La mujer y el flamenco

El machismo es omnipresente en la historia del flamenco.

15 de marzo 2011 - 05:00

En torno al día de la mujer trabajadora se han desarrollado una serie de acontecimientos que reivindican el lugar que le corresponde en una sociedad que poco a poco va rompiendo barreras. Bajo esta premisa, se impartirá a las 20 horas una conferencia ilustrada a cargo del periodista Paco Espínola que contará con la participación de la guitarrista Antonia Jiménez, la única mujer profesional del flamenco en la actualidad.

La mujer es el tema central y recurrente de la copla flamenca. La esposa, la madre, la compañera, la hermana o, la prostituta, como ha investigado Espínola, han centrado la temática más amplia de las letras flamencas. "El machismo está omnipresente, es decir el dominio cultural del hombre, sobre la mujer", asegura Paco Espínola. Así, exaltación, rechazo, sensualidad, amor o desesperación son algunos de los sustantivos que han acompañado a la temática de la mujer en el mundo del flamenco. Si echamos un vistazo a la historia del flamenco, nos encontramos a la mujer artista: grandes ejemplos como La Niña de los Peines, Fernanda y Bernarda de Utrera, La Paquera, La Trini o La Niña de Antequera, que se han desarrollado en parámetros casi siempre masculinos y se cernían a las letras con predominio machista. Ellas compitieron mano a mano con los hombres de la época en un alarde de igualdad, incluso muchas veces, superioridad artística.

Pero volviendo al aspecto literario, tomemos algunos ejemplos ilustrativos: "A mi madre de mi alma/ lo que la camelo yo/ porque la llevo presente / metía en mi corazón" Esta soleá, es una de las letras flamencas que más se han interpretado en todos los tiempos. La temática de la madre es una de las más recurrentes. La madre como poseedora del consuelo eterno hacia el hombre, como único amor verdadero sin contraprestación: "Debía de durar una madre / lo que dura una palmera / debía de durar una madre / para que tuvieran los hombres / una mujer que los quiera / y los llame por su nombre" valga este ejemplo o este otro como buena muestra de lo que decimos: "Como mejor a ti te cuadre / obra tú de la manera que quieras / la que mejor a ti te cuadre/ por las dos mi vida diera / pero primero es mi madre / y después lo que tu quieras".

Vistas con los cristales de hoy, las letras que se cantaban antaño pueden resultar, efectivamente, de un machismo escandaloso, especialmente aquellas que recomiendan no dejar que la mujer trabaje o las que dan por sentado que las mujeres son como un objeto o una fruta, que salen buenas o malas: "Ay la mujer que sale mala / maltratarla no se debe / a la mujer que mala sale / supuesto que no conviene / dejarla y que Dios la ampare / que alta desgracia ella tiene"

Es frecuente observar que el hombre tiene vida propia en lo que canta pero la mujer no tiene vida, solo puede estar en dos sitios, en la cocina o en la cama. "Con un puñal la maté / a una mujer de la vía / y cuando estaba en su agonía / nos dimos a conocer/ y ella era hermana mía". La prostitución en la literatura flamenca es un tema que se trata en esta conferencia por primera vez en la historia del flamenco.

De todo esto se tratará en la conferencia recital de esta tarde. Podríamos concluir diciendo que, si bien los ejemplos de cantaoras flamencas han sido de vidas libres a ultranza, en la literatura flamenca es completamente al revés. La pregunta sería, ¿se siguen cantando esas letras hoy? O, ¿qué lugar tiene la mujer en el flamenco actual?

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