Celebra Halloween en el cine: las películas para pasar más miedo, recomendadas por expertos de Granada
Desde los clásicos a los últimos títulos llegados a las plataformas, cuatro expertos hablan de los títulos que les han dado más miedo y los que no se puede perder todo buen aficionado al género
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La ciudad está lista para temblar. Las calles huelen a castañas y los escaparates anuncian una noche de Halloween que ya se ha asumido como tradición local. Pero, más allá de los disfraces, hay un ritual que nunca falla: una sala a oscuras, un grito colectivo y la certeza de que algo terrible acecha detrás de la pantalla. El cine de terror vive un momento dulce: llena salas, conquista plataformas y se gana el respeto de la crítica sin perder el gusto por asustar. Este año, cuatro referentes del cine granadino —Antonio Miguel Arenas, Salvador Perpiñá, José Sánchez-Montes y Juan de Dios Salas— revelan qué películas les han helado la sangre y por qué el terror puede estar viviendo su mejor momento en décadas.
Antonio Miguel Arenas: “El terror ha vuelto a ocupar su lugar de prestigio”
El director del Festival de Jóvenes Realizadores lo tiene claro: el miedo nunca se fue, solo cambió de traje. “Desde los setenta, con El exorcista y Tiburón, el terror siempre ha sido garantía de éxito”, asegura. “Y eso no ha cambiado. Lo que sí ha cambiado es la mirada: ahora el género vuelve a tener prestigio”.
Arenas recuerda los tiempos en que el terror era un placer culpable, relegado a las sesiones de medianoche. “Ha costado que se reconozca a maestros como Carpenter o Joe Dante. Durante años, el género fue despreciado por su propio éxito, por la avalancha de productos baratos que explotaban su tirón”, explica. “Hoy, en cambio, los nuevos autores norteamericanos hacen películas de terror con ambición, presupuesto y hasta posibilidades de Oscar”.
No obstante, su entusiasmo tiene matices. “A veces los directores se ponen demasiado intensos. Ari Aster, Robert Eggers o Jordan Peele son brillantes, pero también pretenciosos. Peele, para mí, está sobrevalorado”, sentencia con media sonrisa. En su altar moderno está James Wan: “Las sagas Insidious y Expediente Warren son lo mejor que ha pasado al género este siglo. Son montañas rusas repletas de sustos, pero filmadas con elegancia y ritmo. Y además esconden lecturas sobre la familia y la sociedad. Son gran cine, sin complejos”.
Para pasar miedo este Halloween en una sala de cine su receta es directa: “Expediente Warren: El último rito es perfecta para pasarlo bien y gritar a gusto. El miedo también puede ser diversión colectiva”.
Salvador Perpiñá: “El terror siempre ha estado vivo”
El guionista granadino responsable, entre otros muchos títulos, de la adaptación a formato serie de Reina Roja, Salvador Perpiñá, ve el terror como un organismo que muta y sobrevive a cada moda. “Los que apreciamos el fantástico siempre hemos tenido que separar las joyas del género de los productos convencionales, pero el terror tiene una capacidad de renovación asombrosa”, dice.
Perpiñá lamenta la pérdida de David Lynch —“uno de los verdaderamente grandes”— pero celebra la fuerza actual del género. “Tenemos a Ari Aster, Robert Eggers, la Jennifer Kent de Babadook, a Cronenberg todavía en activo… incluso a directores populares como Mike Flanagan o James Wan, que hacen un terror más accesible pero igual de hipnótico”.
Perpiñá habla del miedo como si fuera un lenguaje emocional. “El buen terror no necesita monstruos, sino atmósfera. Si una película te deja pensando, si te incomoda al apagar la luz, ha hecho su trabajo”, asegura. Recuerda cómo Suspense, de Jack Clayton, lo dejó con el corazón encogido; cómo Hereditary le removió más de lo que esperaba; o cómo Ringu cambió para siempre la forma de mirar un teléfono. “El terror, cuando acierta, se cuela en la rutina y la contamina. Y esa es su genialidad”.
Como consejo para este viernes, confiesa cual va a ser su próxima cita con el miedo en una sala de cine: Weapons, de Zach Cregger. “Dicen que es impresionante”.
José Sánchez-Montes: “La única película con la he recuerdo pasar miedo es El resplandor”
No todos los cineastas disfrutan del escalofrío. José Sánchez-Montes, director y productor de películas como Morente sueña la Alhambra, reconoce que el terror le resulta poco apetecible. “No me gusta el género, no lo sigo para nada”, admite sin rodeos. “La única vez que recuerdo haber pasado miedo en una sala de cine fue viendo El resplandor”.
El recuerdo del triciclo recorriendo los pasillos del hotel Overlook y la sensación de que algo terrible está a punto de suceder ha impactado en miles de espectadores, también en el director del Festival de Jóvenes Realizadres y profesor de la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid: "El resplandor ocupa un lugar de privilegio en la historia del cine. Aunque no sea una película de terror al uso ni la adaptación que Stephen King esperaba, es algo aún mejor, está repleta de imágenes icónicas que entran en nuestro subconsciente".“Kubrick no hizo solo una película de terror —dice—, hizo una obra maestra sobre el miedo humano. No hace falta un monstruo cuando el monstruo es el propio ser humano”.
Juan de Dios Salas: "Lo interesanate es la capacidad de dar miedo sugiriendo"
El director del Cineclub universitario de la UGR, Juan de Dios Salas, habla de la moda del llamado "elevated horror" o "terror elevado", un fenómeno que va más allá del susto fácil. Cintas recientes como Hereditary y El hereje ejemplifican esta tendencia que, según Salas, se distingue por buscar una inquietud más profunda y psicológica en el espectador. El director del Cineclub subraya la importancia de la sugestión sobre la exposición: "Lo interesante es la capacidad para dar miedo sugiriendo, no mostrándote". Para él, esta es la clave para diferenciar el terror (lo que asusta) del horror (lo que horroriza), una distinción fundamental que define la calidad de la producción.
El director del Cineclub invita a recuperar títulos clásicos como los del estuido RKO y Val Lewton y posteriores como Halloween, La profecía y El exorcista, y otros que "no son redondos pero sí recomendables" como Muertos y enterrados o El exorcista III. También La niebla, Señales, El sexto sentido o Suspense o clásicos modernos como El proyecto de la Bruja de Blair. Y entre las últimas llegadas a salas y a las plataformas: Devuélmela y Los condenados. Salas también destaca positivamente sagas como Un lugar tranquilo, por su maestría técnica y narrativa. El director enfatiza que el buen cine de miedo utiliza recursos sutiles como el sonido para crear tensión, evitando que la película se convierta en un mero producto gore.
El dulce escalofrío del cine de terror
Las cuatro miradas, trazan el mapa de un fenómeno en plena efervescencia porque cada generación reinventa su miedo: los setenta temían al diablo, los noventa a la tecnología, los 2000 al trauma y la familia. Y hoy, entre crisis y pantallas, el público sigue buscando ese escalofrío con las luces apagadas. Porque, como reconoce cualquier buen espectador de terror, lo mejor es ir al cine para asustarse en grupo porque al final se puede salir y dejar ese horror allí encerrado.
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