Luto en el tango: fallece Osvaldo Jiménez, el intérprete que tendió un puente emocional entre Rosario y Granada

El artista, argentino afincado en Granada y máximo exponente del estilo gardeliano, destacó por musicalizar a grandes poetas como Lorca y Luis García Montero

El Festival de Tango reúne en Granada a más de 150 artistas de cuatro continentes

Osvaldo Jiménez (a la derecha) junto al director del Festival de Tango de Granada.
Osvaldo Jiménez (a la derecha) junto al director del Festival de Tango de Granada. / Archivo
M. V.

Granada, 29 de diciembre 2025 - 12:17

El mundo del tango llora hoy la pérdida de uno de sus baluartes más singulares: un cantante, compositor y guitarrista que, nacido en la Rosario argentina, nunca olvidó el eco de sus raíces españolas. Nieto e hijo de emigrantes de Lanjarón que partieron hacia Argentina en 1920, el artista ha fallecido dejando un legado que unía de forma indisoluble las dos orillas del Atlántico.

El heredero de Gardel

Considerado de forma unánime por la crítica como intérprete fiel del estilo gardeliano, su voz y su guitarra mantenían viva la esencia más pura del género. Este reconocimiento lo llevó recientemente a ser nombrado Visitante Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura porteña, un honor reservado a las figuras que marcan la identidad cultural de la capital argentina. Este reconocimiento llegó tras sus últimos grandes hitos sobre las tablas, donde cosechó éxitos clamorosos tanto en la Academia del Tango como en la última edición del Festival de Tango de Buenos Aires, donde fue aclamado por el público más exigente del mundo.

Vínculo con la poesía granadina

La conexión de Jiménez con Granada no se limitaba a su árbol genealógico, sino que se extendía de forma brillante al ámbito de la creación literaria. Como compositor, fue un puente fundamental con la lírica granadina, logrando musicalizar con éxito la obra de poetas de la talla de Federico García Lorca y de figuras contemporáneas como Luis García Montero, Ángeles Mora o Alfredo Lombardo. Esta pasión por la palabra lo convirtió en un invitado habitual de la geografía española, participando en casi todos los certámenes de relevancia, incluyendo su histórica presencia en la primera edición de Tango Málaga. Por su puesto, en buena parte de las ediciones del emblemático Festival de Tango de Granada. Con su pérdida, desaparece un artista que no solo cantó al arrabal, sino que puso voz y música al sentimiento de pertenencia de una familia que, hace más de un siglo, partió de Lanjarón para conquistar el Río de la Plata.

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