Un juego con Mozart, jazz y violines como protagonistas

'Cuerda y recuerda', para niños a partir de 3 años, llega hoy al Isidoro Máiquez

Varios de los músicos se protegen de una lluvia imaginaria.
Varios de los músicos se protegen de una lluvia imaginaria.
Manuela De La Corte

25 de junio 2010 - 05:00

Fresco, rápido, impactante y musical. Muy musical. Así es Cuerda y recuerda. Un juego que arranca con un violinista sobre el escenario, otro que no quiere subir por vergüenza, otro que sube pero que debe irse y otro que finalmente se queda. Joaquim Alabau dirige el concierto didáctico que tendrá lugar hoy en el Teatro Isidoro Máiquez a partir de las 20:30 horas. Los músicos se enfrentarán a unos de los oídos más exigentes: niños a partir de tres años que estarán dispuestos, muy probablemente, a disfrutar de un juego donde la música es la protagonista. Eso a pesar de que muchos de ellos no han visto en su vida un contrabajo.

La obra, explica Alabau, tiene muchos alicientes. Está compuesta por 22 minipiezas a lo largo de una hora que van desde el Tengo una muñeca vestida de azul a la Canción de Cuna de Brahms, el Feliz Cumpleaños o piezas de Mozart, Schubert o Bartók. A través de todos ellos conocerán las posibles combinaciones que existen en las agrupaciones de cuerda: dos violines, una viola, un violonchelo, un contrabajo o guitarra española y eléctrica.

Lo van aprendiendo casi inconscientemente, puesto que se trata de un "juego donde la música va ligada a un argumento entendible".

La música clásica irá tornando en moderna, jazz o tangos de Piazzola condimentadas especialmente con pequeños gags que favorecen la conexión con los niños. "Es algo fundamental", cuenta Alabau, "para no perder nunca su atención. Justo cuando empezarían a distraerse comenzamos con otra cosa".

Músicos profesionales enseñan a descubrir a los niños lo mejor de la música gracias a un espectáculo compuesto también por magia, comicidad e imaginación. Hay que tener presente que es Paco Mir, de Tricicle, quien se encarga de la dirección escénica y que los músicos han recibido una formación específica puesto que importa tanto "la parte musical como la de escena, más teatral".

Producido por L' Auditori de Barcelona, dice Alabau que es "muy emocionante para nosotros ver sus caras de emoción, sobre todo cuando aparecen las sorpresas en el escenario". Siempre piden que toquen más.

La labor principal, sin embargo, es la formación que les den después sus padres, como explica el director. "Nosotros tratamos de inculcarles o trasmitirles la curiosidad, pero ellos son quienes deben seguir".

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