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Los monstruos de David Costa

  • El artista expone en el Instituto de América 'Un Jardín De-Lirios y otros Eidetismos', una exposición basada en el psicoanálisis

David Costa expone en el Centro Damián Bayón del Instituto de América de Santa Fe Un jardín De-Lirios y otros Eidetismos, el resultado de una cura de psicoanálisis en toda regla donde se multiplican por la sala autorretratos del artista y sus particulares monstruos. Ellos son sus 'yo' más ocultos, aquello que nadie ve y que incluso puede desagradar pero nunca dejar indiferente.

Costa acude a ideas psicológicas en su pintura, como el método de la asociación libre usada por los psicoanalistas para liberar los sentimientos más extraños. Freud hablaba de esa teoría. Consiste en expresar ocurrencias, ideas, imágenes, emociones, pensamientos, recuerdos o sentimientos, tal cual se presentan, sin ningún tipo de límite. Este proyecto le comenzó a atraer durante una beca en Galicia. "Bellas Artes y Psicología estaban prácticamente al lado y empecé a indagar en el psicoanálisis". A la vez que pintaba en lienzos estudiaba libros de psicología que hablaban de eidetismos (capacidad de ciertas personas, por lo general niños y artistas plásticos, para reproducir mentalmente con gran exactitud percepciones visuales anteriores) y abreacciones (descarga de emociones y afectos ligados a recuerdos, generalmente de experiencias penosas o dolorosas), dos conceptos que 'liberan' estados ocultos del ser humano. Son "turbaciones internas que toman corporeidad convirtiéndose en fantasmas emocionales" y que en la exposición toman forma de seres de dientes afilados, extremidades eternas y líquidos espeluznantes.

A través de la pintura, el artista los libera quedando en paz con sigo mismo. "Cada uno de esos monstruos", dice, "se reconcilia conmigo, y al salir comienzan a ser amistosos... tanto, que podría llevármelos a mi casa", por eso Costa no considera que pasear por su exposición sea estar como en medio de una pesadilla. "Los monstruos no son desagradables en sí mismos sino por lo que representan", explica el artista.

La figura humana es el eje de todo sólo que aparece en ocasiones con formas animalescas en donde el protagonista es un ser primitivo ajeno a toda influencia cultural o social. "Es una exposición que aun no mostrando vísceras produce reacciones parecidas de miedo o repulsión. Si el espectador lo siente es porque conecta de alguna forma con esas mismas emociones ocultas". Costa explica que su pintura tiene algo que ver con la pintura automática en donde se deja llevar. "Proyecto una figura en el papel y en quince minutos o media hora como mucho la finalizo... Si tardase más trataría de perfeccionarla y dejaría de ser la idea original ".

En total, Un jardín De-Lirios y otros Eidetismos muestra más de ochenta piezas entre pintura (de medio y pequeño formato), dibujo, escultura o instalación. Llama la atención, especialmente, una videocreación, donde aparece el artista en primer plano con una máscara que mezcla las formas ya expresadas en la pintura y la escultura. En él, vomita una espuma que luego expande por su cuerpo. "El concepto del vídeo se puede aplicar al resto de la exposición, que en definitiva trata de cómo iluminar el cuerpo con lo que se vomita".

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