Los libros de rock,un valor en alza (II)

El mundo editorial se ha entregado sin mesura a todo tipo de biografías, ensayos y obras literarias firmadas por figuras del género.

Enrique Novi / Granada

21 de octubre 2015 - 08:43

En la prehistoria digital, cuando no existía internet, había que convertirse en una especie de Diógenes de los recortes (de los recortes de prensa; que nadie piense mal) para poder tener una noción relativamente histórica de la evolución de un artista. Y estar muy al loro para hacerse con las escasas publicaciones con contenidos rigurosos que llegaban a los kioskos. Eso o saber idiomas y tener algún buen contacto fuera que pudiera proporcionar libros foráneos. Así fue durante los setenta, cuando la colección Los Juglares de la Editorial Júcar era prácticamente la única que prestaba atención a la música popular y publicaba con cierta regularidad biografías más o menos bien documentadas de las grandes estrellas del rock y alguna antología de canciones en edición bilingüe. Con los ochenta se sumó a la labor de Los Juglares el prolífico Jordi Sierra i Fabra, un periodista musical con los años reconvertido en autor de novelas infantiles, y que abarcaba por sí solo la producción de otra colección, Música de Nuestro Tiempo, que publicaba la Editorial Teorema. En los noventa se incorporaron nuevas colecciones, como Rock-Pop, que editaba Cátedra en formato de bolsillo, como el resto de colecciones hasta entonces, u otra similar que Salvat puso en circulación a través de los kioskos, a modo de coleccionable por fascículos. Conforme se fue acercando la llegada del nuevo siglo fueron llegando nuevas colecciones, nuevos enfoques y poco a poco los libros relacionados con el pop y el rock se fueron atreviendo con las ediciones de lujo, la profusión de imágenes de calidad en papel fotográfico, hasta entonces casi exclusivamente reservados a los grandes nombres, Beatles, Stones y poco más, y voluminosas biografías con vocación de definitivas.

Como veíamos en el primer capítulo, actualmente la situación ha cambiado radicalmente y hasta artistas de culto o ultraminoritarios tiene su correspondiente biografía, y escenas residuales cuentan con sesudos estudios y análisis minuciosos con el rigor de una tesis doctoral. Ayer dimos un repaso a ciertas publicaciones agrupadas temáticamente. Así vimos algunas las más destacadas ediciones de lujo, libros en los que la parte gráfica se imponía a la textual; las clásicas antologías de canciones; biografías escritas por especialistas, y memorias y reflexiones a cargo de los propios protagonistas. Pero la cosa no acaba aquí. Poniendo el foco solo en los libros publicados durante el último año, aún hay mucha tela que cortar. Por ejemplo los que en lugar de contar la vida de un artista en particular se dedican a analizar el surgimiento, auge y, en su caso, caída de un género o una corriente concreta. En España fue probablemente Jesús Ordovás el que inauguró esta especialidad con El rock ácido de California que publicó a principios de los setenta en la mencionada colección Los Juglares, pero los hay para todos los gustos.

Con Vendiendo Inglaterra por una libra. Una historia social del rock progresivo británico de Norberto Cambiasso, y Prog rock FAQ de Will Romano, los muchos devotos del rock sinfónico que aún quedan por el mundo tienen material para salivar. Los mods podrán hacer lo propio con los recientes Mods, Guía para una vida elegante de Dani Llabrés, y sus enemigos, los rockers, con Rockabilly. Historia, cultura, artistas y álbumes fundamentales de Manuel López Poy. El mismo autor publicó al principio del curso Soul & Rhythm & Blues, una guía para iniciarse en la música negra. Y hablando de música negra, también sobre soul son Espíritus de la oscuridad. Viaje a la era soul de Andreu Cunill, y From a whisper to a scream. Una historia oral de la música soul de David Moreu. Por encima de ellos, El muelle de la bahía. Una historia del soul del apasionado especialista Luis Lapuente. Sin salir de los géneros negroides, también tenemos La historia secreta del disco, un interesante repaso a la música de las discotecas con bolas de espejos de la segunda mitad de los setenta, la música disco, de Peter Shapiro, Generación hip hop. De la guerra de pandillas al gangsta rap de Jeff Chang, sobre la escena hip hop, o el magnífico Bass Culture. La historia del reggae de Lloyd Bradley. En esta categoría también encontramos Big day coming. Yo la tengo y el auge del indie rock de Jesse Jarnow, y un libro muy peculiar, Muddy Roots Music, en el que Manuel J. González ofrece una crónica sentimental de la vida en la carretera a través de los grupos que han pasado por Muddy Roots y el Farmaggedon Fest.

