He trabajado con los cien movimientos migratorios más importantes del último siglo provocados por guerras, o con la destrucción de monumentos en conflictos bélicos. Son imágenes que, al ojo desnudo, parecen manchas o marañas, pero cuando las ves con el móvil, gracias a los filtros de enfoque, puedes descubrir detalles que no percibes a simple vista.
P.–De ahí también el título de La memoria traidora.
R.–Sí, porque nuestra memoria muchas veces nos engaña. Almacenamos recuerdos de una manera y después descubrimos que no fueron así. Es una ficción constante. Ese es uno de los ejes de la serie.
P.–El título de la pieza ganadora, Cortina de humo, sugiere además una lectura política.
R.–Sí, me interesa cómo ciertos temas de mínimo interés desvían la atención de asuntos verdaderamente importantes, como pueden ser las guerras actuales de Ucrania y Gaza. Esa idea de cortina de humo está también en la instalación. Y a la vez hay un homenaje a los telones de fondo de los antiguos estudios fotográficos: esas telas pintadas a mano que todos recordamos de fotos de comunión o retratos de época.
P.–En la obra también hay una alusión a la guerra en clave personal.
R.–Exacto. Me preguntaba cómo llega la guerra a casa. Antiguamente, los hombres se hacían una foto con el uniforme de gala cuando iban a la mili y la mandaban a su familia, que la colocaba orgullosa en el salón. Esa imagen era también es una representación de la guerra.
P.–Incluso hay un homenaje a su padre.
R.–Sí, era albañil y la pieza está construida con un andamio de madera y metal, eso es también una manera de recordarlo y de introducir en la obra esa dimensión más íntima.
P.–¿Qué significa para usted haber recibido este premio?
R.–Para mí es un orgullo. Es la tercera vez que me presentaba: en dos ocasiones anteriores fui finalista, y ahora lo he conseguido. Además, hablamos de uno de los premios mejor dotados de España en artes visuales, con 12.000 euros. Y es muy importante que la Diputación haya apostado por incluir una obra fotográfica en la colección Granada de Fondo.
P.–¿En qué proyectos está trabajando ahora?
R.–Me interesa mucho la investigación en archivos fotográficos con inteligencia artificial. Lo hice ya en un proyecto sobre los asesinos de Lorca y quiero continuar en esa línea. En concreto, me interesa analizar la masculinidad a partir de descripciones textuales en documentos antiguos, como los de las quintas militares o la ley de vagos y maleantes. Con IA puedo generar retratos realistas a partir de esas descripciones, que parecen personas de verdad.
También te puede interesar
Lo último