Mannheim y su ambiente musical tuvieron una enorme influencia en la carrera de Mozart. El compositor austríaco escuchó por primera vez el sonido de un clarinete en un concierto de la orquesta de la ciudad alemana, que fue una de las primeras en contar con el instrumento en su plantilla. "Ojalá todas las orquestas tuvieran clarinetes", le dijo a su padre en una carta días después del recital.

Cuenta José Luis Estellés (Bétera, 1964), solista de la OCG, que fue Mozart "el primer gran compositor en introducir el clarinete en la orquesta". El genio le regaló el sublime Concierto para clarinete y orquesta, KV 622, que hoy interpretará el concertista valenciano acompañado de la agrupación en el auditorio Manuel de Falla. Los músicos también tocarán la Sinfonía núm. 31, conocida como París, y la Sinfonía núm. 36, denominada Linz, para inaugurar el ciclo Mozart Instrumental. La serie de conciertos, que cuenta con la colaboración de Bankia y Caja Granada Fundación, estará dirigido por el italiano Giancarlo Andretta.

El maestro del Clasicismo, dice Estellés, es "el santo y seña de cualquier clarinetista". "Es hablar del concierto que seguro que en algún momento de tu carrera tocarás y que te pedirán en alguna audición para optar a una plaza", cuenta. Al margen de esta connotación laboral, Concierto para clarinete y orquesta, KV 622 se ha convertido en "uno de los favoritos del público" y se considera una de sus obras "más maduras", señala el valenciano, que explica que Mozart la compuso el último año de su vida, justo después del Réquiem. "¡Imagínate!", exclama.

Según Estellés, el concierto no es el "más virtuoso" del genio de Salzburgo, pero sí "uno de los más difíciles en cuanto a la pureza del estilo. Es muy limpio y muy diáfano". Sin embargo, se siente "cómodo" con el repertorio de hoy porque lo ha tocado muchas veces en muchas orquestas: "Tan cómodo como uno se puede sentir interpretando a Mozart, que es compositor con tal pureza". El solista de la OCG grabó un disco con el conocido sello IBS Classical donde se incluía el Quinteto con clarinete en la mayor, K. 581, "una obra muy similar" a la que tocará hoy en el auditorio Manuel de Falla.

El músico valenciano, que atesora una carrera extraordinaria, ingresó a los 21 años en la Joven Orquesta Nacional de España. "Es un paso muy importante, especialmente en la época en la que yo entré porque fue en sus inicios. Era la única orquesta joven que existía en toda España. Ahora hay jóvenes orquestas en cada ciudad", reconoce. El discípulo del famoso clarinetista Antony Pay dice estar rodeado de grandes maestros todos los días: "Me refiero a mis compañeros de la OCG, mis alumnos y los compositores que interpreto".

Su gran curiosidad le ha llevado a impartir clases en distintos centros y a dirigir como invitado importantes formaciones como la London Sinfonietta, la Joven Orquesta Nacional de España, la Jove Orquestra Nacional de Catalunya y la Orquesta Joven de Andalucía, entre otras. "Para dirigir se requieren unos talentos y una formación muy concreta, pero en cuanto coges la batuta siempre tienes delante a profesionales que van a tocar. Si tú como solista fallas no se escucha nada", reflexiona entre risas.

La OCG, reflexiona Estellés, "pasa por un mal momento financiero -desde hace años-, pero a nivel artístico vive su mejor época". "Somos los mismos músicos que cuando contábamos mayor presupuesto. No hay ningún motivo para pensar que está peor. Lo que hace falta es más dinero", recrimina el instrumentista, que opina que "hay muchas instituciones que tienen que reconocer el problema de la orquesta: tiene una deuda y hay que asumirla". El clarinetista cree que "la orquesta está costando menos de lo que vale". "El compromiso por hacer buena música es muy grande. Es frustrante que la parte financiera no esté a la altura de las circunstancias", zanja el tema.