El Festival Internacional de Jazz de Granada comienza con el soul de Tony Momrelle
El programa comienza con el que ha sido definido como el 'Stevie Wonder del siglo XXI'
El Festival Internacional de Jazz de Granada… también en el Metro
Sabemos, hace 45 años, que el otoño en Granada suena a jazz, esa música que es casi todo, por su capacidad para integrar y fusionar, recogiendo, entre otros sonidos, la esencia del soul, que sintetiza con tanto acierto el cantante que inaugura el programa este año, Tony Momrelle, un londinense que fue definido por The Guardian como “el Stevie Wonder del siglo XXI”. No deja indiferente su activismo y carisma, su trabajo como compositor y el aire groove, con ese ritmo funk que te atrapa en todos sus conciertos. Si alguien piensa que el jazz no es su música, podría sorprenderse a sí mismo y empezar por aquí, ya que se puede encontrar revisitando un sonido que hemos escuchado desde hace décadas, con ese espíritu afroamericano que se convirtió, desde los años sesenta, en un sentir universal. En el cierre de esta noticia, aún quedan entradas para los dos primeros conciertos, lo que siempre es una oportunidad. Como ejemplo de esa amplitud de miras, de un festival abierto a muchas sensibilidades, el vocalista que inaugura el festival ha colaborado con cantantes como Sade, Gloria Estefan, Céline Dion, Elton John o Whitney Houston. Con esos nombres propios como aval, es posible que encontremos un lugar común entre la música comercial y el purismo jazzístico. Al final, todo es música, y solo es necesario aportar cierta serenidad, sensibilidad y ganas de escuchar y sentir.
Todas las músicas
Ya han pasado los tiempos en los que muchos descubríamos el jazz, en los años 80, con figuras como Miles Davis, Oscar Peterson o Chick Corea en el cartel. Toca abrirse a otros sonidos, descubrir lo nuevo, que suele ser muy respetuoso con la tradición heredada. Siempre hay huecos para que los puristas disfrutemos de momentos de be bop, aquel nuevo jazz que, hoy día, más que viejo, es eterno. Sin embargo, toca abrir el campo sonoro y experiencial, pasando en el primer fin de semana del ritmo y el alma de Momrelle a un instrumento muy especial y poco conocido, como es la armónica de Grégoire Maret, en un eco de los dos grandes maestros, como son Toots Thielemans y el español Antonio Serrano. Además, en un contexto de descarga afrocubana, liderado por el pianista Harold López-Nussa. Igual, a alguna persona salsera le apasiona el Latin jazz y lo va a descubrir el próximo sábado. No vale sentirse fuera de este club de la afición al jazz, y menos por no atreverse. Especialmente, en una ciudad que, para ser de verdad capital cultural, en 2031 y siempre, debe seguir generando cantera y afición, y eso Granada lo viene demostrando desde siempre. Antes escuchábamos a los maestros de primera o segunda generación, hechos a sí mismos. Hoy día, comprobamos la excelencia de músicos formados en conservatorios o en las escuelas más prestigiosas del mundo.
Esa inquietud por la música y por la cultura se ha hecho sentir, además, a final de octubre, en el recorrido del metro, en su trayecto de Recogidas a Armilla, con la actuación de BefunkBop, que es algo más que una charanga y que representan una llamada a la ciudadanía para disfrutar de este otoño jazzístico. También se ha podido escuchar el blues de Mateo Ortega & The Sugar Daddies en la Estación Alcázar Genil, para animar a participar en un festival cuyo cartel, creado por Juan Vida, es un símbolo del jazz convertido en mujer, que te mira con la profundidad de quien llama a adentrarse en la esencia de esta música. Un niño o una niña que reclama un mundo universal sin fronteras. Puede que el jazz sea eso, una mujer africana.
Esa “música rara”
El Festival Internacional de Jazz de Granada realizará el 8 de noviembre un concierto didáctico, dedicado a la infancia con diversidad funcional o vulnerabilidad, intentando acercar a esa “música rara” a los que son el futuro de nuestra sociedad, con el apoyo de Fundación La Caixa. Y nadie mejor que el saxofonista, pionero en su tierra y divulgador del swing, Arturo Cid.
Los más jóvenes, pueden aprovechar su bono cultural y animarse a asistir este o el próximo fin de semana, escuchando otro instrumento tan poco habitual como el arpa de Brandee Younguer, o la profundidad espiritual de la voz de Jazzmedia Horn. Para el último concierto, del gran Richard Bona, con su sonido que emana de la luminosidad de África, ya no hay entradas. Es la tercera vez que podemos escuchar en Granada a este bajista camerunés, uno de los grandes referentes del jazz, que recibirá el galardón y reconocimiento del festival. Así, todas las músicas confluyen en una visión amplia del mundo, y eso es noviembre en nuestra ciudad, para quien quiera sentirlo.
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