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Una 'metralleta' de 13 años

  • El Concurso de Jóvenes Flamencos revela el gran nivel de los jóvenes guitarristas locales

Tras pasar una selección previa, el sábado, 31 de enero, en la localidad de La Zubia, se celebró la semifinal de guitarra del I Concurso de Jóvenes Flamencos de la Diputación de Granada, enmarcado en el ambicioso proyecto de Granada Universo Flamenco. A final de febrero tendrá lugar la semifinal de baile en Salobreña. Y, al mes siguiente, lo hará la modalidad de cante en Íllora.

Los tres finalistas de cada una de las tres categorías comparecerán en Cúllar Vega durante el mes de abril para sobresacar el mejor entre los mejores. Pues, como dijo la diputada de Cultura y Juventud, María Asunción Pérez Cotarelo, allí presente, y ratificó Juan Pinilla, que oficiaba de maestro de ceremonias, el hecho de haber llegado a la semifinal ya es un logro, un premio y un acicate en su incipiente carrera.

En el mes de diciembre acabó el plazo de inscripción, en la que se pedía una grabación, en audio o en vídeo, que debía contener tres temas, dos de ellos de libre elección, y un tercero que contemplaba la obligatoriedad de ser un estilo granadino, a saber: granaína y media, fandangos de Frasquito, soleá de Graná, temporera o tangos. En la modalidad de guitarra, por su parte, uno de los tres palos debía ser acompañado al cante. Un tocaor flamenco debe defenderse tanto en solitario como, sobre todo, al lado de un cantaor, e incluso, acompañando al baile.

Cuatro aspirantes pasaron a esta semifinal. Cuatro aspirantes, pese a la extrema juventud de alguno de ellos, con alto grado de madurez interpretativa. La guitarra de hoy en día está por las nubes, es un compendio de sabiduría y estudio intensivo, de técnica, de gusto, de habilidad, de armonía… Sin perder de vista los grandes tocaores flamencos que tachonan nuestro universo flamenco y los desaparecidos que han dejado su huella indeleble. La guitarra así se constituye en la modalidad más sacrificada del flamenco. Requiere muchas horas de ensayo, mucha voluntad y condiciones, para abrirse paso en este mundo.

Curiosamente de los cuatro finalistas, triunfó la juventud. Rafael Hoces, granadino de 31 años, pese a su experiencia y conocimiento, no pasó esta criba. El jurado, compuesto por artistas y personas de reconocido prestigio en el ámbito del flamenco granadino, no lo tuvo fácil, pues todos los intérpretes se entregaron al máximo, dedicándonos dos piezas bastante trabajadas y conseguidas. El que menos, ya tiene un cierto bagaje en el difícil arte de las seis cuerdas.

Llegan a la final, no obstante, por unanimidad, José Fernández, de 19 años, natural de Cúllar Vega, que interpretó una granaína y unas bulerías. José Luis Campos Trigueros, el benjamín del grupo, venido de Pinos Puente, que con sólo 13 años pasó a la final haciendo soleá y granaína. Era la primera vez que se subía a un escenario. Por último, fue seleccionado el granadino Josele de la Rosa, de 20 años, que nos dejó una taranta y una farruca. Todo se presenta emocionante.

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