Más interesantes resultan en muchos casos otros libros que podríamos calificar de análisis o ensayos en torno a algún género musical, escena o artista. Desde La violencia en Nick Cave, en el que Saúl Ibáñez analiza al australiano a través de sus letras, hasta Honestidad brutal o la huida hacia delante de Andrés Calamaro en el que Darío Manrique profundiza en la obra maestra del argentino. También encontramos rigurosos estudios como Criminales del copyright en el que K. McLeod & P. Dicola diseccionan el mundo del sampling y sus implicaciones legales, o What you want is the limo con el que Michael Walker nos descubre el origen y los secretos del actual negocio de los directos, y cómo unas pocas giras de mediados de los setenta sentaron las bases de todos los conciertos que vendrían después. De máximo interés son igualmente La historia del rock and roll en 10 canciones del indiscutible cronista del rock Greil Marcus, Punk: sus rastros en el arte contemporáneo de David G. Torres o Freak Power vol. 3 con el que el veterano Jaime Gonzalo cierra su trilogía sobre el underground y la contracultura. De lectura un poco más frívola, aunque a veces chispeante, son el Manual del perfecto festivalero de Gerardo Cartón & Jorge Obón, Las mejores anécdotas del r'n'r de El Pirata y Javier Broco, o Paul está muerto y otras leyendas urbanas del rock, en el que Héctor Sánchez, partiendo del bulo más popular de la historia del rock, repasa muchas falsas creencias del mundillo.

En Mazoni: 31 dies de gira/31 dies tancat Nando Cruz se entrega, en catalán, al típico diario de gira con un artista atípico para entregar un libro que de típico no tiene nada. El mismo autor también firmó unos meses antes otro de los más recomendables títulos del año: Pequeño circo: historia oral del indie en España, en el que analiza la escena alternativa y la completa con agudas reflexiones. De temática similar, aunque distinto impacto, fue el controvertido Indies, hippies y gafapastas. Crónica de una dominación cultural en el que Víctor Lenore no se muerde la lengua y no deja títere con cabeza. También Xavier Valiño echa mano de la metáfora circense para titular su preciso análisis El gran circo del rock, y de una canción de Nacha Pop Gabriel Abril para nombrar su Grité una noche, antología de los discos en directo del pop-rock español. En El videoclip, David Selva Ruiz cuenta la génesis y evolución de tan recurrente elemento promocional, mientras que en Estricnina: fanzine de ruidos y danzas, otro veterano periodista musical, Rafa Cervera, rescata historias desconocidas del underground patrio. Con Alimenta tus oídos. El libro del discofórum de Onda Cero José Luis Salas nos da la versión escrita de un mítico programa de radio, y Jordi Bianciotto escoge para nosotros las 501 cançons catalanes que has de escoltar abans de morir. En el puro terreno del ensayo habría que situar el breve Rock para principiantes de Miquel Amorós, y La fiebre conquistada. Ensayos sobre rock and roll en el que Joaquín E. Brotons se atreve a buscar las conexiones entre rock y filosofía.

En el proceloso mundo en el que se encuentran el universo editorial y la música popular, también tenemos el apartado de artistas entregados a la pura creación literaria. Una tentación en la que también han caído algunos periodistas. Martha. Música para el recuerdo es una novela firmada por Fernando Navarro, y Lo que pasa cuando no pasa nada un texto literario a cargo de Jordi Cervera, ambos periodistas musicales. Aunque sin duda son muchos más los músicos que lo intentan: una vez más hay que nombrar a Nick Cave, que publica un libro de relatos llamado La canción de la bolsa para el mareo, a Andrés Calamaro, que reflexiona en Paracaídas y vueltas: diarios íntimos, y hasta al sempiterno Elliott Murphy, que vuelve a la literatura con Justicia poética. Entre los españoles los hay más conocidos, como el Siniestro Total Julián Hernández, que vuelca su carácter mordaz en la novela Sustancia negra, y otros más indies como María Rodés que pone en circulación Duermevela. Los sueños de María Rodés, Remate, que publica Suelo Estar, Nando Caballero con una novela de título rotundo, Rocanrol, o Xarim Aristé, del grupo catalán Very Pomelo, con Catacumba umbilical. Mención especial merecen los libros Tefteri. El libro de las cuentas pendientes, del inclasificable Vinicius Capossela, y sobre todo, Éxodo, una crónica de las cloacas de Moscú escrita por el pinchadiscos antifascista militante Dj Stalingrad.

Otros rockeros van más allá y se atreven con el ensayo, como le sucede al brutal Ian Svenonius, figura seminal del underground norteamericano que ha publicado Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock. Más habitual es encontrar recopilaciones de artículos de prensa que algunos críticos musicales deciden poner en un mismo volumen, nadie sabe hasta que punto para facilitar la labor a sus seguidores o para satisfacer sus maltrechos egos. Entre ellos encontramos a Juan Puchades, con El oro y el fango, a Jaime Gonzalo con Sobrevivir al pasado, a su compinche del Ruta 66 Ignacio Juliá con La nostalgia ya no es lo que era, o al recién jubilado Jesús Ordovás con El futuro ya está aquí. Y por supuesto, aunque sea de la temporada anterior, el suculento Jinetes en la tormenta del maestro Diego A. Manrique.

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