Una leyenda del heavy en La Copera
El menor de los hermanos Schenker, Michael, fue una de las más rutilantes estrellas del heavy metal de los setenta y los ochenta. Su habilidad con las seis cuerdas no solo le convirtió en uno de los guitarristas más laureados del género, sino que durante una importante etapa de su carrera varios de los más destacados grupos de la época pugnaban por reclutarlo para sus respectivas formaciones. Apenas era un adolescente cuando su hermano Rudolph Schenker pone en marcha la primera de las alineaciones de Scorpions en 1969, y cuando el grupo debuta en 1972, con un Michael de 17 años en el papel de guitarra solista, son muchos los ojos que se depositan en sus ágiles dedos.
De tal modo que sin apenas dar opción al grupo de su hermano mayor, los británicos U.F.O. otro de los grandes exponentes del heavy rock de los setenta, le hacen una oferta que no puede rechazar para unirse a ellos a pesar de que por entonces apenas se defiende en inglés. El resto de la década se la pasará como guitarrista de U.F.O. hasta su vuelta a Scorpions en 1979.
No será la última vez que recale la banda, a la que volverá esporádicamente en los noventa e incluso en este siglo. Todavía en 1979, incluso una de las mayores estrellas en el mercado norteamericano como Aerosmith trata de integrarlo, infructuosamente, en sus filas (algo similar le ocurrirá al ex Black Sabbath Ozzy Osbourne unos años más tarde). Schenker goza de una merecida fama como uno de los guitarristas de más talento de todos los tiempos, un auténtico icono del rock que permanecerá inexorablemente asociado a una peculiar guitarra, su inseparable Gibson Flying V. En los últimos años ha cambiado el nombre de su banda por el de Michael Schenker's Temple of Rock. Vuelve con Spirit On a Mission (In-Akustik, 2015), y otra gira mundial de presentación que recala el viernes en La Sala Revert Industrial Copera.
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