"Es imposible mantener a toda una sala callada"
Ariel Rot. Compositor y cantante
El rockero argentino actúa en BoogaClub, en solitario pero con un show muy eléctrico en el que rescatará canciones de su paso por Tequila.
Apenas tenía 18 años cuando revolucionó tanto la escena rock como el mercado discográfico español formando parte de Tequila. Seguramente la ignorancia de la asfixia a la que habíamos estado sometidos los españoles les hizo ser tan atrevidos, tan descaradamente hedonistas y desprejuiciados que fueron como si un bote de Titanlux se hubiera derramado sobre el periódico El Caso, llenando de color con su explosión de hormonas híper vitaminadas un país acostumbrado a los crímenes truculentos y a guardar el luto durante lustros. Y haciendo el rock and roll más vacilón que nunca se había escuchado por aquí hasta entonces, en un castellano irresistible, desafiante, insolente. Después de aquello ha pasado más de treinta años ejerciendo el oficio sin el más mínimo patinazo, solo o con Los Rodríguez, para acabar convertido en uno de los más lúcidos y merecidamente admirados rockeros de aquí o de allá.
-Siendo uno de sus discos más logrados, no cree que esa gira tal vez no muy oportuna junto a Leiva y Loquillo ensombreció, más de lo que pudo suponer de empujón a 'La Huesuda'?
-Puede ser que no haya sido una idea muy feliz pero eso nunca lo sabremos. Rechazar una gira como Uno de lo nuestros hoy en día es un lujo que muy pocos se pueden permitir. El disco tuvo grandes críticas, fue elegido disco del año por El País y aún así no tuvo la trascendencia que para mí se merecía pero, ¿no es eso lo habitual en estos tiempos? ¿Cuántos discos, cuántos grandes artistas pasan totalmente inadvertidos por las orejas indiferentes del respetable?
-Usted ha formado parte de grupos de éxito masivo y ha experimentado desde los conciertos de gran formato en suntuosos estadios a otros prácticamente íntimos en pequeñas salas para 200 personas. ¿Con cuál de las dos opciones se encuentra más cómodo?
-Con la que salga; este es mi oficio. Una vez su representante le dijo a Fernando Fernán Gómez: "Creo que este guión no te conviene". Y él contestó: "Vale, ¿cuál es el otro?". ¡Esa es la actitud! Llevo casi cuarenta años ejerciendo esta profesión, he tocado en todos los formatos y escenarios posibles, lo puedo pasar mejor o peor indistintamente.
-Lo pregunto porque le he leído en alguna parte que su actuación invitado por Leiva ejerciendo de telonero de los Stones resultó algo decepcionante. ¿Esa decepción no viene en parte motivada por la propia concepción de este tipo de macroconciertos en los que todo está pautado, medido y no hay opción de salirse del guión ni para contar un chiste o hacer un guiño al espectador?
-Evidentemente tocar en el Bernabeu antes de los Stones, con luz de día mientras el público está entrando no es la situación más favorable para el lucimiento personal. Contábamos con ello y aún así decidimos hacerlo, se trataba de otra cosa.
-Tuve la oportunidad de verlo en solitario la última vez que visitó Granada, sin nadie más sobre el escenario, y dio usted una actuación soberbia, rescatando magníficas canciones y alternando instrumentos en un concierto íntimo pero también eléctrico. ¿En qué formato viene para su concierto del sábado?
-Pues sí, es el mismo formato y agradezco sus elogios. Es un show solitario pero no acústico y en este caso el voltaje rockero está mas acentuado por la sala y el horario. También tocaré el piano y la acústica como la otra vez pero he ido incorporando muchas mas canciones así que espero que aunque lo hayas visto te lleves unas algunas sorpresas.
-Si no me equivoco, vivía por entonces una etapa de enamoramiento con el piano. ¿Qué tal va ese idilio? ¿Sigue enganchado al rock compuesto al piano o ha vuelto a la eterna guitarra?
-Sin abandonar el piano estoy en pleno romance con la guitarra. He mejorado mucho últimamente sobre todo en el ejercicio de solear y acompañarme al mismo tiempo. Nuevos acordes y nuevas notas suenan en mi cabeza y toco un buen rato casi a diario. El próximo disco lo estoy componiendo solo con guitarra, no es una regla que me haya impuesto pero está funcionando así.
-Una vez le pregunté a Steve Wynn, líder de los míticos Dream Syndicate, por la diferencia entre el público norteamericano y el europeo. Me respondió que aquí es más respetuoso, mientras que los EE.UU. podía seguir jugando su partida de billar o charlando mientras el músico daba su concierto. Los viejos músicos de blues y de jazz solían sorprenderse también con ese respeto reverencial la primera vez que venían a Europa. A usted le he oído quejarse de esos asistentes que siguen su conversación a voz en grito mientras usted está tocando. ¿Se han unificado los públicos? ¿Es un síntoma de la asimilación del rock and roll a este lado del charco el que ya la gente no atienda con la debida cortesía?
-Creo que Steve fue muy diplomático o generalizó Europa demasiado. O tal vez fue hace mucho tiempo. En España la gente habla bastante durante los shows y no estoy hablando de un grupo de covers que toca de fondo mientras te tomas tu copa, hablo de conciertos de artistas con mayúsculas cantando una canción llena de verdad y emoción. Es muy difícil, te diría que imposible mantener a toda una sala callada y cuando es con banda es peor, lo que pasa es que no los oyes. A veces me da más pena por los que pagaron su entrada y quieren oír que por mí.
-¿Por qué aún hoy en día, después de tantos años de 'cantes de ida y vuelta' entre Argentina y España, los pioneros argentinos del rock que tanto han contribuido a que el rock en español conforme una personalidad propia siguen siendo absolutamente desconocidos en España?
-Creo que son estéticas diferentes. Muy pocos amigos españoles se emocionan con esos discos que para mí son tesoros. Empecemos por que los artistas de aquí dejen de ser absolutamente desconocidos para el gran público español.
-Supongo que con los años que han pasado ya ha superado la fase de distanciamiento con el repertorio de Tequila. ¿Rescatará y recreará alguna de sus canciones de entonces para sus conciertos? ¿Sigue en contacto con el gran Sergio Makaroff?
-Sí, voy a tocar Salta, Dime que me quieres, Mira esa chica, Quiero besarte, Me vuelvo loco, Necesito un trago, el R&R de la plaza del pueblo y tal vez alguna más. Tengo pocos amigos íntimos; Sergio afortunadamente sigue siendo uno de ellos. Lo aprecio y lo admiro. Sus letras y sus reflexiones no tienen desperdicio.
-Tras dos años desde la publicación de 'La Huesuda' ya va tocando empezar a pensar en nuevo material, ¿no?
-Estoy en ello pero llevará su tiempo. No quiero bajar el listón y no es fácil, vengo de hacer probablemente dos de mis mejores discos.
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