Chus Gutiérrez. Directora de cine

"Para que te guste la salsa te tiene que gustar bailar, y en pareja"

  • La realizadora granadina presenta mañana en las carteleras españolas 'Ciudad delirio', una comedia romántica ambientada en Cali, Colombia

-La productora colombiana, 64 A Film, quería hacer una película que no tuviera como eje la violencia del país. ¿Cómo surgió su vinculación a este proyecto?

-La idea parte de Colombia, del productor Diego Ramírez, pero es una producción 75% colombiana y 25% española. A mí me lo ofreció Elena Martínez, que es la productora española, a principios de 2011. Así fue como comenzó todo.

-¿Se puede decir que es un trabajo de encargo?

-Bueno, yo también participo como guionista y la verdad que no entiendo un encargo sin involucrarte. Hacer una película es tanto tiempo de tu vida y tanto esfuerzo que no sé si puede ser sólo un encargo. Me he involucrado como cualquier otra: he ido a Cali, he investigado, he escrito el guión. Aunque el inicio del proceso no partió de mi, al final eso da exactamente igual.

-¿Qué le pareció la premisa de eludir la violencia de Colombia?

-Diego es un gran productor colombiano. Es verdad que siempre ha hecho películas muy violentas y me dijo que estaban un poco harto de la porno-violencia en la que estamos sumergidos y querían hacer una cinta diferente. Yo pongo el ejemplo de lo que estamos viviendo en este país con la corrupción: imagínate que en los diez próximos años sólo hiciésemos películas de corrupción, sería aburrido. Decidimos hablar del mundo de la salsa, las escuelas de baile y una historia de amor.

-¿Conocía el mundo de la salsa antes de sumergirse en la documentación de esta película?

-Yo tuve un bar de salsa hace muchos años, tras descubrirla en Nueva York. En el 83, cuando llegué allí, había una explosión, era el momento álgido del boom de la salsa, que empezó a mediados de los 70. Ahí descubrí la salsa y fui a mis primeros conciertos de Rubén Blades o Celia Cruz. Por eso, antes de la película la salsa para mí no era algo ajeno sino que formaba parte de mi vida y de mi cultura musical.

-¿Cree que ahora en España tiene una connotación un poco decadente?

-No, pero es muy curioso lo que pasa con la salsa porque es una música muy universal y tiene muchos fanáticos. Hay mucha gente que la ama, hay club en Alemania, en Japón -donde hay grandes campeones mundiales- en España. Pero para que te guste la salsa se tiene que gustar bailar, y bailar en pareja, porque es una música hecha para eso. Realmente la salsa tiene detrás un musicón impresionante y su historia está llena de temas y artistas increíbles como Héctor Lavoe, el grupo Niche, Rubén Blades, Celia Cruz... La lista es infinita.

-El personaje protagonista, interpretado Julián Villagrán, es español. ¿Fue una propuesta suya?

-Bueno, íbamos hacer una comedia romántica y como es una coproducción, un protagonista sería de España y otro de Colombia. Era una historia amor entre España y Colombia.

-Para dar vida a la protagonista se ha contado con la colombiana Carolina Ramírez. ¿Conocía su trabajo?

-Sí, ya la conocía porque es muy, muy famosa en Colombia. Allí hacen una series muy largas y ella participaba en La hija del mariachi. Además, antes del rodaje yo fui a Cali y estuvimos ensayando.

-¿Y con Ingrid Rubio, el tercer vértice del triángulo protagonista, había trabajado antes?

-No, la conocía porque habíamos coincidido en algunas pruebas pero no habíamos trabajado juntas.

-El personaje al que da vida Villagrán se marcha a Colombia porque está atravesando una situación de crisis existencial.

-Sí, porque en la vida tenemos que tomar elecciones. Él es un médico pero se ha dedicado a trabajar en investigaciones farmacéuticas y está aburrido aunque gana mucho dinero y tiene un empleo digno. Su relación de pareja es un desastre y decide parar y tomar un tiempo para pensar qué quiere hacer. Llega a Cali, donde tiene una amiga, que es Ingrid Rubio, que trabaja como médico de Primaria. Yo creo que es una crisis normal que nos puede llegar a todos.

-Usted ha vivido en distintas ciudades, ha tenido ocupaciones distintas: además del bar de salsa ha sido guionista de cine y televisión, ha tenido un grupo de música, trabaja como directora de cine. ¿Alguno de estos cambios ha sido por una crisis?

-Yo tengo crisis constantes. Trabajar en esta profesión es una continua crisis (risas). Por supuesto que he tenido y muchas veces me he preguntado cómo había elegido este camino, que puede ser muy estresante emocionalmente, porque crear es algo que te implica íntegramente, no es un trabajo al que vas 8 horas y luego regresas a tu casa. Los creadores no desconectamos nunca, aunque hacer esto es también un privilegio.

-Y usted, si no se hubiese dedicado a la creación, ¿qué otro trabajo se hubiera planteado desarrollar?

-No sé, ni idea, ya soy demasiado mayor para plantearme algo así ahora mismo (risas).

-Vuelve a dirigir y a escribir el guión. ¿En qué trabajo se siente más cómoda?

-A mi dirigir me gusta mucho y me lo paso muy bien porque supone trabajar en equipo y con muchos elementos. Quizás la fase del guión es mucho más solitaria, más dura, más árida. Escribir un buen guión de cine es algo muy difícil: no tiene nada que ver con una novela porque tiene una serie de puntos que lo cambian todo. Creo que escribir me resulta más difícil.

-Julián Villagran ha declarado esta semana que el cine español atraviesa "un momento increíblemente bueno", una opinión contraria a la del resto de sus colegas de profesión. ¿Está de acuerdo con él o se inclina hacia el lado mayoritario?

-Creo que Julián es muy positivo y es genial que piense eso pero desde luego no opino lo mismo. Yo no hablaría sólo de crisis en el cine, sino de la cultura en nuestro país. Es inaudito que tengamos un 21% de IVA para las entradas de conciertos, teatro y cine, algo que no pasa en ningún otro país de Europa, porque es una manera de complicar las cosas y entorpecer el acceso a la cultura. Pienso que en nuestro país nunca se ha planteado, desde el 82, cuando empezamos nuestra joven Democracia, un trabajo profundo por la Cultura dada la importancia que tiene en nuestras vidas y en nuestra proyección como país.

-Una de las críticas más generalizadas al mundo del cine es que ha vivido demasiado de la subvención pública y tendría que rentabilizarse por sí mismo. ¿Qué opina de esta afirmación? ¿Cree que bastaría con quitar el 21% o tendría que seguir subvencionándose?

-Vivimos en un país en el que todo se subvenciona: las energías renovable, la agricultura... todo. El mundo del cine no son cuatro actores y cinco directores que salen en la alfombra roja, es una fuerza de trabajo con empresas suministradoras de productos y muchos empleados. Es una parte más de la sociedad y tiene técnicos, empresas, laboratorios... Bueno, si decimos que no haya subvenciones para el cine que tampoco haya para la agricultura y las energías renovables, porque el Estado se organiza así y estamos todos jugando en el mismo juego.

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