De Carlos V a la ley de 2006: radiografía de la Grandeza Inmemorial Española
Julián Tomás García radiografía en un nuevo volumen las 25 casas nobiliarias que recibieron el honor de ser consideradas en 1520 como grandes de España
Los Archivos Histórico Provincial y de la Real Chancillería de Granada promueven el ciclo 'El valor de las fuentes'
El coronel de Artillería retirado y licenciado en Geografía e Historia, Julián Tomás García, lleva 29 años residiendo en Granada, aunque es natural de Candelada (Ávila). Su profunda afición por la historia, materia de la que fue profesor en la Academia Militar además de codirector del CEMIX, le ha llevado a publicar un nuevo libro en la editorial Entorno Gráfico. El volumen se centra en el estudio de las 25 casas nobiliarias que ostentan la Grandeza Inmemorial de España, un estatus concedido por Carlos V en 1520, y cómo sus linajes han sobrevivido y evolucionado hasta el siglo XXI. La presentación de la obra, titulada precisamente Grandeza Inmemorial, será este martes 28 de octubre a las 20:00 horas en la Casa Real Maestranza de Caballería de Granada, situada en Calle Laurel de las Tablas.
El origen de este selecto grupo se remonta al XVI, poco después de que Carlos I fuera coronado Emperador de Alemania (Carlos V). García Sánchez coincide con numerosos historiadores en que, tras un movimiento estratégico que requería apoyo económico para consolidar su poder, el monarca concedió la Grandeza de España a 25 familias que lo habían ayudado, estableciendo el escalafón más alto de la nobleza española. Estas 25 casas iniciales, conocidas hoy como Grandeza Inmemorial, se repartían geográficamente en 13 de Castilla, 5 de Andalucía, 5 de la Corona de Aragón, una de Galicia y una de Navarra.
La concentración en diez linajes
El escritor explica que, a lo largo de los siglos, la política matrimonial y los pleitos sucesorios han reconfigurado el mapa nobiliario. Los 25 títulos originales se han concentrado en tan solo 10 familias principales. El proceso de agregación se daba cuando un titular fallecía sin descendencia directa o clara, permitiendo que líneas secundarias, a menudo casadas con otras casas importantes, absorbieran los títulos. Entre las casas que hoy aglutinan mayor poder se encuentran la Casa de Osuna, que acumula 6 títulos de la Grandeza Inmemorial; la Casa de Medinaceli, que suma 5 títulos, incluyendo Medinaceli y Segorbe; y la Casa de Alba, que ostenta 4 títulos. Otras casas relevantes son la de Astorga, Frías y Manrique de Lara, junto a las que conservan su título principal de 1520, como Medina Sidonia, Alburquerque, Villa Hermosa o Infantado.
Linaje, riqueza y prestancia
El coronel destaca que el poder de la nobleza histórica se sustentaba en tres pilares: el Linaje (la mera pertenencia a apellidos de raigambre, como Guzmán o Ponce de León), la Riqueza (el control de vastos patrimonios y territorios) y la Privanza (la influencia política y el papel de liderazgo). En este último sentido, figuras históricas como el Conde Duque de Olivares o el Duque de Lerma actuaron como verdaderos gobernantes en la sombra.
El punto de inflexión legal llegó con las constituciones liberales, que en teoría eliminaron los privilegios de la nobleza. Sin embargo, el valor social del título se mantuvo, atrayendo a una "nueva nobleza" en el siglo XIX (militares, abogados y comerciantes enriquecidos...) que buscaba el prestigio social. Para registrar esta proliferación de dignidades se creó la Diputación de la Grandeza (1815), ampliada a principios del siglo XX para incluir a todos los títulos. Hoy, la nobleza carece de cualquier privilegio legal. El último que conservaban, el pasaporte diplomático reservado a los Grandes de España, se perdió en la década de 1980.
El seismo de la Ley de 2006
El cambio trascendental fue la aprobación de una ley en 2006, que puso fin a la preferencia del varón en la sucesión de los títulos, estableciendo la igualdad de sexos en la primogenitura. Esta ley ha provocado numerosos pleitos en el seno de las familias, con muchas mujeres mayores reclamando títulos que por tradición correspondían al hijo varón menor.
A pesar de la pérdida de privilegios, mediante Fundaciones o estructuras mercantiles la nobleza mantiene el patrimonio unido en las sucesiones, que en la actualidad se repartirían en un tercio para los hijos, otro para el cónyuge y otro de libre disposición. "El truco está con la Fundación... todos los bienes que tiene la pasan al siguiente titular," explica el historiador sobre una forma de asegurar que la mayor parte de las propiedades y el dinero no se dividan entre herederos por la ley de legítimas, sino que continúen ligadas al título, perpetuando así la magnitud económica de la casa.
Hasta la actualidad
En definitiva, la Grandeza Inmemorial, aunque despojada de su poder político, sigue siendo el linaje más reconocido de España, con sus titulares manteniendo una preferencia protocolaria en las reuniones sociales y corporativas, y sus casas defendiendo con uñas y dientes un legado. Julián Tomás García espera que su volumen sirva para comprender la trayectoria histórica de estos 25 títulos que han sufrido a lo largo de cinco siglos marcados por innumerables cambios políticos, económicos y familiares.
También te puede interesar