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Humor gráfico disparatado a prueba de coronavirus

  • Enrique Bonet recupera dos de sus series humorísticas, protagonizadas por una extraña pareja y un valiente vendedor a domicilio, en 'Grandes preguntas que se responden en otros sitios' (Karras)

El dibujante Enrique Bonet posa con su nuevo cómic en Subterránea

El dibujante Enrique Bonet posa con su nuevo cómic en Subterránea / Jesús Jiménez / Photographerssports

El dibujo fue uno de los refugios de Enrique Bonet (Málaga, 1966) durante el confinamiento. Eso sí, el primer mes lo pasó como todos: desanimado y superado por la situación. Poco después, el aburrimiento y el encierro le llevaron a recopilar páginas. Incluso se atrevió a crear nuevos personajes. El resultado se ha materializado en un cómic de humor gráfico disparatado a prueba de coronavirus. Ni sus protagonistas llevan mascarilla (ya que hablamos de una recopilación de viñetas aparecidas en la revista Amaníaco entre 2002 y 2016; y lo nuevo actúa como hilo conductor), ni la pandemia aparece. En el tebeo, publicado por la editorial granadina Karras, sólo hay espacio para la carcajada, la diversión y el comentario social.

Grandes preguntas que se contestan en otros sitios recoge las intrigas de amor vividas entre Manolo y Pepi. "La serie es muy absurda. Trata de un chico que quiere enamorar a su pareja. Quiere hacerse acreedor de su amor a toda costa. Cada día que pasa le hace regalos más extraños o le demuestra su amor de forma más disparatada", cuenta el artista afincado en Granada, que reconoce que hoy día haría esa serie de otra manera porque "los roles de pareja y el propio papel de la mujer han cambiado mucho desde entonces". La serie, ya "anacrónica" desde su primera tira, trata de burlarse del amor romántico y tóxico. "Nace como reacción a programas de entonces como Lo que necesitas es amor o El diario de Patricia. Ese tipo de programas que se pusieron muy de moda. Normalmente era el chico el que tenía que demostrar su amor de la manera más disparatada. No bastaba con pedirle salir”, sostiene el autor.

La portada del nuevo cómic de Bonet La portada del nuevo cómic de Bonet

La portada del nuevo cómic de Bonet / Karras

Una de las cosas que más gracia le hizo mientras revisaba las series fue ver cómo había evolucionado el mundo de la tecnología. "Tiene esa gracia de registro histórico (Bonet es documentalista de profesión). En 2002 empecé a dibujar la serie de Apolonio Martirio. Es un vendedor que va vendiendo por las casas cosas que él se inventa y que nadie compraría, pero él consigue vender la moto. Hay mucha relación con el mundo de la tecnología porque estaba empezando a pegar fuerte internet. Apolonio vende por entonces el internet virtual o el DVD. En la primera viñeta aparece regalando un DVD, el regalo estrella de las enciclopedias. Eso casi ha desaparecido", cuenta el dibujante.

Apolonio Martirio intenta vender hasta la nada a sus clientes cuando lo reta la competencia. ¿Es el sagaz vendedor a domicilio un fiel reflejo de esta sociedad llena de gurús e influencers? "En una tira se habla de la crisis de valores, de lo que nos quieren vender. Apolonio juega con la debilidad y las expectativas del cliente. Lo que está atacando son las debilidades que tenemos como sociedad y como consumidores. Somos capaces de comprar cualquier cosa mientras nos la vendan bien", responde Bonet. Finalmente, Apolonio consigue venderle la nada a un señor cuando le dice a éste que a su vecino de bloque se lo vendió mucho más caro. "Juega con la psicología de la gente y saca el lado más mezquino que tenemos todos, el más frágil", advierte.

Una de las viñetas de Apolonio Una de las viñetas de Apolonio

Una de las viñetas de Apolonio / E. B.

En el cómic también hay espacio para la crítica. En unas tiras de Apolonio donde se dedica a vender viajes domésticos ofrece hacer trekking salvaje por obras municipales. "Hay espacio para todo. He intentado hablar de lo que me rodea. Es lo que me gusta del humor, utilizar cosas muy vinculadas a nuestra manera de comportarnos y a nuestra sociedad. Buscar cosas muy cercanas y darle la vuelta y convertirlas en algo más absurdo. A través de ese disparate yo creo que se refleja bien cómo somos. La intención de estas historias donde se puede ver algo de comentario social más que de crítica es divertir", explica. Bonet también habla de acabar con el paro, de la independencia de Cataluña y hasta aparece Rajoy. ¿La realidad política de nuestro país daría para varios cómics o no? "Para unos cuantos. Da para una tragicomedia y varias comedias. La realidad es bastante triste en general. Ahí están las historias que salen en El Jueves y en Mongolia, revistas satíricas que se nutren de la realidad política".

La influencia de los clásicos de la historieta española y sus personajes mezquinos

La idea del autor de La araña del olvido era hacer "un tebeo divertido utilizando muchos recursos del tebeo clásico", que es la que ha mamao desde chico. Bonet bebe de la tradición de la escuela Bruguera: Ibáñez, Vázquez, Escobar, Peñarroya, Cifré. Todos los grandes clásicos de la historieta española desde los años 50 hasta los 70. "Eran los tebeos que leía en mi infancia. Muchas veces nos han llegado una versión más dulcificada de las historias. Las primeras historias de Zipi y Zape eran muy bestias, muy salvajes. Eran personajes bastantes mezquinos. Había un humor muy salvaje en toda esa tradición. Cosas que hoy día son políticamente incorrectas como la manera de tratar a los padres los hijos y viceversa, o de tratarse los unos a los otros. Eran personas que intentaban sobrevivir de alguna manera", defiende el dibujante, que afirma que Apolonio Martirio es "digno heredero de esa tradición". "Manolo y Pepi son personajes muy raros. Su manera gráfica, los recursos, los hacen también herederos de esa tradición", asegura.

Una tira de la serie Manolo y Pepi Una tira de la serie Manolo y Pepi

Una tira de la serie Manolo y Pepi / E. B.

El autor afincado en Granada ha publicado Grandes preguntas que se contestan en otros sitios con el sello independiente Karras. "Tanto Chema García como yo estamos muy contentos. Iniciamos la línea Divergente de humor en la editorial. Hasta ahora Karras había publicado cómic de fantasía y de terror (sobre todo con guiones de El Torres). Es una editorial se llama a sí misma editorial sin complejos. Define bastante bien su línea editorial. Aventura, fantasía, terror y con nosotros ahora suman una línea de humor, una línea surrealista", destaca Bonet, que aplaude el valor de una editorial tan pequeña como Karras con Cristina Carrasco al frente. "Hace una tarea titánica en estos momentos tan complicados. Y tiene ya su hueco en el mercado. Hay que agradecerle lo que está haciendo", señala. Entre otras cosas, publicar cómics de humor para entrenar la carcajada en tiempos de pandemia.

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