El Generalife celebra el nacimiento de Lorca con 'Reyerta', un espectáculo visual y musical magnético, rebosante de ingredientes

Como cada año, la fecha del nacimiento de Federico García Lorca un 5 de junio de 1898 es motivo de un gran evento en el majestuoso Teatro del Generalife. En esta ocasión, se repetía espectáculo, y Reyerta, de José Antonio García volvía a vestirse de gala para la ocasión. El resultado fue espectacular, lo que habla de la gran acogida de un espectáculo en el que a través de ciudades en las que Lorca vivió “hablan” de él. Decimos espectacular porque todo ha mejorado en este espectáculo, al que este año le ha sentado de maravilla. El público abarrotó el teatro, público que agotó las invitaciones puestas hace días a disposición de todo el mundo a través de varios enlaces y que en pocas horas agotó las 1.500 localidades.

La puesta en escena, con unas imágenes que cambiaban en cada canción eran impecables, sugerentes, en muchas parecía que todo el elenco de artistas formaba parte de las mismas. Todo un trabajo de artesanía de imágenes con el sello de José Antonio García. El espectáculo de luz y de sonido, igualmente original en la iluminación y de un preciosismo en el sonido que hacía disfrutar de cada matiz de una plantilla abarrotada de opciones, que abarcaban la banda, la guitarra flamenca, el cuarteto de cuerda y el coro. Un espectáculo muy difícil de sonorizar de esa manera tan precisa y que gracias a ello fue posible conmoverse con las composiciones creadas para este espectáculo.

El maestro de ceremonias era el propio director del Coro de Cámara de Granada, Jorge Rodríguez Morata, quien fue desgranando en un estilo elegante pero con mucha naturalidad los entresijos de Reyerta. Cada bloque tuvo su propia personalidad. Comenzaron con Granada, donde la música alternaba melodías pegadizas perfectamente hilvanadas entre la cuerda, el coro y la banda y con una voz poderosa de García. El siguiente bloque, Nueva York resultó mucho más ecléctico, pues la poesía surrealista de Lorca en torno a su estancia en esta icónica ciudad era un texto complejo, la música se tornó rompedora, con momentos desgarradores unidos a un lirismo exquisito, todo ello en “vuelta a la ciudad”. Después bucearon en sonidos country y folk, recreando otros parajes del país. El último bloque comenzaba con la única obra que no habían compuesto José Antonio García y Nicolás Hernández con los arreglos de Rodríguez Morata, sino con una creación de Juan Cruz-Guevara, premio Reina Sofía de composición y catedrático de esa materia en el Real Conservatorio Superior de Música Victoria Eugenia de Granada, Noche del Alma. Una obra en la que brilla el Coro y la Banda, que toman todo el protagonismo, pues García se ausenta del escenario. El regreso del icónico José Antonio García, ya vestido de “jaguayano” marcó el inicio del bloque La Habana, en la que hábilmente, la música se torna en principio más latina, incluyendo cantes de ida y vuelta y es el momento en el que luce especialmente la guitarra flamenca de José Cortés Pirata, al punto de que en Romance de la Pena Negra, cantan a dúo unos cantes de ida y vuelta con un toque flamenco muy especial.

En ese momento, el director se ausentó del escenario y volvió para terminar el espectáculo con el resto de integrantes del Coro de Cámara de Granada, que lucieron en la última obra del espectáculo, Son de negros, un tema muy rítmico y animoso, que provocó el que se hicieran dos bises. El primero fue El Niño Mudo, un tema, tal y como explicó Nicolás Hernández, que forma parte de otroespectáculo que han creado en torno a la poesía infantil de Lorca, llamado “Lorca en Familia” y que cautivó al público, y finalmente Zorongo. Un tema con el que García dio las gracias, despidió el espectáculo y cantó, con esa voz única que le caracteriza. Una noche redonda, Coro afinado, cuerda maravillosa, banda poderosa y guitarra flamenca perfectamente integrada. Reyerta es un espectáculo compacto, una joya en torno a la figura de Lorca.