El influjo de la Alhambra en Matisse

Un centenar de piezas recrearán el viaje fundamental a España que dejó una profunda huella en el pintor

1. Plata, delante del cartel de la exposición ayer. Foto: María de la Cruz 2. 'Coin d'atelier', el rincón de trabajo de Matisse. 3. Odalisca con pantalón rojo.  4. 'Nature morte II', obra que pintó en Sevilla y donde se ve el tapiz de la Alpujarra. 5. 'Conversación bajo los olivos', obra que hizo en 1921 y donde aparecen los típicos mantones.
1. Plata, delante del cartel de la exposición ayer. Foto: María de la Cruz 2. 'Coin d'atelier', el rincón de trabajo de Matisse. 3. Odalisca con pantalón rojo. 4. 'Nature morte II', obra que pintó en Sevilla y donde se ve el tapiz de la Alpujarra. 5. 'Conversación bajo los olivos', obra que hizo en 1921 y donde aparecen los típicos mantones.
Manuela De La Corte / Granada

15 de mayo 2010 - 05:00

Hace unos años, María del Mar Villafranca descubrió en el Libro de Visitas de la Alhambra la firma de Henry Matisse. Nada se sabía de aquella visita. La directora del Patronato comenzó a tirar de un hilo invisible, un hilo que formaba parte de un viaje fundamental en la obra del pintor francés pero que había pasado desapercibido. En 1910, Matisse vino a España para 'curarse' de una crítica frustrante. Dos de sus obras más reconocidas, Danza y La Música, sufrieron el rechazo absoluto y el pintor decidió buscar entonces un nuevo lenguaje. Sevilla y Granada resultaron esenciales en aquella búsqueda.

El Museo de Bellas Artes expondrá a partir del 15 de octubre Matisse y la Alhambra, cuyo objetivo es "reconstruir la historia de la fascinación que Matisse sintió por el mundo oriental y que biográficamente coincide con el encuentro que significó su visita a la Alhambra durante tres días en diciembre de 1910", como explicó ayer Villafranca durante la presentación de la exposición. "Su relación con los palacios nazaríes", dijo, estaría "siempre presente en su obra". Su arquitectura, la disposición de sus interiores, sus cerámicas, la luz filtrada de sus estancias y patios, el color en sus variaciones luminosas... Tanto es así que el mismo Matisse confesaría al final de su vida: "La revelación me llegó de Oriente".

Han sido tres años de intensa investigación llevada a cabo por los comisarios de la muestra: Villafranca y el catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia, Francisco Jarauta. Organizada por el Patronato de la Alhambra y Generalife y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), en colaboración con la Fundación La Caixa, la Consejería de Cultura y el Grupo Joly, mostrará una primera aproximación a este viaje con el Libro de Firmas donde grabó su nombre Matisse, o una carta a su mujer Amelie donde le hablaba del asombro por el monumento nazarí: "La Alhambra es una maravilla. Sentí allí una inmensa emoción".

Villafranca enumeró en este apartado fotografías del Hotel Cecil de Sevilla en el que se hospedó con vistas a las copas de las palmeras; de la Pensión Villa Carmona donde durmió en Granada (lugar que ya no existe), postales que envió, un mantón de manila muy similar al que regalaría a su mujer o un tapiz de la Alpujarra que adquirió antes de llegar a Granada en una tienda de antigüedades de Madrid.

La exposición comenzará con un bodegón titulado Plat et fruite avec catifa rouge et noire (1906), una de las primeras obras que ya se inspiraban en el mundo oriental. Le seguirá una recopilación de obras que el mismo Matisse pudo ver en una exposición en Munich en 1910 -poco antes de su viaje a España- sobre arte islámico y dos lienzos que suponen obras maestras: Femme espagnole avec tambourin (1909) y L'Algérienne (1909).

En Sevilla pintaría tres trabajos singulares que se muestran por primera vez: Nature Morte, Sevilla I, Nature Morte, Sevilla II y Joaquína (1910), "una gitana que pudo haber conocido en algún tablao que visitase". Se mostrarán también sus Odaliscas, de los años 20, cuyas referencias decorativas propias son de la Alhambra, o una de sus últimas obras, Cloché (1951), que ya en su etapa más abstracta sigue con la huella islámica.

En total, más de un centenar de piezas con 50 obras de Matisse que abarcan óleos, dibujos, litografías, una cerámica y una escultura; 60 piezas de arte islámico como cerámica, bronce, tapices o celosías; cartas, postales y fotografías del pintor cedidas por los archivos Matisse en Issy-Les- Moulineaux, y otros objetos como tejidos que coleccionó a lo largo de su vida.

"Matisse siempre se ha asociado con Marruecos pero no se dice nada de su viaje a España. Esta exposición reconstruye un capítulo que ha sido omitido en la historiografía matissiana". Jarauta destacó la obra Coin d'atelie (la pintura del rincón de trabajo de Matisse con la figura de un jarrón y una maceta) como una obra absoluta puesto que "reúne todos los elementos de su pintura".

"Es una exposición única", dijo Villafranca, en la que colaboran 40 instituciones, como el Museo de Hermitage, el MOMA de Nueva York o el Louvre, y de colecciones privadas como la Thyssen-Bornemisza o de los herederos Claude y Bárbara Duthuit.

El consejero de Cultura, Paulino Plata, subrayó que se trata del proyecto "más ambicioso de la Junta en cuanto a exposiciones" y expresó su admiración por una muestra que no sólo recoge lo que vivió en España sino cómo le "impregnó en el futuro".

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