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La labor del Madrigal al fin se premia

Aliatar, Granada 10, Multicines Centro... Todas estas salas ubicadas en pleno centro han cerrado con el paso del tiempo, en poco más que una década. Todas menos una: el Madrigal. Desde el 24 de septiembre de 1950 se erige en Granada el céntrico cine, de sala única, pantalla de grandes dimensiones, rojas butacas de aspecto aterciopelado y, como evocación al teatro, cortinillas que se abren y se cierran para dejar paso a la película. El lugar conserva todo el sabor a cine antiguo, pero aderezado por las mejores prestaciones técnicas en lo que el visionado se refiere. El local además ha sabido conservar su arquitectura y disposición prácticamente intactas. Lo único que se ha modificado ha sido el sistema de sonido, incorporando el dolby surround, y unas nuevas butacas.

La labor del mítico espacio al fin se vio ayer premiada durante un merecidísimo homenaje organizado "con mucho cariño" por el Festival Cines del Sur, que hoy clausura la décima edición de éste. Su director, José Sánchez Montes, dijo que para ellos el gesto nació de manera "muy natural". "Coincidimos en la voluntad de defender el cine que no es habitual en una sala comercial -el independiente-. Somos primos hermanos. La labor impresionante que ha desempeñado Juan Torres Molina y su familia desde el año 60, año en que se inaugura el cine, es impagable. En aquella época era bastante moderno. Ahora que se ha convertido en la única sala que conocíamos de aquel siglo. Insisto en su labor: programan todas las semanas lo que no está en cartelera", recalcó.

Esa valiente tarea de la que habla Sánchez Montes tiene que ver con que el Madrigal cada quincena, a veces cada semana, programe uno de los títulos más interesante de la industria independiente. Algunas de las últimos filmes han sido El otro lado de la esperanza de Aki Kaurismäki, quien consiguió con ella el Oso de Plata al mejor director en el Festival de Berlín; la irresistible comedia francesa Locas de alegría de Paolo Virzì; Stefan Zweig: Adiós a Europa de Maria Schrader, biopic sobre el intelectual Stefan Zweig, centrado en los años de exilio del famoso escritor; y durante esta semana Marie Curie, la vida de la pionera científica polaca llevada al cine. "Siniestro Total, decía en una canción que "menos mal que nos queda Portugal". Pues yo digo: "Menos mal que nos queda el Madrigal". Es la única sala que queda en la ciudad que sigue proyectan un cine diferente, alternativo, con el formato de cine dentro de la ciudad. Todas las salas se las han llevado a los centros comerciales, al extrarradio. Que siga apostando a contracorriente por ese cine minoritario es un lujo", subrayó el director del Festival Granada Noir y autor de Hasta donde el cine nos lleve, Jesús Lens.

El director de Cines del Sur recordó con cariño, horas antes de la entrega de un placa al dueño del Madrigal, Juan Torres Molina, "aquellas carteleras hechas a mano y las enormes colas. Ahora se vuelven a producir. Ver una cola en el cine te da mucha alegría. Allí vi y veré muchas películas". Para Sánchez, el Madrigal es "la resistencia, hablamos de cine de guerrilla". Es además "muy bonito que el propia dueño sea el que te de la entrada, te vende las palomitas. Es un labor que sólo se entiende desde el amor al cine. Eso siempre hay que agradecerlo".

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