"Los hermanos Quero representaron la esperanza de los humillados"

La vida de los hermanos Quero, aquella banda de maquis urbanos que actuó contra las fuerzas franquistas en la primera mitad de los años cuarenta, es toda una leyenda en Granada. Todos murieron en enfrentamientos con las fuerzas de orden público y aún corre de generación en generación la resistencia que durante tres días puso el último de los supervivientes, Antonio Quero, a la policía antes de suicidarse. De haber nacido en Estados Unidos, ya tendrían una película. Ahora acaba de ser publicado un nuevo libro, Morir en Granada, de Francisco Ruiz Esteban, que se presentará mañana en el Palacio de los Condes de Gabia. La leyenda continúa.

-¿A qué se debe su interés por las hazañas de los hermanos Quero?

-Yo desde pequeño siempre tuve noticias de ellos. Quería escribir mi tesis doctoral no sobre la Guerra Civil, sino sobre la guerrilla antifranquista y los maquis. Comencé estudiando la vida de uno de aquellos guerrilleros, Juan Francisco Medina García, el Yatero, y su partida. Quería centrarme en la historia de aquellos hombres y mujeres que se negaban a morir ante un pelotón de fusilamiento y que creían que la democracia volvería a España al final de la II Guerra Mundial. Entonces me topé con la historia de los hermanos Quero y vi que aquello era un libro por el final tan trágico que tuvieron todos. Desde entonces tuve una deuda moral con ellos.

-Durante mucho tiempo fueron una leyenda...

-Sí, pero permanecían en el olvido. Me pareció que era necesario escribir sobre la partida de los Quero, que durante siete años estuvieron luchando solos, con el desamparo de las fuerzas comunistas. Traté de conseguir el máximo de información a través de los archivos y también de la memoria viva de sus contemporáneos. He tratado de reconstruir toda su historia, de por qué decidieron enrolarse con los republicanos en la Guerra Civil y cuál fue su trayectoria. Granada sufrió una represión brutal. Cuando, terminada la guerra, dos de los hermanos deciden volver a su casa, son recluidos en la prisión de La Campana. Decidieron evadirse. Tenían dos alternativas: o irse a Francia o unirse a la partida del Yatero, y ahí comenzó su calvario. Poco después, decidieron hacer su propia partida, pero poco después comenzaron a sufrir las primeras bajas. Es una historia muy dramática cuando comienzan a caer y la familia va siendo más y más acosada.

-Fueron de los pocos maquis urbanos que hubo en España ¿no?

-Sí. Aunque tuvieron acciones en el ámbito rural, su principal zona fue en Granada, donde tenían mucho apoyo social. Lo que pasa es que, a medida que aumentaba la represión, ese apoyo iba desapareciendo. Pero ellos representaban la esperanza de los vencidos y los humillados.

-Cuenta la leyenda que eran muy educados...

-Sí, especialmente cuando secuestraron a uno de los hermanos Rodríguez-Acosta para conseguir dinero. Eran muy caballerosos y hasta tenían la comprensión del bando contrario. Incluso los de ese bando les hacían llegar consejos y advertencias de que todo se estaba complicando, de que habían venido fuerzas de Sevilla y de Madrid expresamente para acabar con ellos.

-Uno de los episodios más famosos, casi de leyenda, fue la resistencia que ofrecieron en un piso del Camino de Ronda, en donde murió el último de los Quero, Antonio...

-Sí, ahí fue el final de la partida. Las fuerzas lograron cercar la casa en donde se habían escondido [quienes les acogían les tendieron una trampa]. Uno de los miembros de la partida, El Chato Borrego, se lanzó sobre un colchón desde un segundo piso, pero fue abatido poco después. Antonio Quero, que sabía que lo torturarían hasta la muerte, decidió suicidarse. Hubo un despliegue desmesurado.

-No hace mucho, salió otro libro sobre los hermanos Quero...

-Sí, ha sido por pura coincidencia. Hemos pasado del silencio absoluto a que se escriban varios libros. El mío estaba preparado en octubre del año pasado, pero por diferentes cuestiones se retrasó.

-Otro episodio recordado fue una persecución a otro de los hermanos con tiroteos por toda la ciudad...

-Sí, ése fue Paco Quero. La persecución comenzó en la Plaza de los Lobos y terminó por la calle San Matías. La vida de los Quero habría tenido en Estados Unidos, no una, sino varias películas.